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Líbano se aproxima a elecciones cruciales en las que Hizbulá podría despuntar
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Líbano se aproxima a elecciones cruciales en las que Hizbulá podría despuntar

Las elecciones legislativas en el Líbano del domingo 7 de junio se anuncian como cruciales para su futuro y algunos sondeos dan como ganadora a la

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Líbano se aproxima a elecciones cruciales en las que Hizbulá podría despuntar

Las elecciones legislativas en el Líbano del domingo 7 de junio se anuncian como cruciales para su futuro y algunos sondeos dan como ganadora a la oposición, liderada por Hizbulá, aunque algunos observadores no prevén grandes cambios. Fuentes diplomáticas, que pidieron el anonimato, señalaron a Efe que, aunque existe la posibilidad de que gane la oposición parlamentaria, con un margen muy pequeño, la situación no se tornaría "catastrófica" porque continuará la misma política. Según las fuentes, el Líbano, por su configuración, no puede vivir sin un acuerdo entre todas las fuerzas, porque supondría "su parálisis" tal y como lo ha demostrado la experiencia, por lo que, al final, los políticos siempre se ponen de acuerdo.

El Líbano es un mosaico de 18 comunidades religiosas y se rige por un sistema que otorga la Presidencia a un cristiano maronita, la jefatura del Gobierno a un musulmán suní y la del Parlamento a un musulmán chií. Además, la Cámara tiene 128 escaños, de los cuales 64 se adjudican a diputados cristianos y 64 a musulmanes. Entre los cristianos de la Cámara hay 34 maronitas, catorce griego-ortodoxos, ocho griego-católicos, cinco armenio- ortodoxos, un armenio católico, un evangelista y un representante de las minorías cristianas, y entre los musulmanes 27 suníes, 27 chiíes, ocho drusos y dos alauitas.

Desde el punto de vista político, el Parlamento se divide en dos grupos en los que se entremezclan musulmanes y cristianos: el "14 de Marzo", mayoritario y que cuenta con el apoyo de Occidente y de los países árabes denominados "moderados", y el "8 de Marzo", encabezado por el grupo chií Hizbulá, y respaldado por Siria e Irán.

Ante este panorama, el médico y analista político Mahmud Chucair, considera que "no es fácil prever quién ganará debido a que no hay un sistema justo y representativo y las encuestas no son fiables". Chucair recordó que "un 95 por ciento (de los electores) vota por fidelidad sectorial o regional", aunque apuntó que los cambios en el Líbano dependerán de lo que suceda en la región. Fuentes militares occidentales que pidieron el anonimato dijeron a Efe que todo dependerá de la movilización de los indecisos, entre un 8 y un 10 por ciento de los votantes.

En este sentido, varios de los recientes acontecimientos regionales y locales han sido interpretados como un medio de persuadir a quienes aún no han elegido candidato.

El asesinato de Hariri

Las maniobras militares israelíes junto a la frontera libanesa previstas para mañana, el descubrimiento de varias redes de espionaje vinculadas a Israel o un reciente artículo del semanario alemán Der Spiegel en el que se implica a Hizbulá del asesinato del ex primer ministro Rafic Hariri en 2005, son algunas de las cuestiones caldean el clima preelectoral. "Aparentemente, esto está destinado a influir en la opinión pública, sobre todo a los indecisos", afirmó Chucair, que coincide en este planteamiento con el resto de los consultados por Efe.

Para Chucair, en cuanto a la cuestión de las redes de espionaje existe un consenso de todas las fuerzas políticas para apoyar a los cuerpos de seguridad, un acuerdo que no existe, se lamenta, en las investigaciones sobre los asesinatos de políticos libaneses. Hizbulá asegura que si gana las elecciones formará un gobierno de unidad nacional en el que la nueva oposición tendrá derecho de veto. Una propuesta rechazada por la actual mayoría, que defiende, que sólo el presidente de la República pueda disfrutar de esta prerrogativa.

Precisamente, el derecho de veto al Gobierno, reclamado por la oposición, fue una de las cuestiones claves en la última crisis política libanesa, desencadenada por la dimisión de seis ministros -cinco chiíes y uno cristiano- en noviembre de 2006.

La dimisión paralizó el Parlamento, y degeneró en combates en mayo pasado en Beirut y otras regiones que hicieron temer la reanudación de la guerra civil (1975-1990). Sin embargo, un acuerdo alcanzado en Doha (Qatar) por 14 líderes de las distintas fuerzas políticas puso fin a la situación y permitió la elección de un presidente y un acuerdo sobre la ley que regirá los próximos comicios.

Gracias a ese pacto se constituyó el Gobierno actual con dieciséis miembros de la mayoría anti-siria, once de la oposición con derecho de veto y tres nombrados por el presidente Michel Suleimán, que el 7 de junio se enfrentará a un decisivo examen en las urnas.

Las elecciones legislativas en el Líbano del domingo 7 de junio se anuncian como cruciales para su futuro y algunos sondeos dan como ganadora a la oposición, liderada por Hizbulá, aunque algunos observadores no prevén grandes cambios. Fuentes diplomáticas, que pidieron el anonimato, señalaron a Efe que, aunque existe la posibilidad de que gane la oposición parlamentaria, con un margen muy pequeño, la situación no se tornaría "catastrófica" porque continuará la misma política. Según las fuentes, el Líbano, por su configuración, no puede vivir sin un acuerdo entre todas las fuerzas, porque supondría "su parálisis" tal y como lo ha demostrado la experiencia, por lo que, al final, los políticos siempre se ponen de acuerdo.

El Líbano es un mosaico de 18 comunidades religiosas y se rige por un sistema que otorga la Presidencia a un cristiano maronita, la jefatura del Gobierno a un musulmán suní y la del Parlamento a un musulmán chií. Además, la Cámara tiene 128 escaños, de los cuales 64 se adjudican a diputados cristianos y 64 a musulmanes. Entre los cristianos de la Cámara hay 34 maronitas, catorce griego-ortodoxos, ocho griego-católicos, cinco armenio- ortodoxos, un armenio católico, un evangelista y un representante de las minorías cristianas, y entre los musulmanes 27 suníes, 27 chiíes, ocho drusos y dos alauitas.

Desde el punto de vista político, el Parlamento se divide en dos grupos en los que se entremezclan musulmanes y cristianos: el "14 de Marzo", mayoritario y que cuenta con el apoyo de Occidente y de los países árabes denominados "moderados", y el "8 de Marzo", encabezado por el grupo chií Hizbulá, y respaldado por Siria e Irán.

Ante este panorama, el médico y analista político Mahmud Chucair, considera que "no es fácil prever quién ganará debido a que no hay un sistema justo y representativo y las encuestas no son fiables". Chucair recordó que "un 95 por ciento (de los electores) vota por fidelidad sectorial o regional", aunque apuntó que los cambios en el Líbano dependerán de lo que suceda en la región. Fuentes militares occidentales que pidieron el anonimato dijeron a Efe que todo dependerá de la movilización de los indecisos, entre un 8 y un 10 por ciento de los votantes.

En este sentido, varios de los recientes acontecimientos regionales y locales han sido interpretados como un medio de persuadir a quienes aún no han elegido candidato.

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