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La Marcha de las Mujeres contra Trump bate récords y confirma una América dividida
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la américa progresista retoma la iniciativa

La Marcha de las Mujeres contra Trump bate récords y confirma una América dividida

El presidente de EEUU ha respondido en Twitter cuestionando si los participantes votaron en las pasadas elecciones

Foto: Cientos de miles de personas recorren las calles de Washington por los derechos de las mujeres. (Reuters)
Cientos de miles de personas recorren las calles de Washington por los derechos de las mujeres. (Reuters)

Las dos orillas de una grieta enorme se han manifestado este fin de semana en Washington. Los seguidores de Donald Trump le ovacionaron durante su investidura y ayer le tocó el turno a la oposición, una marcha femenina que rompió todas las expectativas para denunciar la misoginia y el latido dictatorial que una parte del país percibe en su nuevo presidente, el más impopular en el momento de jurar el cargo. El presidente se ha referido a la marcha en su cuenta personal del Twitter cuestionando si los participantes en la misma votaron en los últimos comicios. "He visto las protestas de ayer pero tenía la impresión de que acabábamos de celebrar elecciones. ¿Por qué no ha votado esta gente?", ha escrito Trump.

La pregunta no ha tardado en ser respondida por muchos internautas que le han recordado que Hillary Clinton recibió más votos que el representante republicano.

Apenas dos horas después del primer tuit, Trump volvía a tuitear para asegurar que pese a que no estar de acuerdo, "reconozco el derecho de las personas a expresar sus opiniones".

Lo cierto es que la América progresista, más diversa, urbanita y confiada, se cayó de su nube el 8 de noviembre. Fue desbancada de un mamporro, y ha tenido diez semanas para recuperarse y tomar la calle en una manifestación de color rosa, con todos sus mensajes unidos en carteles resabidos y vistosos. La marea llegó a medir 1,6 kilómetros de largo, desbordó el transporte público, saturó internet y confirmó la electricidad política que recorre EEUU, con debates improvisados en el metro y jóvenes contándolo en Facebook Live.

“Tengo miedo de que todo lo que tenemos ahora sea desmontado”, dice Katie Jones, que viene desde Oregón, en la otra esquina del país. Jones se acaba de licenciar y ha venido para conjurar el temor que le inspiran los próximos cuatro años. “Aunque Trump me da miedo, esta manifestación me da esperanza”.

placeholder Vista aérea de la marcha junto al Capitolio (Reuters)
Vista aérea de la marcha junto al Capitolio (Reuters)

Más de 200 asociaciones organizaron la marcha, entre ellas Planned Parenthood, la agencia de salud reproductiva financiada por el Gobierno, varios grupos de defensa de los derechos de las minorías y un nutrido cartel de famosas. Las cantantes Cher y Katy Perry hablaron al comienzo, pero fue Madonna la que absorbió más atención.

“He pensado un montón acerca de volar por los aires la Casa Blanca”, declaró. “Pero eso no cambiaría nada”. Llamó “capullo” a Donald Trump y planteó las elecciones en blanco y negro: “El bien no ganó en estas elecciones, [pero] ganará al final”. La estrella dijo tantas veces “joder” que CNN y MSNBC dejaron de cubrir el discurso.

placeholder La cantante Madonna ofreció también un discurso en la marcha. (Reuters)
La cantante Madonna ofreció también un discurso en la marcha. (Reuters)

Más gente que en la investidura

La marcha fue formándose desde el día anterior. Aviones de todo el país llegaron a Washington con miles de mujeres a bordo. Desde primera hora del sábado la cola para entrar en el metro de Greenbelt, una localidad vecina, se extendía hasta donde alcanzaba la vista. 1.800 buses chárteres llegaron a la capital y los 'parkings' se ocuparon de madrugada. A las 11 de la mañana ya habían tomado el metro 275.000 personas, más que las 193.000 que lo usaron el día anterior para ver la investidura.

El sello distintivo fueron los gatos, pues una forma de decir “gato” en inglés es 'pussy', que también significa “vagina”. Una referencia a cuando Donald Trump presumió de agarrar a las mujeres “por el 'pussy'” durante una conversación grabada por accidente en 2005 y cuya filtración sacó a la luz múltiples denuncias por agresión sexual. Decenas de miles de mujeres, y algunos hombres, llevaron 'pussyhats', gorros de lana rosa con orejas felinas que se vendían en los puestos callejeros del centro.

