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La invasión de Ucrania dispara el entusiasmo de los españoles por armar un Ejército europeo
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el apoyo se dispara en dos meses

La invasión de Ucrania dispara el entusiasmo de los españoles por armar un Ejército europeo

Más de la mitad de los españoles (51,3%) se muestra favorable a la creación de unas tropas comunes que defiendan a Europa. La idea resurgió en Afganistán y gana peso ahora

Foto: Soldado finlandés durante un ejercicio de preparación de los EU Battlegroups. (Getty/Andreas Rentz)
Soldado finlandés durante un ejercicio de preparación de los EU Battlegroups. (Getty/Andreas Rentz)

¿Debería existir un Ejército europeo listo para combatir las amenazas de seguridad que acechan a la UE? La idea de unas tropas comunes lleva años en la agenda europea, pero lejos de lograr el decidido apoyo popular y político necesarios para materializar la idea. Ahora, Vladímir Putin puede acelerar estos planes. En apenas algo más de tres semanas, la invasión rusa de Ucrania ha operado un cambio dramático en la opinión pública europea, incluida la española. La primera guerra en las fronteras del bloque comunitario en tres décadas ha metido el miedo —y la prisa— en el cuerpo a los europeos, incluso a aquellos que están a miles de kilómetros de Rusia.

Hace un mes, uno de cada tres españoles (32%) creía que Europa debía contar con su propio ejército. Ahora, más de la mitad (51,3%) ve con buenos ojos la idea, según se desprende de una encuesta paneuropea del consorcio Euroskopia publicada por el portal 'Politico'. España, con casi un 20% más a favor de la creación de unas tropas comunes en solo un mes, es el mejor ejemplo de la tendencia hacia una mayor integración de la defensa europea que ha acelerado la invasión de Ucrania. En el resto de los países participantes en la encuesta —Grecia, Francia, Alemania, Italia y Países Bajos, además de España—, ha aumentado el porcentaje de encuestados que piensan que la UE debería tener tropas tras la invasión rusa. Solo los neerlandeses se quedan algo atrás, con una variación mínima en su apoyo, que todavía se sitúa por debajo del 30%.

No obstante, los resultados de esta encuesta contrastan con las cifras que recogió la última edición especial sobre Defensa y Seguridad del Eurobarómetro, llevada a cabo en 2017. Entonces, Países Bajos lideraba las respuestas a favor de la creación de un ejército europeo en toda la UE con el 74% de los encuestados a favor. Las diferencias entre ambas encuestas, además de por el paso del tiempo y las diferentes circunstancias, pueden explicarse por variaciones en la muestra y en la fórmula de la pregunta. Mientras la encuesta del Eurobarómetro solo permitía estar a favor o en contra de un ejército europeo, la de Euroskopia daba una tercera alternativa ('No, la OTAN es suficiente'). En el caso de España, un 49% se mostraba favorable a la posibilidad de tener tropas europeas en 2017. En total, más de la mitad (55%) de los europeos estaba ya a favor de la creación de un ejército de la UE. Además, tres cuartas partes (75%) querían una política de defensa y seguridad común de la UE (PCSD).

Los españoles tienden a mostrarse favorables a cualquier cuestión que implique una mayor integración europea por regla general. A diferencia de otros países, en los que el porcentaje de ciudadanos que se consideran proeuropeos es menor, en España son muy reducidos los grupos en los que no se está claramente a favor de una Unión Europea más fuerte e integrada. La encuesta de Euroskopia, realizada por Sigma Dos para 'El Mundo' en España entre el 10 y 11 de marzo, también sitúa a los españoles a la cabeza de los europeos que creen que Ucrania debería entrar en la UE: un 53% piensa que debería hacerlo inmediatamente, algo que ha sido descartado porque significaría saltarse todas las reglas y reformas necesarias para formar parte de la Unión. En el resto de países encuestados, el mismo porcentaje baja hasta el 20%. En España existe muy poco debate interno respecto a los asuntos europeos entre una ciudadanía que tiende a confiar más en las instituciones de Bruselas que en las nacionales, lo que desemboca en que cualquier cosa que se entienda como mayor integración europea suene bien.

A ello hay que añadir la creciente exposición que ha alcanzado Josep Borrell, Alto Representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad, que pasó a ser el jefe de la diplomacia europea tras ser ministro de Asuntos Exteriores en casa. El último barómetro del CIS refleja la alta estima de la ciudadanía española por el Alto Representante europeo, al que aprueban con nota, un 6,41 de media, por su actuación tras la invasión de Ucrania, un punto por encima de presidente Pedro Sánchez. En la mayoría de sus intervenciones públicas desde su nombramiento en 2019, el político catalán ha insistido en un mensaje centrado en la necesidad de que la Unión Europea aprenda a hablar "el lenguaje del poder", y ha impulsado el debate de la defensa común y la posibilidad de desarrollar capacidades militares conjuntas.

