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Brexit: una mañana en Romford, el pueblo más euroescéptico del Reino Unido
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Havering, la Galia del Brexit en Londres

Brexit: una mañana en Romford, el pueblo más euroescéptico del Reino Unido

El mercado de Romford es el lugar donde el euroescepticismo late con más fuerza en todo el Reino Unido. Los puestos muestran con orgullo su adhesión al Brexit con toda clase de propaganda

Foto: Imagen del mercado del municipio de Romford, el lugar donde el euroescepticismo late con más fuerza en todo el Reino Unido (Foto: Eugenio Blanco).
Imagen del mercado del municipio de Romford, el lugar donde el euroescepticismo late con más fuerza en todo el Reino Unido (Foto: Eugenio Blanco).

El mercado del municipio de Romford es el lugar donde el euroescepticismo late con más fuerza en todo el Reino Unido. Los puestos de los comerciantes muestran con orgullo su adhesión al Brexit con toda clase de propaganda. Las conversaciones sobre el referéndum se intercalan con las consultas comerciales con asombrosa naturalidad, generando algo así como un cuadro costumbrista extraño, donde las preocupaciones cotidianas colisionan con las preocupaciones históricas.

Rodford es el enclave urbano más importante del distrito de Havering, la comarca donde presumiblemente más gente votará por marcharse de la UE en el referéndum de hoy. Así al menos lo expresa la encuesta que publicó el Gobierno a principios de este año y que nombró a este distrito al este de Londres como el lugar con más adeptos al Brexit de todo el país.

'Queremos recuperar nuestro país', dice una de las dueñas de la pescadería Crosbie, 'la inmigración se ha descontrolado y este país es una pequeña isla que se está hundiendo porque no cabe más gente'

El mercado ha adquirido tanta popularidad dentro de la campana del "Leave", que se ha convertido en lugar de peregrinaje de partidarios, curiosos y periodistas internacionales. Así, los vendedores han desarrollado sus dotes de analistas políticos improvisados, el mercado de Romford se ha convertido en un plató de televisión espontáneo y sus comerciantes ya son experimentados tertulianos.

Queremos recuperar nuestro país”, dice una de las dueñas de la pescadería Crosbie, “la inmigración se ha descontrolado y este país es una pequeña isla que se está hundiendo porque no cabe más gente”. La pescadera habla con paciencia mientras arregla un pedido, como si estuviera memorizando un discurso, y los clientes asienten con la cabeza mientras van pensando qué pescado se llevarán a casa. “No tenemos espacio para tanta gente. Se nota en las carreteras, de un tiempo a esta parte todo son atascos”, interviene su hijo, que no llega a los 30 años de edad.

Al lado de la pescadería Crosbie, Ernst tiene su puesto de ropa. “Ya he hablado mucho sobre el tema, pero espero que a la hora de votar todos pensemos primero en nuestro país, no hay nada malo en eso, si no corremos el riesgo de que en poco tiempo Turquía también sea parte de la UE y la situación se desborde mucho más”. En esas aparece Keith, trajeado y con una pegatina que reza "IN" en su solapa: “Turquía no va a entrar en la UE. Estáis empeñados en usar siempre ese argumento que sencillamente no es cierto”, le recrimina a Ernst. Keith Taffs lleva dos semanas haciendo campaña por la permanencia en la UE en 'territorio comanche'. Ambos ya se conocen y son algo así como enemigos íntimos, discrepantes afables. Se lanzan algunas puyas, algunos titulares de prensa o declaraciones de sus líderes y acaban reconociendo que es mejor que cada uno siga su camino con sus propias ideas.

Curiosamente, en frente del puesto de Ernst, hay una peluquería turca, Romford Barber, Trational Turkish Barber. Uno de los peluqueros afeita a un cliente y otro barre el suelo. “No podemos hablar ahora, estamos trabajando”. Ambos tienen rasgos turcos y la pregunta es obligada: ¿os habéis sentido atacados por esta campaña? Ambos peluqueros se miran y se lanzan una sonrisa fugaz: “todo está bien; sentimos no poder responder ahora, pero estamos ocupados”.

Chittock tiene una pequeña ferretería. Lleva puesta una camiseta roja con la palabra ‘Leave’: “Me encanta España y muchos otros países europeos, no hay nada en contra de ninguna otra nación, espero que nuestra elección no se vea así. Sin embargo, creo que es bueno que no solo el Reino Unido, sino también el resto de territorios, recuperen gran parte de su soberanía, ya que ahora mandan un montón de burócratas en Bruselas a los que nadie eligió”.

Havering versus Londres

En contraste al sentimiento generalizado en Havering, el distrito de Ceredigion, en la costa de Gales, es el lugar proporcionalmente con más adeptos a la permanencia del Reino Unido en la UE. En la lista le siguen las ciudades escocesas de Aberdeen y Stirling. Después, diferentes distritos de Londres, como Lambeth, Camden, Southwark y Hackney, copan los primeros puestos de la lista de los enclaves favorables a la permanencia en Europa.

