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Probamos el casco Livall MC1, conectado a la plataforma Cloud 3.0 de la DGT
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Pionero en seguridad preventiva

Probamos el casco Livall MC1, conectado a la plataforma Cloud 3.0 de la DGT

El casco es una parte fundamental del equipamiento motorista, pero de la mano de Livall se convierte en un instrumento activo de seguridad, que no solo protege sino que también ayuda a prevenir accidentes

Foto: El casco Livall MC1 tiene el mando táctil de control en el lado izquierdo.
El casco Livall MC1 tiene el mando táctil de control en el lado izquierdo.

Hay elementos cuyo uso resulta indiscutible, y el casco, para los que montamos en moto, es algo fundamental. Por muy caro que pueda parecernos, estamos realizando una inversión en seguridad, porque es la herramienta fundamental para protegernos en caso de accidente. Hasta ahora los cascos cumplían una función básica y elemental, podíamos mejorarlos implementando sistemas de comunicación moto-moto y añadiendo conectividad al vincular dichos sistemas a nuestro teléfono móvil, con lo que, de un modo sencillo y eficaz, disfrutamos de lo que podríamos llamar un casco conectado.

placeholder El casco tiene ópticas delante y detrás, y un botón de control; y pronto llega un modelo con cámara 4K.
El casco tiene ópticas delante y detrás, y un botón de control; y pronto llega un modelo con cámara 4K.

Sin embargo, en Livall consideraron que se podía realizar algo mejor, integrando todas esas funciones y algunas más de partida, sin elementos accesorios, y cumpliendo con las exigentes homologaciones actuales a las que tienen que someterse los cascos de moto.

Y así nació este producto, el Livall MC1, un casco conectado, que tiene integrado auriculares y micrófono, e incorpora luces en el frontal y en la parte trasera, que se activan de diferente manera: como luz de posición, como baliza, en caso de frenada brusca o en caso de caída. Y, ademas, está conectado con la plataforma DGT 3.0 para recibir información al momento de posibles incidencias en el tráfico y mandar un mensaje SOS en caso de accidente. Es un casco, como se suele calificar a otros productos avanzados y conectados, inteligente. Además, el modelo MC1 Pro, de próxima comercialización y realizado en fibra de carbono, llegará equipado con una cámara 4K con capacidad para ocho horas de grabación.

placeholder El conector para la recarga y el botón de encendido van en zona posterior de la base del casco.
El conector para la recarga y el botón de encendido van en zona posterior de la base del casco.

Livall es una empresa española que lleva ya bastantes años especializada en cascos, desarrollando un amplio catálogo para todo tipo de actividades: bicicleta, esquí, skate… Pero no se habían planteado desarrollar cascos para motoristas. Todo cambió en 2020. Ese año, Livall ganó el premio a la innovación de la Fundación Ponle Freno, y el entonces subdirector general de Gestión de la Movilidad y Tecnología de la DGT, Jorge Ordás, les lanzó en 2021 un desafío: ¿Seríais capaces de desarrollar en Livall un casco para motorista?

placeholder Una lengüeta de goma protege la toma de corriente para la recarga.
Una lengüeta de goma protege la toma de corriente para la recarga.

Manu Marín, cofundador de Livall y CEO de la compañía, asumió el reto lanzado por Ordás, y el pasado mes de noviembre se inició la comercialización del Livall MC1, su primer casco para moto. “Hemos aprovechado las nuevas tecnologías para desarrollar la seguridad preventiva en el terreno de la automoción”, nos dice Marín, que habla con lógico orgullo del producto desarrollado. “En ocho meses conseguimos desarrollar un casco para moto que cumple con los requisitos de seguridad y que disfruta de avances como conexión a la plataforma Cloud 3.0 de la DGT. Esto es un avance importante, porque permite transmitir por mensaje de voz cualquier incidencia circulatoria que se produzca en la red viaria, informando en tiempo real al usuario cuando está a un kilómetro del lugar de la incidencia, lo que permite al motorista anticiparse a esa situación”.

