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La científica que come fruta ‘radiactiva’ en Chernóbil para educar a la sociedad
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ha viajado SEIS VECES a la zona de exclusión

La científica que come fruta ‘radiactiva’ en Chernóbil para educar a la sociedad

Bionerd es una científica misteriosa que recorre las ruinas de Chernóbil con una cámara para cuestionar las ideas establecidas acerca de la radiación, sin miedo a que esta pueda dañar su salud

Foto: La científica y 'YouTuber'. (Flickr: Bionerd)*
La científica y 'YouTuber'. (Flickr: Bionerd)*

“Está un poco ácida. Me imaginé que sería más dulce. Pero no está mal”, dice a la cámara la científica anónima Bionerd mientras saborea una manzana ‘radiactiva’ en las inmediaciones de la antigua central nuclear de Chernóbil (Ucrania). Sus 'arriesgados'mordiscoshan llevado a algunos internautas a llamarla “suicida”.

“La mayoría de vosotros me llamó ‘loca’ por comerme una manzana como esta, queriendo ‘inducirme leucemia y cáncer’ a mí misma… pero, ¿es realmente así?”, pregunta en un vídeo posterior en el que analiza una muestra de manzana contaminada para demostrar que es comestible.

En sus seis visitas a la zona de exclusión –un paisaje de 30 kilómetrosde desolación en torno al lugar del desastre– Bionerd se ha grabado desenterrando basura radiactiva, comiendo fruta supuestamente contaminada o explorando las entrañas del ruinoso mastodonte soviético. Luego comparte sus vídeos a través de su cuenta de YouTube, que dispone de más de 37.000 seguidores. Su objetivo: desmontar mitos enraizados sobre la radiación y acercar la ciencia al público general.

“Quiero educar a la gente acerca de la radiación y la física nuclear”, cuenta a este diario. “El mundo está lleno de visiones extremas –los medios tienden a demonizar la radiación mientras los lobistas afirman que no hay riesgo. La verdad habita en el medio y me enfada que sea tan difícil encontrar documentales razonables”.

La explosión del Reactor 4 de la central hace 29 años se considera una de las peores catástrofes medioambientales de la historia, causando dos muertes la noche del accidente y otras 28 en las semanas siguientes debido a la intensa contaminación, según la Asociación Nuclear Mundial. También se cree que el accidente fue la causa de alrededor de 7.000 casos de cáncer de tiroides entre personas menores de edad en el momento del desastre, conforme indica el Instituto de Energía Nuclear.

Las autoridades estiman que la zona será inhabitable durante miles de años (aunque hoy en día es una atracción turística).

Desafiando sus predicciones, Bionerd explora viviendas abandonadas o parques de atracciones en ruinas, acompañada por los incesantes pitidos de su medidor de radiación. Asegura que solo ha sentido miedo cuando se topó con un zorro potencialmente rabioso y cuando caminaba por edificios con mala coyuntura estructural. Su familia y amigos tampoco temen por ella. “Supongo que la gente que me conoce está verdaderamente convencida del hecho de que sé lo que hago”, dice.

La científica contó al Daily Mail que ha estado más expuesta a la radiación bañándose repetidas veces en la playa sin reaplicar protección solar que en Ucrania. “La dosis de radiación recibida en Chernóbil fue mucho menor”, afirmaba.

La investigadora confiesa que el afán científico que motivaba sus visitas se ha convertido en amor por Chernóbil, que considera una auténtica “máquina del tiempo”. “Nadie que no haya visto el lugar es capaz de entenderlo totalmente; mucha gente pensará que es una locura”, afirma. “Pero si has estado en la zona y la has vivido como lo que es –una máquina del tiempo– lo entenderás. El tiempo se detuvo en el momento en que el reactor explotó”.

Pese a estar enamorada de la zona de exclusión, la científica quiere visitar otros escenarios de catástrofes nucleares como Fukushima (Japón) o el antiguo terreno soviético de pruebas nucleares de Semipalátinsk (Kazajstán).

Bionerd, que rehúsa desvelar su identidad ya que “nadie debería adorar a un científico sino su trabajo”, afirma que su pasión por la física nuclear emana del hecho de que “es la prueba de la ciencia”. “Me negaba a creer ciegamente. ¿Dios? ¿El átomo? Sí, claro. Demuéstralo o cállate la boca. Pero la radiactividad prueba la existencia del átomo”, asegura. “La radiación es la clave del conocimiento en vez de fe ciega”.

Puedes ver todas las fotos de Bionerd en su perfil de Flickr.

“Está un poco ácida. Me imaginé que sería más dulce. Pero no está mal”, dice a la cámara la científica anónima Bionerd mientras saborea una manzana ‘radiactiva’ en las inmediaciones de la antigua central nuclear de Chernóbil (Ucrania). Sus 'arriesgados'mordiscoshan llevado a algunos internautas a llamarla “suicida”.

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