Jim y Judy Roswen, profesores jubilados de Maryland, llevan protestando desde hace exactamente 50 años. “Empezamos contra la guerra de Vietnam, luego en los setenta marchamos a favor del aborto, después contra las guerras de Irak…”, dice Judy. “Hay mucha gente, pero me pregunto cuántos de estos jóvenes votaron en las elecciones”.

Su marido Jim se siente identificado con un cartel que acaba de ver: “No puedo creer que siga manifestándome contra la misma mierda”, declara. “Llevamos décadas protestando por los mismos asuntos; yo diría que esta vez lo principal es manifestarse contra el odio. Y lo único nuevo, el cambio climático”.

Otros son nuevos en esto, como Jonathan Kittrell, gerente de una empresa de móviles. Disimulado contra una pared gris, de gabardina y piel pálida, Kittrell observa la marcha y dice que es la primera vez en su vida que sale a protestar. “Trump ganó con una campaña de odio. A partir de ahora voy a informarme más, a ser más activo”, asegura.

placeholder La mayoría de las pancartas protestaban contra el nuevo presidente de Estados Unidos (Reuters)
La mayoría de las pancartas protestaban contra el nuevo presidente de Estados Unidos (Reuters)

"Somos mujeres desagradables"

Los carteles defendían los derechos reproductivos, la igualdad y la protección de las minorías latina y musulmana, amenazadas por Trump en campaña. Otros carteles insultaban al presidente; le llamaban “cheeto” por su color naranja, se reían del tamaño de sus manos y decían que fue colocado en el despacho oval por Vladimir Putin; incluso había carteles felicitándole en ruso. Otros eran juegos de palabras con su eslogan de campaña, “Make America Great Again”, y muchas mujeres lucían el improperio que Trump soltó a Hillary Clinton en un debate: 'Nasty woman', “mujer desagradable”.

Pese a la movilización masiva, récord en un fin de semana de investidura, y al eco que encontró en las “marchas hermanas” en los 50 estados de EEUU y 32 países del mundo, es la ideología, no el género, lo que explica la actitud hacia Donald Trump. La primera candidata presidencial de la historia, Hillary Clinton, recibió el apoyo de poco más de la mitad de las mujeres del país, y tuvo menos apoyo que Trump entre las mujeres blancas: de votantes como Mary Meza, terapeuta retirada de Texas que vino a la investidura.

Una mujer fotografía la manifestación desde una terraza. (Reuters)“Hay cosas que de verdad que no entiendo”, dice Meza refiriéndose a la marcha. “A mí no me gustó cuando ganó Obama, pero no salí a protestar”. Meza quita importancia a los comentarios en privado de Donald Trump, dice que los grandes medios de comunicación dan una imagen tergiversada del magnate y lamenta la polarización del país. “Ayer, una persona de mi Facebook me llamó racista, sin que yo dijera nada. ¡Racista! ¡Yo! ¡Pero si soy latina!”, y se quita las gafas de sol para que pueda ver sus ojos negros.

La marcha es heredera de la agitación por el sufragio femenino que tuvo lugar en 1913, un día antes de la investidura del presidente Woodrow Wilson, y que acabó con cien manifestantes hospitalizadas. Una movilización más de aquellas que toman la capital en los años más convulsos y que dibujan la trinchera política de la época.

Las dos orillas de una grieta enorme se han manifestado este fin de semana en Washington. Los seguidores de Donald Trump le ovacionaron durante su investidura y ayer le tocó el turno a la oposición, una marcha femenina que rompió todas las expectativas para denunciar la misoginia y el latido dictatorial que una parte del país percibe en su nuevo presidente, el más impopular en el momento de jurar el cargo. El presidente se ha referido a la marcha en su cuenta personal del Twitter cuestionando si los participantes en la misma votaron en los últimos comicios. "He visto las protestas de ayer pero tenía la impresión de que acabábamos de celebrar elecciones. ¿Por qué no ha votado esta gente?", ha escrito Trump.

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