El 83% de su población está compuesta por 'blancos británicos', muy por debajo del 45% que vive en la capital. Además, el 90% de los habitantes de Havering han nacido en Gran Bretaña, mientras que en Londres capital el porcentaje baja al 63%

Si la capital británica se presenta como el principal caladero de votos en contra del Brexit, llama la atención como uno de sus distritos, a solo 20 kilómetros del centro, tenga esa enfática afiliación a la salida del Reino Unido de las instituciones de europeas.

Conviene resaltar que Havering tiene sus propias peculiaridades en el mapa político londinense. El distrito perteneció al condado de Essex hasta 1965, cuando la comarca fue absorbida por Londres. El 83% de su población está compuesta por “blancos británicos”, muy por debajo del 45% de esta etnia que vive en la capital. Además, el 90% de los habitantes de Havering han nacido en Gran Bretaña, mientras que en Londres capital el porcentaje baja al 63%.

Además, Havering ha sido un histórico enclave para el 'thatcherismo'. Sin ir más lejos la Margaret Thatcher House es la sede los Conservadores en Romford. Su líder, Osman Dervish, le dijo recientemente al 'Guardian' que los habitantes de Romford son hijos del thatcherismo: “están orgullosos de sus raíces; creen firmemente en la aspiración de movilidad social”.

El perfil descrito por Dervish es un calco de Rich Smith, otro de los vendedores del mercado de Romford. “Esta zona tradicionalmente ha sido euroescéptica. Y yo tengo más de 50 años y a esta edad uno ya es demasiado viejo para cambiar de criterio”. Rich tiene casa en Lanzarote y su hija, que habla francés, italiano y español, es una vehemente defensora de la permanencia, según explica. “Tenemos muchas discusiones en casa. Yo me alegro que ella tenga su criterio propio, pero me niego a que me cambie el mío”.

Y es que también hay un conflicto generacional latente a la hora de elegir postura. En el stand de campaña de Remain en Romford dos veinteañeras explican que ellas sienten más los beneficios de ser ciudadanas europeas que sus padres, que siguen anclados a la idea de que Gran Bretaña ha perdido personalidad y nitidez en el panorama internacional, “es como si no tuvieran la capacidad de ver los aspectos positivos que nos ha traído estar en Europa”.

"Mucha gente va a votar con las entrañas"

En Londres, con una población más joven y diversa, se prevé una amplia victoria a favor de la permanencia. Abigail Rowlands, de 25 años, consultora de una ONG y con domicilio en uno de los barrios de moda de la capital, Walthamstow, asegura que no fue una buena idea por parte del Gobierno organizar la consulta: “tengo la sensación de que mucha gente va a votar con las entrañas, en vez de hacerlo analizando los hechos, que han sido muy tergiversados por la propaganda”. En este sentido, Amy Wilson, empleada en una firma en la City de Londres, critica a un sector de la población que está basando su voto en un “sentimiento de nostalgia que está alternando la realidad”.

Matthew, otro joven que ha hecho campaña por la permanencia en el mercado de Romford, asegura estar 'muy inquieto' por el resultado, 'aunque tal vez estoy influenciado por tantos desplantes recibidos en esta zona tan partidaria al Brexit'

Mientras que londinenses esperan que el impulso de la capital sea suficiente para evitar el Brexit, en Romford mayoritariamente apelan a un sentimiento nacionalista para abrir un nuevo capítulo en la historia del Reino Unido.

Matthew, otro joven que ha hecho campaña por la permanencia en el mercado de Romford, asegura estar “muy inquieto” por el resultado, “aunque tal vez estoy influenciado por tantos desplantes recibidos en esta zona tan partidaria al Brexit”. Por su parte, Chris, es el reflejo de otro perfil de votante que apoyará la salida del Reino Unido de la UE: en él ha germinado un potente desencanto con el Laborismo y se ha acercado a la ruptura con Europa desde la frustración que ha generado, a su juicio, el paulatino abandono del partido de Corbyn a las clases trabajadoras. Asegura no coincidir con algunos de sus compañeros de viaje, pero cree que ha llegado el momento de expresar su descontento y desconectarse “de la burocracia de Bruselas”.

Después de una de las campañas más hoscas que se recuerdan en el Reino Unido, hay cierto miedo en la sociedad británica de que las heridas y la fractura permanezcan. “Espero que no”, dice Mick Hitchin, otro de los voluntarios que han hecho campaña a favor de la permanencia, “aunque es verdad que se han utilizado muchas insidias”. En un momento de evocación, surge una pregunta que es personal, pero también extensible a una sociedad: ¿Y si gana el Brexit, qué vas a hacer? Mick se queda pensativo un instante y luego contesta con una carcajada, medio en broma, medio en serio: “Está claro. Irme a vivir a Francia”.

El mercado del municipio de Romford es el lugar donde el euroescepticismo late con más fuerza en todo el Reino Unido. Los puestos de los comerciantes muestran con orgullo su adhesión al Brexit con toda clase de propaganda. Las conversaciones sobre el referéndum se intercalan con las consultas comerciales con asombrosa naturalidad, generando algo así como un cuadro costumbrista extraño, donde las preocupaciones cotidianas colisionan con las preocupaciones históricas.

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