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Parlamentarios de AfD viajan a Siria para estudiar "la devolución de refugiados"
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es parte de su 'provocación estratégica'

Parlamentarios de AfD viajan a Siria para estudiar "la devolución de refugiados"

Miembros de Alternativa para Alemania se reúnen con representantes del régimen sirio en Damasco para "evaluar de primera mano la situación" frente a supuestas manipulaciones mediáticas

Foto: Parlamentarios de Alternativa para Alemania durante su reunión con el gran muftí suní de Damasco (Fuente: Twitter de Frank Pasemann)
Parlamentarios de Alternativa para Alemania durante su reunión con el gran muftí suní de Damasco (Fuente: Twitter de Frank Pasemann)

Si la joven ultraderecha alemana de Alternativa para Alemania (AfD) se sirvió en sus primeros años de vida de la llamada provocación estratégica para conseguir la atención de los medios, hoy parece haber hecho de esa provocación su principal razón de ser. Esta semana, una delegación de parlamentarios de la formación ultra visitó Siria y se reunió con figuras cercanas y leales al presidente del país árabe, Bashar Al Assad. A pesar de que a primera vista pueda parecer paradójico, teniendo en cuenta que la islamofobia y la xenofobia son dos de los grandes ejes discursivos de AfD, el viaje cobra sentido gracias a su principal motivo: los representantes del partido alemán trasladaron al régimen baazista la necesidad de que los refugiados sirios que viven en Alemania regresen al país árabe.

“Es importante informarse sobre el terreno de la situación humanitaria y de los trabajos de reconstrucción en los territorios liberados”, tuiteaba este martes desde Damasco Udo Hemmelgarn, diputado de AfD en el Bundestag. “La cobertura en Alemania no ofrece posibilidades fiables para evaluar la auténtica situación en Siria”, añadía. “En estos momentos, algunos diputados regionales y federales nos encontramos en un viaje privado en Siria para recabar algunas informaciones sobre la situación humanitaria. Hoy nos hemos reunido, entre otros, con el representante del patriarca de la Iglesia Siria Ortodoxa”, escribía también en twitter Frank Pasemann, diputado ultraderechista en el Bundestag.

Ahmed Hassun, el gran muftí suní de Siria cercano a Al Assad, ha sido otra de las personalidades con las que la delegación parlamentaria de AfD se ha reunido en Damasco. Hassun amenazó en 2011 a Estados Unidos con atentados suicidas si Washington decidía atacar su país. El líder religioso ha hablado oficialmente con los representantes ultras sobre “la separación de Iglesia y Estado” y del regreso de refugiados sirios al país árabe. Como destacaban medios alemanes citando a la agencia oficial siria Sana, Hassun pidió a los diputados de AfD que trasladen a Alemania la verdad sobre la situación en Siria para combatir así los intentos de los medios occidentales de manipular lo que está ocurriendo. La desconfianza y el descrédito hacia los medios tradicionales unen en este caso al régimen de Assad y al partido ultraderechista alemán.

Mientras los delegados de AfD compartían fotos en sus redes sociales de sus paseos por las calles de Damasco, el portavoz de Derechos Humanos de la fracción conservadora de la CDU-CSU, Michael Brand, criticaba con dureza la visita: “Como políticos, han ensuciado el nombre de nuestro país y se han mofado de las víctimas de una guerra brutal”, ha dicho Brand. AfD lleva tan sólo seis meses en el Bundestag, pero, tal y como se preveía, sus constantes salidas de tono han conseguido embarrar el estilo dialéctico en la principal cámara parlamentaria de Alemania.

placeholder El presidente sirio Bashar Al Assad habla con la prensa en Damasco, el 4 de marzo de 2018. (SANA/EFE)
El presidente sirio Bashar Al Assad habla con la prensa en Damasco, el 4 de marzo de 2018. (SANA/EFE)

“Cinismo e hipocresía”

El pasado noviembre, la fracción de AfD en el Bundestag (la tercera más grande del Parlamento federal), pidió al Gobierno federal alemán que negociase con el régimen de Damasco el retorno de refugiados sirios. El exmilitar Georg Pazderski, una de las figuras parlamentarias más destacadas de AfD, argumentó el pasado febrero que muchas regiones del país árabe están en paz y que, por ello, Siria debería ser considerado por Berlín como un país seguro. Ello cerraría la puerta a los ciudadanos sirios la posibilidad de pedir asilo y acceder al estatus de refugiado en Alemania. El resto de partidos con presencia parlamentaria han acusado repetidamente a los ultraderechistas de “cinismo e hipocresía”, pues la mayoría de refugiados sirios que actualmente viven en Alemania son opositores a Bashar Al Assad.

