Japón verterá agua radioactiva de Fukushima en el Pacífico: por qué lo hace, cómo y qué peligros entraña
La confirmación por parte del Gobierno japonés de verter agua radiactiva tratada al océano ha desencadenado las protestas y las críticas de países vecinos y expertos, a pesar de contar con el visto bueno del OIEA
Si las condiciones meteorológicas lo permiten, este jueves, 24 de agosto, Japón comenzará a liberar al océano Pacífico aguas residuales radiactivas tratadas de la planta nuclear de Fukushima Daiichi, según confirmó Fumio Kishida, primer ministro japonés. La decisión se ha tomado después de que la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) aprobara el controvertido plan del Gobierno nipón al considerar que tendrá un “impacto radiológico insignificante en las personas y el medio ambiente”.
Sin embargo, el anuncio ha provocado la inmediata reacción de los grupos antinucleares que han comenzado sus protestas frente a la casa del primer ministro al poner en duda las conclusiones del organismo de la ONU. Tampoco ha tranquilizado ni a los residentes y pescadores locales, ni a los países vecinos, como Corea del Sur. Por su parte, China ha considerado que la evaluación de la OIEA “no es prueba de la legalidad y legitimidad” y ha pedido boicotear los productos japoneses, como recogen desde CNN.
Ken Buesseler, radioquímico marino del Instituto Oceanográfico Woods Hole, ha puesto de manifiesto que no se han investigado otras alternativas como construir más tanques o utilizar el agua tratada para fabricar cemento. “Creo que solo quieren la solución más barata y rápida, que es una tubería en el océano”, dijo en declaraciones al New York Times. Por su parte, Robert H. Richmond, miembro de un grupo de científicos internacionales que evalúa el plan de liberación de aguas residuales, ha estimado que liberar el agua es “imprudente y prematuro”.
Por su parte, Luis Echávarri, ex director general de la Agencia para la Energía Nuclear (AEN) de la OCDE, ha valorado que el vertido al mar es “la menos mala” de las opciones, ya que inyectar el agua contaminada en el subsuelo o vaporizarla “tenían sus riesgos”. Además, destaca que la seguridad de esta medida viene respaldada por un “informe exhaustivo e independiente” del OIEA, según declaraciones recogidas por EFE.
El tritio: el isótopo de la discordia
Estas aguas han sido tratadas durante años tras el terremoto y tsunami que asoló el país en 2011 y que dañó los sistemas de suministro de energía y enfriamiento de la central, lo que provocó una triple fusión debido al sobrecalentamiento de los núcleos del reactor y la contaminación del agua del interior de la planta con material altamente radiactivo.
La empresa eléctrica estatal Tokyo Electric Power Company (TEPCO) construyó más de 1.000 tanques para bombear agua limpia y enfriar las barras de combustible nuclear de los reactores, aún demasiado calientes. Además, filtraron aguas subterráneas y de lluvia, lo que ha generado 1,32 millones de toneladas métricas de agua, capaces de llenar más de 500 piscinas olímpicas, y que ahora, debido a la falta de espacio, deben ser expulsadas al mar para desmantelar la planta de forma segura.
El potente sistema de filtración fue diseñado para eliminar todo el material radiactivo excepto el tritio, un isótopo de hidrógeno, ya que no existe ninguna tecnología disponible para hacerlo. Los expertos aseguran que la concentración de tritio que se liberará tendrá una radiactividad máxima de 1.500 becquereles por litro, lo que supone siete veces menos que el límite de 10.000 Bq/l fijado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el agua potable.
Existen 1,32 millones de toneladas métricas de agua tratada que Japón empezará a verter al mar el jueves en un proceso que durará 30 años
El agua contaminada se diluirá mucho y se liberará lentamente a lo largo de décadas. El Gobierno japonés ha hablado de un período de 30 años. Aun así, TEPCO estima que solo el 30% del agua almacenada ha sido correctamente tratada hasta el punto de que solo quede tritio.
Si las condiciones meteorológicas lo permiten, este jueves, 24 de agosto, Japón comenzará a liberar al océano Pacífico aguas residuales radiactivas tratadas de la planta nuclear de Fukushima Daiichi, según confirmó Fumio Kishida, primer ministro japonés. La decisión se ha tomado después de que la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) aprobara el controvertido plan del Gobierno nipón al considerar que tendrá un “impacto radiológico insignificante en las personas y el medio ambiente”.