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Bocconi, la universidad de Monti y fábrica de las élites italianas
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EL PRIMER MINISTRO PRESIDE LA ESCUELA DE NEGOCIOS MÁS PRESTIGIOSA DE ITALIA

Bocconi, la universidad de Monti y fábrica de las élites italianas

Desde hace semanas el tema de los pasillos en la milanesa Universidad Bocconi era la posibilidad de que nombrasen a su respetado presidente como nuevo primer

Foto: Bocconi, la universidad de Monti y fábrica de las élites italianas
Bocconi, la universidad de Monti y fábrica de las élites italianas

Desde hace semanas el tema de los pasillos en la milanesa Universidad Bocconi era la posibilidad de que nombrasen a su respetado presidente como nuevo primer ministro. Se hacían cábalas sobre cuáles serían los profesores que no acabarían el curso por ser llamados a ocupar una cartera técnica. Todo prestigio es poco para la escuela de la élite italiana, que da a luz a genios de las finanzas, como el propio Monti, o su ministro de Infraestructuras, Corrado Passera, y cobijo a los cachorros de grandes fortunas como Andrea Casiraghi.

Decir Bocconi en Italia es decir prestigio, pero también élite. En las protestas de este jueves en Milán, era uno de los objetivos de los jóvenes manifestantes, que tampoco se mostraban a favor del presidente de esta Universidad. La referencia a la Bocconi en el currículum es una llave maestra para los mejores puestos del mercado laboral. La prensa italiana cuando habla de Monti resalta casi de la misma manera su condición de presidente de la Universidad con la de Comisario Europeo de Competencia, más cercana al público europeo. Sin embargo, fuera de las ambientes académicos, más allá de las fronteras, es menos conocida.

No es la primera vez que un presidente de esta Universidad se hace cargo de las riendas del país. En los años 80, el predecesor de Monti, Giovanni Spadolini, también ocupó el cargo de primer ministro. Más allá de él, los nombres de prestigio que ocupan las orlas pasadas son cuantiosos, desde el CEO de Vodafone al presidente de Pirelli pasando por la propia jefa de la patronal italiana Confindustria. “Un prestigio que viene de un trabajo realizado desde hace décadas”, explica a El Confidencial el profesor Fulvio Ortu, prorrector para la internacionalización de la Bocconi.

Desde esta Universidad no quieren entrar a valorar por el momento que su presidente, exalumno ejemplar y en el cargo desde 1994, vaya a compaginar este puesto con el de primer ministro. Sin embargo, desde fuentes del entorno de la Escuela de Negocios contactadas por este diario hablan de “cauto optimismo”, ya que para sacar adelante esta apuesta habrá que contar con el apoyo del siempre inestable Parlamento italiano.

En los pasillos, la historia se repite. “La gente está entusiasmada, también algunos profesores, porque no todos los días eligen a tu universidad como cabeza del gobierno técnico. Sin embargo, también hay mucho miedo, ya que si Italia se arruina, el prestigio de la Universidad se verá también muy tocado”, explican a este diario desde una asociación de alumnos.

Esta escuela privada, situada en Milán, el corazón económico del país, está fundamentada en distintas especializaciones económicas y de administración y cuenta con unos 14.000 estudiantes (un 10,5% de ellos extranjeros). La Bocconi es conocida en Italia por la competitividad de sus alumnos, sus duras evaluaciones y por permitir buenas colocaciones a sus licenciados. Su prestigio es tal, que hace poco se supo que una región que había cerrado el grifo a las becas a las universidades públicas, seguía repartiendo fondos sólo para quien estudiase en una escuela comercial de Roma o en la propia Bocconi.

Este auténtico nido de élites – su prohibitiva matrícula de 10.000 euros anuales está lejos de muchos bolsillos – goza de un halo inmaculado en Italia, aunque no disfruta del mismo nivel de conocimiento fuera de ella, aunque poco a poco se va abriendo paso. “Tenemos acuerdos e intercambios con prestigiosas universidades extranjeras como Harvard, Yale, Princeton, Columbia... Gracias a un buen trabajo de relaciones sociales realizado desde hace años”, comenta Ortu, que explica que la carrera exclusivamente en inglés inaugurada hace una década les ha abierto más puertas.

Gran parte de este prestigio viene ligado al nombre de Mario Monti. “Ha sabido rodearse de gente muy válida. Ha convencido a profesores para traerlos a la Universidad y ha hecho un gran trabajo gracias a sus contactos”, explican desde esta asociación. “El nombre de Monti está indisolublemente ligado a la Bocconi”, añaden.

Presidente del Consejo, presidente de la Bocconi

El runrún de Monti como primer ministro recorría Italia desde el verano, cuando Italia se vio abocada a una grave caída en los mercados. Súper Mario ha sido un hombre que se ha intentado mantener alejado del poder nacional, pese a los ofrecimientos que ha tenido para ser ministro en el pasado, en busca de su gran ocasión. Hace poco más de un mes, Giuliano Amato, aspirante a cartera en el Gobierno, acudió a la Bocconi a presentar un libro en un acto en el que ejerció como maestro de ceremonias el propio Monti. “Ya en sus intervenciones ante los alumnos hacía muchas referencias a la situación política actual”, explican desde una asociación de estudiantes.

Un Gobierno que se lanzará a las trincheras contra la crisis. También la situación económica mundial, poco a poco, ha ido empapando los cursos impartidos en los diplomas de esta escuela. “Algunos modelos económicos que antes eran la Biblia han pasado a ser puestos en discusión en clase”, cuenta a El Confidencial un alumno, que da fe de los duros métodos de evaluación: “Por sistema, en muchas asignaturas, es técnicamente imposible que todo el mundo obtenga buenas notas. Se utiliza la Curva de Gauss (un método que valora el rendimiento del colectivo). Se hace para mantener el prestigio de la Universidad”.

Monti tiene ante sí que lidiar con un país que ha sido un mal alumno en los últimos tiempos, recibiendo pésimas calificaciones por parte de los mercados. El profesor, ahora más que nunca, deberá pasar de la teoría a la práctica.

Desde hace semanas el tema de los pasillos en la milanesa Universidad Bocconi era la posibilidad de que nombrasen a su respetado presidente como nuevo primer ministro. Se hacían cábalas sobre cuáles serían los profesores que no acabarían el curso por ser llamados a ocupar una cartera técnica. Todo prestigio es poco para la escuela de la élite italiana, que da a luz a genios de las finanzas, como el propio Monti, o su ministro de Infraestructuras, Corrado Passera, y cobijo a los cachorros de grandes fortunas como Andrea Casiraghi.