Bajo la aparente premisa de que los enemigos de tus enemigos son tus amigos, no es la primera vez Alternativa para Alemania hace de sus posiciones en política exterior una herramienta de desgaste del gobierno de Angela Merkel y del establishmet político alemán. Varias delegaciones de la formación ultraderechista ha realizado, por ejemplo, viajes oficiales a Moscú para reunirse con representantes del partido del presidente ruso, Vladimir Putin. La península de Crimea ha sido otro de los destinos sonados de delegaciones de AfD en el extranjero: varios grupos parlamentarios han visitado en repetidas ocasiones el exterritorio ucraniano anexionado por Rusia en 2014 para, al igual que en Siria, hacerse una idea de la situación sobre el terreno. AfD ha criticado además abiertamente las sanciones occidentales contra Rusia y ha alabado abiertamente el liderazgo de Putin, un hombre fuerte cuyo estilo de gobierno autoritario seduce a los líderes ultraderechistas alemanes.

placeholder Refugiados sirios contrarios al régimen de Assad protestan contra la guerra en su país en Berlín, en noviembre de 2017. (EFE)
Refugiados sirios contrarios al régimen de Assad protestan contra la guerra en su país en Berlín, en noviembre de 2017. (EFE)

Abierta radicalización

En julio de 2017, Andreas Wild, diputado regional de AfD en Berlín, realizó una visita a Ankara para reunirse con representantes del AKP, el partido del presidente turco Recep Tayyip Erdogan. Nuevamente, en la agenda de la visita estaba el retorno de ciudadanos turcos con residencia en Alemania; en este caso, Wild proponía ayudas públicas como incentivo para que ciudadanos turcos dependientes del Estado del Bienestar alemán volviesen a su país de origen.

El viaje le costo a Wild su exclusión de la fracción de AfD en el parlamento regional de la capital alemana. En ese momento, el partido ultra estaba metido de lleno en la campaña electoral para las elecciones federales que se celebraron el pasado 24 septiembre, en las que se jugaba su entrada en el Bundestag. El objetivo principal de la dirección del partido era así intentar ofrecer un perfil más moderado. El último viaje de una delegación de AfD a Siria demuestra ahora, sin embargo, que el ala más ultranacionalista y etnonacionalista acumula cada vez más poder en el partido ultraderechista alemán.

Una radicalización que, por cierto, no parece pasarle factura: algunas recientes encuestas de intención de voto colocan a AfD ya como segunda fuerza en Alemania, por delante de los socialdemócratas del SPD. La definitiva formación de una nueva Gran Coalición (democristianos y socialdemócratas) dejará además a los ultraderechistas como líderes de la oposición parlamentaria en el Bundestag, una plataforma ideal para continuar con su estrategia de provocación estratégica.

Si la joven ultraderecha alemana de Alternativa para Alemania (AfD) se sirvió en sus primeros años de vida de la llamada provocación estratégica para conseguir la atención de los medios, hoy parece haber hecho de esa provocación su principal razón de ser. Esta semana, una delegación de parlamentarios de la formación ultra visitó Siria y se reunió con figuras cercanas y leales al presidente del país árabe, Bashar Al Assad. A pesar de que a primera vista pueda parecer paradójico, teniendo en cuenta que la islamofobia y la xenofobia son dos de los grandes ejes discursivos de AfD, el viaje cobra sentido gracias a su principal motivo: los representantes del partido alemán trasladaron al régimen baazista la necesidad de que los refugiados sirios que viven en Alemania regresen al país árabe.

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