Sarkozy carga contra el burka en su primer discurso en el Palacio de Versalles

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha protagonizado hoy una alocución histórica al dar su primer discurso ante el Congreso reunido en el Palacio de Versalles (a las afueras de París),  el primero de un jefe de Estado ante las dos cámaras del parlamento desde 1848. Ante la Asamblea Nacional y el Senado, reunidos de manera extraordinaria, el jefe del Estado francés ha cargado las tintas contra el burka, del que dijo "no es un problema religioso", sino "un problema de libertad y de dignidad de las mujeres".

El burka es un "signo de servidumbre", contrario a la "idea de la República francesa sobre la dignidad de la mujer", sentenció Sarkozy quién añadió que "el burka no es bienvenido en el territorio de la República" francesa.

La declaración de Sarkozy, presidente de un país laico, se produce una semana después de que el Gobierno aceptase estudiar una ley que prohíba el uso del burka en Francia, una prenda de origen afgano que oculta completamente a la mujer tras una ancha túnica y sólo cuenta con una pequeña abertura a la altura de los ojos.

Dos días antes, un grupo de unos sesenta diputados de diferentes partidos pidió que se abriera una comisión de investigación sobre la proliferación de esa prenda, utilizada por miles de mujeres en Francia, según diversos estudios.

Desde que se formuló esta petición, en Francia se ha desatado una polémica similar a la que se produjo en 2004 respecto al velo islámico y que desembocó en una ley que prohíbe el uso de cualquier signo religioso en los lugares públicos, con atención especial a las escuelas.

La iniciativa ha reabierto un debate entre los defensores de las libertades individuales y los que consideran que éstas pueden ser limitadas en nombre del laicismo.