"Con el regreso de la guerra a suelo europeo, todos en Europa debemos contribuir más activamente a asumir la responsabilidad de nuestra propia seguridad", escribe el Alto Representante para la Política Exterior y Seguridad de la UE, Josep Borrell, en su blog de esta semana. El debate sobre la necesidad de contar con autonomía en el plano militar, estratégico y de seguridad resurgió con fuerza hace apenas siete meses, tras la caída de Afganistán a manos de los talibanes y la dependencia de Estados Unidos para completar la evacuación de Kabul. Entonces, Borrell propuso la creación de una fuerza de respuesta rápida de la UE compuesta por 5.000 soldados de los Estados miembros. Sería el primer paso hacia unas fuerzas armadas comunes que garantizaran la 'autonomía estratégica' de los 27. A finales del año pasado, el jefe de la diplomacia europea presentó su Brújula Estratégica, un plan con el que busca que la Unión Europea se convierta en un poder geopolítico relevante.

Y los EU Battlegroups sin usar

La UE ya dispone de un sistema de grupos de combate de respuesta rápida, los llamados EU Battlegroups (Grupos de combate de la UE), que nunca se han usado por disputas sobre la financiación y las reticencias a su despliegue. Los ‘battlegroups’ son dos batallones de emergencia de unos 1.500 soldados cada uno, multinacionales y rotatorios cada 6 meses, de los cuales siempre hay uno activo para responder a cualquier crisis o amenaza. Con estas tropas, la UE puede realizar dos despliegues rápidos durante un mínimo de 30 días, extensibles hasta 120 con las pertinentes reservas y reabastecimientos.

Como cualquier decisión sobre seguridad y defensa europea, es necesaria la unanimidad en el Consejo de la UE de los ministros del ramo de los 27 Estados miembros. Ni la Comisión Europea, ni el Servicio de Acción Exterior de la UE, ni el Estado Mayor de la Unión Europea pueden activarlos unilateralmente. Todo el peso de la decisión recae en los Estados miembros, que no los han utilizado desde su creación en 2007. España liderará el contingente del segundo semestre de 2022.

Ya en 2017, el recién elegido presidente francés Emmanuel Macron lanzó la idea de un ejército europeo. "A principios de la próxima década, Europa debería contar con una fuerza de intervención común, un presupuesto de defensa común y una doctrina de actuación común", afirmó en uno de sus primeros discursos como presidente, en septiembre de ese año. Macron pretendía que Europa pudiera defenderse por sí misma y cinco años después Putin se ha encargado de poner de relieve la importancia de su propuesta.

Sin embargo, pese al cambio en la percepción ciudadana y la voluntad de varios de los líderes europeos para avanzar por este camino, es difícil que la creación de un ejército de la UE se produzca en un futuro próximo. Así lo dejó claro el canciller austriaco Karl Nehammer, cuyo país es considerado militarmente neutral y tiene un ejército de mínimos, tras la cumbre de líderes de la UE celebrada la semana pasada en Versalles: "El ejército de la UE no está en la agenda". El primer paso hacia la autonomía estratégica no serán tropas comunes. Lo darán las capitales por separado, también Austria, al aumentar su gasto militar para cumplir con el objetivo de la OTAN: un 2% del PIB irá destinado a gastos de defensa, como anunció Alemania y también España. Un rearme colectivo.

El 9 de mayo de 1950, el ministro francés de Asuntos Exteriores Robert Schumann propuso a sus colegas europeos la creación de una estructura conjunta que administrara el carbón y acero en un discurso considerado como el texto fundador de la Unión Europea de hoy. "Europa no se construirá de una vez, ni se construirá como un todo: se construirá a través de logros concretos, creando primero una solidaridad de hecho", dijo Schumann, en una de las frases más recordadas desde entonces en la burbuja europea. Pero son otras las palabras de aquel discurso que hoy resuenan con más fuerza en la cabeza de los líderes y ciudadanos europeos: "La paz mundial no puede salvaguardarse sin unos esfuerzos creadores equiparables a los peligros que la amenazan".

¿Debería existir un Ejército europeo listo para combatir las amenazas de seguridad que acechan a la UE? La idea de unas tropas comunes lleva años en la agenda europea, pero lejos de lograr el decidido apoyo popular y político necesarios para materializar la idea. Ahora, Vladímir Putin puede acelerar estos planes. En apenas algo más de tres semanas, la invasión rusa de Ucrania ha operado un cambio dramático en la opinión pública europea, incluida la española. La primera guerra en las fronteras del bloque comunitario en tres décadas ha metido el miedo —y la prisa— en el cuerpo a los europeos, incluso a aquellos que están a miles de kilómetros de Rusia.

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