El casco inteligente Livall MC1 tiene luces configurables en la parte posterior.La luz trasera puede ser fija o intermitente, e incluso tiene otras modalidades.

Otro de los avances importantes que Marín quiere destacar del casco es su sistema con patente mundial de alerta SOS. “Pulsando un botón en caso de accidente se lanza la alerta, pero si el usuario queda inconsciente, gracias al acelerómetro que equipa el casco detecta una desaceleración, y si no registra movimiento en 60 segundos es el propio casco el que activa la alerta SOS y geolocaliza el lugar del accidente”.

Manu Marín comenta, orgullloso, la importancia de este sistema, que ya se emplea en sus cascos de bicicleta: “Gracias a este sistema hemos conseguido salvar la vida de seis ciclistas en bici de montaña, que habían quedado inconscientes tras una caída”.

Baliza continua

El hecho de que sea un casco con luces es una notable implementación en cuestión de seguridad, porque crea el concepto de baliza continua, ya que la luz en la cabeza permite alertar de la presencia del motorista con mayor anticipación que la luz de posición de la motocicleta, que se sitúa en una posición muy baja. “Creo que hemos creado un concepto, el de baliza continua, que nos pueden copiar, pero es una importante medida de seguridad preventiva”, destaca Manu Marín.

placeholder Las luces delanteras destacan menos que las traseras a plena luz, pero de noche se ven bien.
Las luces delanteras destacan menos que las traseras a plena luz, pero de noche se ven bien.

La comercialización no ha llegado hasta el pasado noviembre, debido a la nueva y más exigente homologación europea, que se implantó en 2022. “Habíamos completado el desarrollo del casco en enero de 2022, pero entonces cambió la certificación europea y se implanto la ECE 22.06, que es más exigente, y eso nos obligó a realizar algunas modificaciones, pero hemos completado el proceso y hemos obtenido la certificación, tanto la ECE 22.06 como la DOT norteamericana”, nos indica Marín.

El lanzamiento no ha podido tener mejor acogida. “En 48 horas recibimos 7.000 pedidos, correspondientes a las policías de Paraguay y Ecuador”, confiesa Marín, ya que Livall tiene una amplia implantación en Hispanoamérica, además de una amplia red comercial en España y en Europa. “Entre los usuarios españoles ha tenido una buena acogida. Se puede conseguir un casco seguro, con manos libres, micrófono y toda clase de dispositivos, pero es una suma continua y al final te vas a un coste muy elevado. Nuestro casco de fibra de carbono se comercializará a un precio de 799 euros, y el MC1 de fibra de vidrio se vende ya a 549 euros”, nos indica Manu Marín.

placeholder El sistema de amarre es idóneo, con doble hebilla, pero en la unidad probada su enganche no era cómodo.
El sistema de amarre es idóneo, con doble hebilla, pero en la unidad probada su enganche no era cómodo.

Aunque la empresa es española y su centro de diseño se encuentra en Madrid, la producción de sus cascos se realiza en China, y la distribución se realiza desde España a todo el mundo, con su centro logístico ubicado en Albacete. De hecho, Livall va a iniciar la producción de sus cascos de moto en Albacete a partir de 2024, una decisión importante: “No es fácil producir en Europa, pero se puede ser competitivo. Hay que tener experiencia y optimización. La localización en China no compensa por cuestiones logísticas, pero tienen la ventaja por la amplia red de proveedores, que son muchísimos, mientras que en Europa estamos más limitados y hay que desarrollar un plan industrial adecuado. Con cascos de bajo coste, puede que no sea rentable producir aquí, pero la producción de los cascos de moto creo que sí lo será”, añade Marín.

En marcha

Hasta aquí la teoría, la aproximación a una marca nueva para nosotros. Pero ahora, nos ponemos el casco para comprobar su rendimiento. Fabricado en fibra de vidrio, su peso es de 1.650 gramos, que está en consonancia con otros cascos de similares características, y por debajo incluso de los cascos modulares, a los que habitualmente se les lastra con los gramos adicionales de los sistemas de comunicación añadidos.

