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Cinco días para resolver las dudas de España sobre Gibraltar tras el Brexit
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borrell pide una solución antes del domingo

Cinco días para resolver las dudas de España sobre Gibraltar tras el Brexit

El Gobierno quiere asegurarse de que, pase lo que pase, queda claro y por escrito que no se aplicará ningún futuro acuerdo entre la UE y Reino Unido sobre el Peñón sin su visto bueno

Foto: Foto: Reuters.
Foto: Reuters.

Cinco días. Ni uno más, ni uno menos. Ese es el tiempo que queda para que los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) se reúnan en Bruselas con un solo propósito: dar su visto bueno al acuerdo de divorcio con Reino Unido. Sin embargo, España no las tiene todas consigo. El problema, una vez más, es Gibraltar. El Gobierno quiere asegurarse de que, pase lo que pase, queda claro y por escrito que no se aplicará ningún futuro acuerdo entre la UE y Reino Unido sobre el Peñón sin su visto bueno. Y quiere que se dé con la fórmula antes de la cumbre extraordinaria de finales de semana.

Borrell: ''Las negociaciones entre el Reino Unido y la UE no se aplican a Gibraltar''

"No queda mucho tiempo, ¿verdad? Debería estar resuelto antes del domingo o que no tuviera lugar la reunión", ha recalcado el ministro de Exteriores de España, Josep Borrell, en Bruselas. Borrell ha aprovechado su visita a la capital europea para reunirse no solo con sus homólogos, sino también con el negociador europeo para el Brexit, Michel Barnier. A unos y a otros ha expresado su preocupación por la "ambigüedad" del artículo 184 del texto del divorcio, que se refiere al Peñón, ya que en este no se explicita el veto español sobre el futuro acuerdo UE-Reino Unido.

Tras su encuentro con Barnier, "se siguen manteniendo las dudas", ha dicho Borrell, quien ha transmitido las preocupaciones de España al respecto, que le llevan a mantener reservas sobre el acuerdo de divorcio. "De una manera u otra tiene que estar claro. Cuando lo esté, daremos nuestro acuerdo, mientras tanto no", ha recalcado el ministro español. Sus palabras, expresadas en un tono calmado, encierran un potencial ultimato a sus socios. Si para el domingo no se han resuelto las preocupaciones españolas, el país podría optar por no apoyar el texto. Y aunque técnicamente este podría salir adelante, políticamente sería impensable.

placeholder Borrell y su secretario de Estado para la UE dialogan con Barnier en Bruselas. (EFE)
Borrell y su secretario de Estado para la UE dialogan con Barnier en Bruselas. (EFE)

Nadie quiere coronar las negociaciones con Reino Unido, en las que los 27 países que se quedarán en la UE han logrado mantener la unidad, con un acuerdo aprobado sin unanimidad. Y, además, el rechazo español podría llevar a otros socios a pensar si hacer de sus reticencias una causa —la pesca y el acceso a las aguas tras el Brexit, por ejemplo, inquietan a muchos socios—.

Pero, por otra parte, Barnier no quiere tocar ni una coma de un texto que ha sido extremadamente difícil de pactar con Londres. Reabrir la caja de Pandora podría suponer también un problema para la 'premier' británica, Theresa May, que estos días se encuentra atrapada en fuego cruzado tratando de sacar adelante un acuerdo criticado tanto por facciones de los conservadores como de la oposición. Barnier ha dejado claro que los términos del acuerdo son los que son y no cabe renegociación alguna, por lo que la solución para Gibraltar tendría que pasar por buscar una salida imaginativa. La UE es especialista en sacarse anexos y declaraciones de la manga para ello.

Lo que parece claro es el cambio de tono del Gobierno de Pedro Sánchez, que en un primer momento, y antes de analizar a fondo el largo texto del acuerdo (un total de 585 páginas), se mostraba satisfecho con él. Lo cierto es que España ha defendido en todo momento que se logre un acuerdo de divorcio para evitar un Brexit que suponga un salto al vacío, pero al mismo tiempo la cuestión de Gibraltar es una línea roja para el país. El citado artículo 184, que Borrell cree que ha sido añadido a iniciativa británica, no contenta al Gobierno, que además se ha visto bajo presión política del PP en este frente, con la perspectiva de las elecciones andaluzas a la vuelta de la esquina.

Cinco días. Ni uno más, ni uno menos. Ese es el tiempo que queda para que los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) se reúnan en Bruselas con un solo propósito: dar su visto bueno al acuerdo de divorcio con Reino Unido. Sin embargo, España no las tiene todas consigo. El problema, una vez más, es Gibraltar. El Gobierno quiere asegurarse de que, pase lo que pase, queda claro y por escrito que no se aplicará ningún futuro acuerdo entre la UE y Reino Unido sobre el Peñón sin su visto bueno. Y quiere que se dé con la fórmula antes de la cumbre extraordinaria de finales de semana.

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