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Este Mazda te reconoce y te da la bienvenida al subir al vehículo
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MAZDA cx-60

Este Mazda te reconoce y te da la bienvenida al subir al vehículo

El CX-60 incorpora tecnología de reconocimiento facial para detectar la altura y complexión del conductor y adaptar el asiento, los retrovisores y otros elementos del habitáculo

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Un coche es la suma de muchos factores. Diseño, tecnología y mecánica juegan un papel importante. Por no decir esencial. Pero en los últimos años está ganando peso otro factor: la experiencia al volante.

Y es que un coche no es solo un medio de transporte, es el lugar en el que pasar algunos momentos que se quedarán grabados para siempre en nuestra retina. Precisamente para mejorar esa experiencia, el nuevo Mazda CX-60 ha implementado una serie de mejoras en la ergonomía, un apartado en el que el fabricante nipón trata de poner especial empeño.

El CX-60 es un SUV especial en el catálogo de Mazda. No en vano, es el primero de la firma nipona que ofrece una motorización híbrida enchufable (además de otras microhíbridas conjuntadas con propulsores Skyactiv gasolina y diésel). Pero no todo se resume en lo que sucede debajo del capó. Como decíamos antes, la experiencia de conducción cada vez cobra más importancia. Por ello, este nuevo todocamino incluye una serie de novedades relacionadas con la ergonomía al volante con la idea de trasladar la filosofía Jinba Ittai, expresión japonesa que remite a la unión entre un jinete y su caballo, al coche y su conductor. Las resumimos a continuación.

placeholder Foto: cortesía.
Foto: cortesía.

El diseño interior del CX-60 se ha ideado con el conductor como centro de la experiencia. Para ello, el SUV incluye tecnología de reconocimiento facial de manera que el vehículo es capaz de reconocer quién se sienta al volante. Ya sea el conductor, su pareja, sus hijos, sus padres… Hasta seis personas pueden tener sus perfiles guardados, a los que también se pueden añadir invitados.

Una cámara situada en la consola central se encarga de identificar a la persona que se sienta al volante. Gracias a la posición de los ojos y su altura, la tecnología es capaz de estimar la complexión y poner en marcha una serie de mecanismos que se encargan de regular la posición del asiento, del volante, la pantalla 'head up' display e incluso los retrovisores exteriores.

Una vez que todos esos elementos han quedado guardados en la memoria, el CX-60 es capaz de restaurar la configuración de cada uno de los seis perfiles de conductores que puede almacenar. Basta con sentarse para que el coche se adapte al conductor. Se pueden configurar hasta 250 ajustes diferentes, no solo los relativos a la posición al volante, sino otros relacionados con los sistemas de sonido o incluso con la climatización.

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Foto: cortesía.

Una de las ventajas que ofrecen los SUV sobre las berlinas o utilitarios tradicionales es su posición más elevada. Esa ventaja a la hora de conducir también se expresa a la hora de acceder al vehículo, ya que evita que conductor y pasajeros tengan que agacharse. Para hacer esa experiencia todavía más sencilla, el CX-60 ha incorporado una función por la que el asiento del conductor se echa hacia atrás mientras el volante se eleva ligeramente de manera que se puede entrar al habitáculo de manera rápida y sencilla.

El CX-60 es el SUV que marca un antes y un después en el catálogo de Mazda gracias a su motorización híbrida enchufable. Pero sus novedades no acaban ahí. Detrás de ese aspecto se esconde un todocamino en el que se ha puesto especial énfasis en otros aspectos, como la ergonomía, para ofrecer la mejor experiencia posible al volante.

Un coche es la suma de muchos factores. Diseño, tecnología y mecánica juegan un papel importante. Por no decir esencial. Pero en los últimos años está ganando peso otro factor: la experiencia al volante.

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