Los acabados son óptimos. El interior tiene un acolchado de tacto agradable y la integración de auriculares y micrófono es excelente, porque en ningún momento percibes que estén ahí. Tiene una buena ventilación. La pantalla viene equipada para instalar pin-lock, pero aunque la unidad que probamos no lo llevaba, la ventilación fue suficientemente buena como para evitar que la pantalla se empañara.

placeholder Tras el MC1 probado, llegarán otros modelos, como el MC1 Pro.
Tras el MC1 probado, llegarán otros modelos, como el MC1 Pro.

Tiene correa por cierre de doble hebilla, un sistema que particularmente considero el más adecuado y seguro. La hebilla queda un poco ceñida sobre el lateral izquierdo, siendo un poco incómodo abrocharlo, pero Manu Marín nos aseguró que será corregido en la siguiente serie de producción. No obstante, se ajusta perfectamente y cumple con su función.

En marcha no resulta un casco ruidoso. La sonoridad de la calota es baja, seguramente gracias a su limpio diseño, sin protuberancias ni apósitos aerodinámicos que equipan los vistosos cascos racing. Soy de los que siempre emplea tapones para los oídos al rodar en moto, para poder viajar más descansado, y aunque no he probado este casco en un viaje, sólo en cortos desplazamientos, en esta ocasión rodé sin tapones y la baja rumorosidad del casco ayudó a que no los echara en falta. El Livall MC1 es un casco sobrio, en color gris ceniza, y el MC1 Pro con acabado en fibra de carbono, ya a la vista, tendrá un carácter más llamativo.

El sistema de sonido es excelente. Se reciben llamadas con un nivel sonoro adecuado, sin interferencias ni ruidos. El mando de control situado en el lado izquierdo del casco responde a un toque, y las diferentes funciones se activan dependiendo de la forma en que se pulse. Basta con un poco de uso para terminar familiarizándote con él, y a pesar de manejarlo con guantes invernales, su respuesta es buena. He de reconocer que no he utilizado el equipo de sonido para escuchar música, no estoy habituado a escuchar otros sonidos que no sean los del motor. El sistema permite la comunicación moto-moto con otros usuarios situados en un radio de 1.200 metros. El encendido y apagado del sistema está en la zona de la nuca, donde se encuentra también el cargador de la batería, que llega a tener 10 horas de duración.

placeholder Es el primer casco de moto de la firma española Livall, pero el trabajo ha sido estupendo.
Es el primer casco de moto de la firma española Livall, pero el trabajo ha sido estupendo.

Las luces de posición, que son LED, resultan efectivas y llamativas, con una forma curva que recorre la parte trasera del casco, y que se pueden ajustar en función del gusto del usuario. Puede ser fija, intermitente o de movimiento. Nos podemos convertir en una feria ambulante si queremos, aunque las más adecuadas e inconfundibles son la luz fija o la intermitente, que incluso a plena luz del día se detectan con claridad. La luz frontal, dos pequeños focos situados por encima de la pantalla, no resulta especialmente llamativa a plena luz del día, pero en situaciones de baja visibilidad y por la noche son fácilmente detectables.

En definitiva, cumplir con la nueva certificación ECE 22.06 y ofrecer todo el equipamiento que este casco disfruta, por 549 euros, me parece un auténtico regalo. Y cuando esté disponible la versión en fibra de carbono del MC1 Pro, por 799 euros, estaremos ante uno de los cascos más interesantes del mercado. Quizás la inclusión de nuevos grafismos, y una decoración más colorida y atractiva, sería el remate perfecto para este excelente producto.

Hay elementos cuyo uso resulta indiscutible, y el casco, para los que montamos en moto, es algo fundamental. Por muy caro que pueda parecernos, estamos realizando una inversión en seguridad, porque es la herramienta fundamental para protegernos en caso de accidente. Hasta ahora los cascos cumplían una función básica y elemental, podíamos mejorarlos implementando sistemas de comunicación moto-moto y añadiendo conectividad al vincular dichos sistemas a nuestro teléfono móvil, con lo que, de un modo sencillo y eficaz, disfrutamos de lo que podríamos llamar un casco conectado.

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