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"Soy un colono judío sionista. Nosotros somos los herederos de esta tierra"
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121 MUERTOS EN GAZA POR LA OFENSIVA ISRAELÍ

"Soy un colono judío sionista. Nosotros somos los herederos de esta tierra"

Kaufman es un "colono judío sionista", como él mismo se define, residente en uno de los asentamientos de Cisjordania. Apoya la ofensiva contra Gaza sin dudar

Rafael Kaufman es uno de los “colonos sionistas judíos”, como él se define, que habitan las colonias israelíes de Cisjordania. Él prefiere llamarle Samaria o “la tierra bíblica que Dios entregó al pueblo elegido, que somos nosotros”, apunta. Junto con su mujer y sus seis hijos residen en Ma’ale Shomron, al sur de la zona disputada. Desde que se trazaron las fronteras tras el acuerdo árabe-israelí de 1949, en las que Judea y Samaria quedaban fuera del territorio de Israel, los colonos han luchado sin descanso para repoblarla.

La reciente guerra entre Israel y Gaza, con la operación militar Margen Protector, pone de nuevo el foco sobre los asentamientos israelíes, ya que la contienda estuvo precedida por el secuestro y asesinato de tres jóvenes que estudiaban en un bloque de colonias de Gush Etzión. En total, según el Consejo Yesha, una entidad que lucha por los derechos de los colonos, 375.000 ciudadanos israelíes, como Rafael, viven en urbanizaciones construidas fuera de las fronteras de su país, según el derecho internacional.

‘Somos la generación afortunada. Los judíos hemos estado llorando durante 2.000 años y por fin hemos conseguido nuestra tierra’, explica entusiasmado Rafael

Hoy es viernes, y Rafael va con su familia al hipermercado más cercano para realizar las compras necesarias para preparar el Shabat (la fiesta judía). A las siete de la tarde acuden juntos a la sinagoga para hacer la oración. Después, siguiendo los preceptos judaicos, como prescindir de electricidad o no realizar ningún trabajo físico, toman la cena para recibir la llegada del Shabat en su pequeña “urbanización”. Allí, pasan la noche con otras 280 familias con las que comparten la misma convicción político-religiosa.

Este padre de 42 años es de origen uruguayo y vino por primera vez a Israel para hacer la Aliyá (inmigración judía). Después de “enamorarse de Israel” decidió ingresar en la Universidad de Jerusalén para estudiar los orígenes de su tierra. Tres meses después de conocer a Miri, su mujer, se casaron y pronto se mudaron a vivir a un asentamiento de Cisjordania. El territorio es árido y rocoso, conectado por carreteras que comparten con la población palestina. “Vivir en esta tierra es el principio para la llegada del Mesías. Donde no hay plantas, crecerán las frutas”, explica entusiasmado Rafael. “Somos la generación afortunada. Los judíos hemos estado llorando durante 2.000 años y por fin hemos conseguido nuestra tierra”.

Vestido con el típico atuendo colono, Rafael lleva un revolver escondido en la funda de los pantalones. “Tengo que protegerme en las carreteras aquí, mira lo que les pasó a esos jóvenes que secuestraron, puede aparecer un palestino y atacarme…” explica. Su mujer, también es fiel al estereotipo de colona. Viste una falda larga hasta los tobillos y se cubre el pelo con un pañuelo. “Estamos aquí por motivos religiosos pero también hay razones económicas, vivir aquí es mucho más barato que otras ciudades de Israel”, explica.

“Que vivamos aquí no es obstáculo para la paz. ¡Israel quiere la paz!”

