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Caminando fuera del Edén
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PAUL SALOPEK RECORRERÁ DURANTE 7 AÑOS LA GRAN MIGRACIÓN PRIMORDIAL DE LA HUMANIDAD

Caminando fuera del Edén

Un pequeño grupo de hombres y mujeres africanos cruzó en cierta ocasión el estrecho de Mandeb, al sur del mar Rojo, cuando el nivel del océano

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Caminando fuera del Edén

Un pequeño grupo de hombres y mujeres africanos cruzó en cierta ocasión el estrecho de Mandeb, al sur del mar Rojo, cuando el nivel del océano era otro y solo unos kilómetros de agua les separaba de las riberas de Asia. No sabían que eran los primeros de su especie en salir de África ni que inauguraron con su aventura una epopeya de 65.000 años que llevaría a sus descendientes, 2.500 generaciones después, desde las costas de la península Arábiga hasta el último rincón del planeta e incluso un poquito más allá.

El gesto bien merece un homenaje, y eso es lo que está haciendo el periodista californiano Paul Salopek desde hace unas semanas. Salopek, ganador de dos premios Pulitzer, se propone recorrer de cabo a rabo las huellas de la gran migración de la humanidad y por eso salió de Hero Bouri, Etiopía, el pasado 22 de enero, con destino Tierra de Fuego, Argentina, a donde pretende llegar en 2020. Siete años de recorrido, decenas de países y un intensivo trabajo de documentación con los que quiere ilustrar la dureza, pero también la belleza, del gran viaje de nuestros ancestros.

Eso y demostrar que nuestra especie, según él, está "diseñada para caminar". Su aventura Out of Eden Walk, patrocinada por National Geographic, quiere también ilustrar mediante el viaje "una realidad biológica innegable", según Salopek: la de que la selección natural nos preparó para andar y nos especializó así solo en la tarea de colonizar de nuevas tierras, sino también en el aprendizaje a través del tránsito, conociendo mejor aquello que nos rodea si es "al paso tranquilo de tres kilómetros a la hora". 

Él mismo confiesa en su blog que hace "un poco de trampa", empezando por su conocimiento de la geografía del mundo y acabando por el puntero equipo de comunicación que acarrea a la espalda. Debe ser así para poder plantar cada cien millas –160 kilómetros– lo que denomina milestones o hitos, completos reportajes periodísticos, fotográficos y sonoros que documentan su aventura y que, con el tiempo, se alinearán en un recorrido audiovisual a través de tres continentes que hasta hace 60.000 años eran terreno virgen.

El viaje que define a una especie

Los humanos modernos, al menos los que hoy pueblan la Tierra, aparecieron en el África Negra y salieron del continente hace entre 60.000 y 65.000 años, según revela nuestra historia genética. Existen pruebas que sugieren que otros homo sapiens lo hicieron antes –en Oriente Próximo pueden encontrarse restos arqueológicos sapiens de hasta 130.000 años de antigüedad–, pero el rastro de esta estirpe se pierde en la prehistoria sin dejar huella.

En la era en que nuestros antecesores comenzaron a colonizar el mundo otra especie humana, la neandertal, poblaba Europa y parte de Asia desde hacía decenas de miles de años, pero esta también se extinguió. Las investigaciones más recientes sugieren que los últimos neandertales pudieron resistir en la Península Ibérica hasta hace solo 28.000 años.

¿Qué empujó a nuestros padres fuera de África? Aunque nadie lo sabe a ciencia cierta, una de las explicaciones que levanta más consenso es el incremento demográfico posterior al denominado catástrofe de Toba

Hace 70.000 años un supervolcán entró en erupción en Sumatra, Indonesia, con una fuerza 3.000 veces superior al de Santa Helena, lo que según muchos científicos precipitó un invierno volcánico sobre el planeta y dejó nuestra especie al borde de la extinción. Cuando esta comenzó a recuperarse, el norte de África se habría quedado pequeño y sus recursos habrían empezado a escasear, lo que empujó a algunos de sus miembros a la emigración.

Solo el tiempo dirá ahora si Salopek puede completar lo que ya se ha denominado "el viaje más ambicioso que nadie ha emprendido durante una vida" a través de sus diferentes etapas, bautizadas con nombres tan poéticos como el Camino de Abraham a través de Oriente Próximo, Beringia y el Puente de Hielo a la hora de cruzar saltar de Asia a América o El mundo que fue nuevo en su aventura a través de América. 

Un pequeño grupo de hombres y mujeres africanos cruzó en cierta ocasión el estrecho de Mandeb, al sur del mar Rojo, cuando el nivel del océano era otro y solo unos kilómetros de agua les separaba de las riberas de Asia. No sabían que eran los primeros de su especie en salir de África ni que inauguraron con su aventura una epopeya de 65.000 años que llevaría a sus descendientes, 2.500 generaciones después, desde las costas de la península Arábiga hasta el último rincón del planeta e incluso un poquito más allá.