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Niños soldados en Mali: de la escuela coránica a las milicias yihadistas
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SUS PROFESORES LOS VENDÍAN A LOS ISLAMISTAS

Niños soldados en Mali: de la escuela coránica a las milicias yihadistas

Algunos no tienen más de diez años pero, fusil al hombro, vigilaban los puestos de control en las ciudades de Mali bajo el poder de las

Foto: Niños soldados en Mali: de la escuela coránica a las milicias yihadistas
Niños soldados en Mali: de la escuela coránica a las milicias yihadistas

Algunos no tienen más de diez años pero, fusil al hombro, vigilaban los puestos de control en las ciudades de Mali bajo el poder de las milicias islamistas. Con mirada inquieta y poses forzadas, estos ‘niños soldado’ replicaban las actitudes de sus mayores yihadistas. Muchos también fueron utilizados en el frente de batalla: los primeros testimonios de civiles y los cadáveres encontrados destapan de nuevo los horrores de esta práctica, extendida en los países en conflicto. El 12 de febrero se celebró la Jornada Mundial contra el Uso de Niños Soldado. Según señala Brian Wood, responsable de Amnistía Internacional, las milicias yihadistas utilizaron como combatientes a cientos de menores en Mali.

En la ciudad de Diabali, a unos 400 kilómetros de Bamako, tomada por los yihadistas en enero y liberada posteriormente por las tropas francesas, vecinos y el alcalde de la urbe han denunciado el uso de niños entre 10 y 17 años por parte de las tropas de Mujao y Ansar Dine. Por otro lado, dos chicos de 15 años fueron arrestados por el Ejército de Mali en su avance en las proximidades de Segou, al este de Bamako.

Después de que las tropas francesas hayan liberado las ciudades, algunos de estos ‘niños soldado’ relataron a Amnistía Internacional cómo fueron entrenados  por las milicias yihadistas: “Yo estudiaba junto a otros 23 alumnos en una escuela coránica. Hace dos meses, el gran hermano de mi escuela nos vendió a los islamistas. Nos unimos a otros 14 niños que llevaban armas de fuego. Al principio, me hicieron trabajar en la cocina. Solíamos cocinar en una iglesia ocupada por los yihadistas. Nos golpeaban con reglas durante las lecciones del Corán porque querían que pronunciáramos el árabe como ellos”.

“Nos enseñaron a disparar en los campos de entrenamiento. Tuvimos que comer arroz mezclado con pólvora. Me inyectaron tres veces en vena. Tras las inyecciones y la pólvora percibía a nuestros enemigos como si fuesen perros y lo único que tenía en mente era dispararles y acabar con ellos”. Al menos cuatro ‘niños soldado’ murieron en la batalla de Diabali los días 20 y 21 de enero, en la que las tropas francesas y malienses retomaron el control de la villa.

Niños vendidos a las milicias

Este testimonio arroja luz sobre un caso común entre los ‘niños soldado’: el uso de niños talibés, menores pobres de la calle que suelen mendigar y que han sido vendidos por los marabús (líderes religiosos locales) como niños soldado a los yihadistas. Las familias de los menores talibés les envían a los marabús porque no pueden hacerse cargo de ellos. Muchos padres confían a sus hijos a estos profesores coránicos para que les den una educación en las escuelas musulmanas. Según asegura Human Rights Watch, estos maestros “utilizan la educación como tapadera para cubrir la explotación económica de los niños a su cargo”. Han descubierto el mejor método para sacar tajada de la guerra.

“Al principio, casi cada pueblo disponía en las proximidades de una escuela coránica dirigida por un marabú”, explica un responsable de HRW. “Los padres le pagaban una módica suma y los talibés trabajaban en su campo”. Las dificultades económicas han modificado verdaderamente esta realidad al cabo de las últimas décadas, favoreciendo el éxodo rural de los marabús. “En el campo, los niños abandonan sus casas por la mañana para ir a la escuela coránica, pero regresan después. De manera general, un talibé debe reportar mendigando en la calle entre 200 y 500 francos CFA por día, lo que equivale a algo menos de un euro. Pueden traer también terrones de azúcar o arroz, que son vendidos en el mercado. Esta actividad puede revelarse lucrativa para un marabú que tenga  a entre treinta y cincuenta talibés bajo su cuidado”.

Los grupos islamistas negociarían directamente con estos marabús la incorporación de niños soldado a cambio de una compensación económica

Los grupos islamistas negociarían directamente con estos marabús la incorporación de niños soldado a cambio de una compensación económica. El dinero de los circuitos de la droga en el Sahel y los altos réditos obtenidos por el pago de secuestros de ciudadanos occidentales, permite a estas milicias una alta autonomía financiera. El color del dinero siempre nos ofrece otra perspectiva. Aparentemente, Francia está negociando con las milicias contra las que hace la guerra en Mali la liberación de los franceses que siguen secuestrados en el Sahel.