Rafael no duda un segundo en defender una posible incursión terrestre del Ejército israelí en Gaza. “Un trabajo a la mitad es un trabajo mal hecho”, dice con aplomo. El principal objetivo dice, tiene que ser limpiar la Franja de terroristas. En todo momento niega que vivir en esta tierra sea uno de los obstáculos para conseguir la paz con los palestinos: “Esta es mi tierra, el que quiera vivir aquí que sea bajo mis reglas, sino los árabes tienen otros veintidós países en la región a los que marcharse”. Asegura que los palestinos no tienen motivos históricos, como ellos, para quedarse en esta zona. “Ellos no son un país, sólo son una autoridad de terror que nos quiere destruir”, dice.

'Hamás tiene una tecnología más avanzada que antes, como los M302 que son de producción siria o los M75 elaborados por ellos mismos en el interior de la Franja'

Miriam vino a vivir a Israel porque “le ofrecía muy buenas oportunidades como judía”. En México era encargada de una mikveh, los baños de agua sagrada para purificarse, pero a su marido no le iba bien en el trabajo. “Nada más llegar, el primer año, el estado nos daba mil dólares al mes y pagaban parte del alquiler”, cuenta. “Y nos propusieron vivir en Petaj Tikva”, una población cercana a Tel Aviv donde viven gran cantidad de religiosos. Ella se autodenomina Datim, judíos religiosos que no son ultraortodoxos. Cubre su pelo con peluca y lleva la falda larga propia de las mujeres conservadoras.

Miriam también apoya una posible invasión terrestre en Gaza. Dice que ellos tienen todo el derecho a defenderse. “¡Israel quiere paz!”, exclama. Cuenta que gracias al escudo antimisiles Cúpula de Hierro, los israelíes pueden seguir con su vida normal.

"Hamás tiene una tecnología más avanzada que antes"

Desde el comienzo de la operación militar israelí sobre Gaza la aviación ha atacado más de 1.100 objetivos en la Franja. Las milicias palestinas continúan el lanzamiento de cohetes a Israel. “La novedad en esta nueva guerra son el largo alcance de los cohetes lanzados hacia Israel”, cuenta a El Confidencial Roni Kaplan, uno de los portavoces de las fuerzas militares israelíes. “Esto muestra que los milicianos tienen una tecnología más avanzada que antes, como los M302 que son de producción siria o los M75 elaborados por ellos mismos en el interior de la Franja”.

El Gobiero de Netanyahu comenzó ayer a valorar la posibilidad de lanzar una incursión terrestre tras cuatro días de intensos bombardeos sobre la Franja, que han causado la muerte a más de 120 palestinos, de las que cerca de 60 son civiles y 23 niños. Benny Gantz, jefe de Estado Mayor del Ejercito, aseguró que las tropas están ya preparadas: "El Ejército israelí no necesita una gota que colme el vaso para lanzar una operación terrestre, sólo una directriz política".

La ofensiva, reiteró el general, aún no es suficiente para el logro de sus objetivos declarados: detener el lanzamiento de cohetes y destruir la infraestructura de Hamás. "Gaza se está sumiendo en el desastre. La ofensiva por aire es excelente y los (esfuerzos) en inteligencia están funcionando", dijo. Mientras, la aviación y la marina de guerra israelí continuaron ayer con el castigo aéreo sobre posiciones de las milicias en una Franja de calles vacías, donde, según fuentes palestinas, empiezan a escasear las medicinas y los alimentos y donde la elevada cifra de heridos (680) comienza a saturar los hospitales. El número de víctimas mortales tras los ataques israelíes de este sábado ha aumentado a 121.

Rafael Kaufman es uno de los “colonos sionistas judíos”, como él se define, que habitan las colonias israelíes de Cisjordania. Él prefiere llamarle Samaria o “la tierra bíblica que Dios entregó al pueblo elegido, que somos nosotros”, apunta. Junto con su mujer y sus seis hijos residen en Ma’ale Shomron, al sur de la zona disputada. Desde que se trazaron las fronteras tras el acuerdo árabe-israelí de 1949, en las que Judea y Samaria quedaban fuera del territorio de Israel, los colonos han luchado sin descanso para repoblarla.

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