Es noticia
Un joven normal, de familia acomodada, con una única pasión: las armas
  1. Mundo

Un joven normal, de familia acomodada, con una única pasión: las armas

Un joven relativamente normal, criado en el seno de una familia acomodada, mal estudiante y con una única pasión: las armas. Tim Kretschmer, el autor de la

Foto: Un joven normal, de familia acomodada, con una única pasión: las armas
Un joven normal, de familia acomodada, con una única pasión: las armas

Un joven relativamente normal, criado en el seno de una familia acomodada, mal estudiante y con una única pasión: las armas. Tim Kretschmer, el autor de la matanza en un colegio del suroeste alemán que ayer dejó 17 muertos, era, según testimonios de sus antiguos compañeros, un chico solitario que no llamaba la atención. "Tenía el perfil medio de un alumno, no era violento... Su familia era completamente normal, lo único que llamaba la atención en él era que sabía mucho de armas", afirman. Su padre, un empresario medio aficionado a la caza, poseía legalmente una colección de 18 armas en una cámara de seguridad. Tal vez por ello Kretschmer era un gran tirador. "Todos los días prácticaba en un bosque", dice un ex compañero. Las fuerzas de seguridad alemanas dijeron ayer que el joven apuntaba a la cabeza, que tenía munición para causar mucho más daño y que destaca el alto número de mujeres entre sus víctimas, informa Aurora Mínguez.     

Kretschmer irrumpió hacia las 9:30 de la mañana en el instituto Albertville. Abrió fuego indiscriminadamente en los pasillos y las aulas del centro, donde se estaba dando clase. El joven mató a nueve estudiantes, de entre 14 y 15 años, y tres profesoras, una de ellas en prácticas, además de herir a otros. A continuación, huyó a pie hacia el centro de la localidad, matando en su camino a un peatón e hiriendo a otro en el recinto de una clínica psiquiátrica próxima a la escuela.

El joven consiguió después parar a un conductor al que le obligó a llevarle en dirección a la localidad de Wendlingen, a 40 kilómetros, antes de hacerle bajar del coche y seguir él su camino. Finalmente, se detuvo en su huida en un concesionario de coches, donde abrió fuego matando a dos personas más. La Policía le localizó en el parking de un centro comercial de Wendlingen, donde estaría intentando robar un coche. Todavía no está claro si falleció en un tiroteo con la Policía, en el que resultaron heridos de gravedad dos agentes, o si se suicidó de un disparo en la cabeza tras herirle un agente.

Los motivos que llevaron a Kretschmer a perpetrar la masacre también una incógnita: "No hay nada que hubiera hecho pensar que el muchacho pudiera mirar hacia el futuro con miedo", afirmó ayer Heribert Rech, ministro de Interior del estado federado de Baden-Württenberg, en rueda de prensa. Llama la atención el hecho de que la mayor parte de las víctimas en el colegio fueron chicas, según recalcó Rech en su comparecencia ante la prensa, aunque advirtió que todavía es demasiado pronto para sacar conclusiones.

El jefe de la policía de Baden-Württenberg, Erwin Hetger, sostuvo, por su parte, que no hay nada de lo que se sabe del comportamiento que tuvo en los últimos meses del joven que pueda interpretarse como un anuncio de la masacre. "La masacre no se anunció y no hemos sabido de ninguno comportamiento previo del muchacho que llamase la atención", dijo Hetger, quien agregó que "este hecho para nosotros todavía no es explicable".

Un joven relativamente normal, criado en el seno de una familia acomodada, mal estudiante y con una única pasión: las armas. Tim Kretschmer, el autor de la matanza en un colegio del suroeste alemán que ayer dejó 17 muertos, era, según testimonios de sus antiguos compañeros, un chico solitario que no llamaba la atención. "Tenía el perfil medio de un alumno, no era violento... Su familia era completamente normal, lo único que llamaba la atención en él era que sabía mucho de armas", afirman. Su padre, un empresario medio aficionado a la caza, poseía legalmente una colección de 18 armas en una cámara de seguridad. Tal vez por ello Kretschmer era un gran tirador. "Todos los días prácticaba en un bosque", dice un ex compañero. Las fuerzas de seguridad alemanas dijeron ayer que el joven apuntaba a la cabeza, que tenía munición para causar mucho más daño y que destaca el alto número de mujeres entre sus víctimas, informa Aurora Mínguez.