Me decían que debía dejar el colegio, que no era bueno. Me llevaron a un campo de entrenamiento y me enseñaron cómo manejar un arma”, cuenta un niño maliense en declaraciones a UNICEF. Grupos como Mujao, AQMI o Ansar Dine han reclutado a centenares de niños como soldados que hacen funciones de vigilancia, limpiadores domésticos, esclavos sexuales o soldados en el frente. Los jefes militares de estas milicias yihadistas enrolan a niños de más de diez años para nutrir sus filas. Les prometen el paraíso si mueren en el frente y aprovechan la pobreza de sus familias para obtener el apoyo de los padres.

“Por la pobreza muchos colaboran con los islamistas”

“La pobreza en esas zonas ha hecho que mucha más gente de lo que parece haya colaborado con los islamistas”, comenta Aboubacar, que acaba de regresar de Konna, la primera ciudad que atacaron las milicias y que hizo que Francia iniciara la operación Serval, de la que se cumple ya el primer mes. “Era como una marea silenciosa, el apoyo se iba extendiendo y la gente comenzaba a vivir con ello y a sacar partido, haciendo negocio con los yihadistas, a veces obligados y a veces no. Sólo la ciudad de Gao ha ofrecido verdadera resistencia. Ahora la gente está delatando a todos los que han colaborado con ellos y se están produciendo ajustes de cuentas terribles”.

Un adolescente de 14 años cuenta que fue vendido por su marabú a Mujao en la comuna de Tarkint, cerca de la ciudad de Gao. El joven denuncia que eran drogados y que él recibió únicamente 2.000 fcfa (3 euros) de esta milicia yihadista. La cantidad pagada al profesor coránico es desconocida.  “Les preparaba la comida, limpiaba la casa en la que estaban unos doce o trece hombres. Yo sólo preparaba la comida, pero un día cuando los combates empezaron me pidieron que empuñara un fusil. Yo dije que no sabía y me enseñaron a disparar en el patio trasero de la casa”.

Un habitante de Gao, Mohamed Kandanku, asegura que su hermano fue asesinado por ‘niños soldado’. “Mi hermano fue atacado por un grupo de yihadistas. Había niños entre ellos. Mi hermano empezó a correr y trato de huir de vuelta a nuestra casa. Ellos le siguieron y uno de los niños disparó contra él, pero falló. Después otro soldado le disparó y lo mató. Cayó al lado de la casa de mis padres, acribillado. No pudimos salir a recoger el cuerpo porque teníamos miedo de que nos disparasen”

Ousmane Amadou Maiga, presidente de la asociación “Nosotros no nos movemos (Nous pas bouger)” de jóvenes de Gao, intentó durante la ocupación de la ciudad disuadir a los jóvenes para que no se enrolaran en las milicias yihadistas. Esta actividad de resistencia frente a los combatientes yihadistas que controlaron durante meses el norte de Mali intentó frenar su abusos contra la población alentando una resistencia pasiva. “Fui a hablar con un pequeño de unos diez años. Le dije, ve a ayudar a tu madre en el campo, será mejor. Me contesto: ‘Preocúpate más bien por la tuya... ¿O quieres que dejemos a los tuaregs ir a violarla?’”.

Además de comprar menores a los marabús, los islamistas utilizaban un argumento infalible, el dinero. Proponían a los niños salarios mensuales desorbitadas para un país como Mali, llegando incluso a los 900 euros (600.000fcfa), una cifra muy superior al salario medio del país: 54 euros (35.000 fcfa). Desde enero de 2011, se ha denunciado el uso de ‘niños soldado’ en 19 países, según ONGs internacionales.

Algunos no tienen más de diez años pero, fusil al hombro, vigilaban los puestos de control en las ciudades de Mali bajo el poder de las milicias islamistas. Con mirada inquieta y poses forzadas, estos ‘niños soldado’ replicaban las actitudes de sus mayores yihadistas. Muchos también fueron utilizados en el frente de batalla: los primeros testimonios de civiles y los cadáveres encontrados destapan de nuevo los horrores de esta práctica, extendida en los países en conflicto. El 12 de febrero se celebró la Jornada Mundial contra el Uso de Niños Soldado. Según señala Brian Wood, responsable de Amnistía Internacional, las milicias yihadistas utilizaron como combatientes a cientos de menores en Mali.