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Volkswagen e-Golf, adelantado a su tiempo
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PROBAMOS LA VERSIÓN 100% ELECTRICA DEL COMPACTO

Volkswagen e-Golf, adelantado a su tiempo

Un compacto muy agradable de conducir pero con una autonomía de entre 130 y 190 kilómetros

Con el e-Golf, la versión 100% eléctrica del legendario modelo compacto, la marca alemana demuestra que la tecnología ya está ahí, que se pueden hacer y vender coches movidos solo por electricidad, pero también deja claro que todo lo que debe acompañar al concepto del coche eléctrico aún no está preparado. Es por ello un coche que llega demasiado pronto.

Es bastante lógico pensar que en el futuro los coches se moverán solo por electricidad, aunque lo que está menos claro es de dónde procederá esa electricidad, si de baterías o de hidrógeno… Pero es una forma de conseguir una movilidad sin emisiones siempre que la fuente de la que se obtenga la energía sea limpia, eólica o solar.

Y por ello este e-Golf es una interesante aproximación al concepto de la movilidad del futuro. Pero creo sinceramente que llega demasiado pronto y que solo unos pocos usuarios, muy concretos, podrán usar un coche como este, que por otra parte es perfecto. Su conducción es sencilla y muy gratificante, porque acelera con fuerza cuando se pisa el acelerador y permite un funcionamiento silencioso y sin emisiones en su utilización. Y tampoco hay que estar pendiente de las marchas, puesto que solo tiene hacia adelante o hacia atrás.

Bueno, esa es la teoría, si queremos usar el coche normalmente y no queremos complicaciones o si no necesitamos hacer muchos kilómetros y estrujar al máximo las baterías. Si por el contrario necesitamos recorrer mayor distancia con el vehículo sin poder recargar las baterías, entonces encontraremos los problemas de la movilidad eléctrica.

Estos son, básicamente, unas baterías con una densidad energética pequeña y sobre todo una red de enchufes realmente muy limitada. No sé si han visto el mapa de Europa con los supercargadores de la compañía norteamericana Tesla, pero es deprimente porque demuestra dónde está España en este terreno. Todos los países de la Europa occidental tienen puntos de recarga de alta intensidad de Tesla para proporcionar una recarga rápida a sus clientes, excepto España. Incluso Portugal tiene varios.

Pero aparte de todo esto, que es algo de lo que Volkswagen no tiene ninguna culpa, el e-Golf es un coche delicioso de conducir. Ofrece, como todos los vehículos movidos por electricidad, una buena capacidad de aceleración. El coche acelera mucho y su conducción es realmente agradable, sobre todo si se trata de rodar en medio urbano, su terreno ideal.

Cuando estamos rodando por ciudad, entre calles estrechas, es el momento de sacar partido de este modelo. Hacer solo unos metros y volver a parar, y así unas cuantas veces permite que la autonomía prácticamente no baje, o al menos lo haga muy despacio. Y se pueden hacer bastantes desplazamientos con la carga de nuestras baterías.

Donde las cosas no funcionan tan bien es si lo que necesitamos es rodar por carretera. En este caso veremos que a partir de 80 km/h de velocidad la autonomía empieza a gastarse más rápido que los kilómetros recorridos. Y si nos ponemos a 120 km/h, entonces veremos que casi se gastan 2 kilómetros de autonomía por cada kilómetro recorrido a poco que haya que pisar el acelerador. La velocidad máxima está limitada en 140 km/h.

Lo más llamativo es su sistema de recuperación. Básicamente el coche se maneja mediante una palanca como la de un cambio automático, aunque lógicamente no tiene marchas. Se pone la D y todo empieza a funcionar tras aparecer en el cuadro de instrumentos el “Ready”. Lo que sorprende es que después de conseguir una cierta velocidad, si se levanta el pie del acelerador el coche no retiene nada en absoluto, va como suelto, sin rozamientos.

Y es que funcionando con la D, al no acelerar se desconecta el motor de las ruedas para reducir al máximo el rozamiento y mantener el movimiento el máximo tiempo posible. Pero en este modo no se recupera nada de energía salvo cuando se frena. Sin embargo, cuando se quiere retener, y por ello también recuperar energía entonces lo que debemos hacer es mover la palanca una posición hacia abajo hasta situarla en la “B”. Entonces el coche si retiene, recupera energía, pero se para enseguida en cuanto levantamos el pie del acelerador y no hay una bajada pronunciada.

Hasta aquí es lo normal en un coche eléctrico. Lo que le hace distinto al resto es que tiene otro modo de recuperación un poco más complejo. Cuando circulamos en D, si movemos la palanca hacia la izquierda, se pone el Nivel 1 de recuperación. Si vamos más deprisa o en una bajada y queremos recuperar más energía, entonces damos otro toque a la izquierda y tendremos el Nivel 2, y así hay un nuevo escalón, el Nivel 3. Según subimos el nivel, el coche se frena más al levantar el pie del acelerador pero también recupera más energía.

Para sacar realmente todo el partido del coche y de su autonomía, hay que ir muy pendiente de la conducción y sobre todo anticipar nuestras reacciones para ir ponien do en todo momento el Nivel 2, o el 1 o el 3 según las circunstancias. Debemos saber si hay una bajada más o menos pronunciada, o anticipar si el semáforo se va a poner rojo. Pero gracias a este sistema se puede recuperar mucha energía, por ejemplo en la bajada de un puerto o de una pendiente pronunciada, pero hay que ir muy pendiente de la conducción.

Hablemos un poco de sus datos. El motor tiene 115 caballos, lo que supone un par motor constante de 270 Nm desde el arranque. Y esto le proporciona una capacidad de aceleración destacable partiendo de cero. Acelera de 0 a 60 km/h en 4,2 segundos, mientras que el 0 a 100 km/h lo hace en 10,4 segundos. Y su velocidad máxima es de 140 km/h, una cifra más que razonable para un eléctrico de uso eminentemente urbano.

Este e-Golf está pensado para el tráfico urbano y de ahí que pase de 0 a 60 km/h en solo 4,2 segundos, mientras que para llegar a 100 km/h desde cero emplea más de 10 segundos. Una cifra muy buena en la primera y bastante regular en la segunda. Pero no está pensado para ir a 100 km/h aunque puede hacerlo, por supuesto.

Lo más importante en un eléctrico es su autonomía. Gracias a sus baterías de ion-litio, el e-Golf puede recorrer hasta 190 kilómetros según los valores homologados, pero en un uso real la marca habla de entre 130 y 190 kilómetros. Su tiempo de recarga, en un poste de carga rápida se completa en media hora. En un enchufe normal de 2,5 kW tarda 13 horas mientras que en uno de 3,5 kW el tiempo se reduce a 8 horas.

Estos son los datos oficiales, pero yo les voy a contar los míos durante la prueba. El tiempo de recarga en mi enchufe de casa fue de aproximadamente 10 horas, por lo que llegando a las 9 de la noche y enchufándolo al llegar, a las 7 de la mañana ya estaba a tope de su carga. Con ello, en el modo de conducción normal la autonomía que marcaba al encenderlo era de 152 kilómetros. Esta cifra se podía aumentar hasta superar los 190 km si se selecciona el modo de conducción Eco+.

En el uso normal depende mucho de la conducción. Yo tengo hasta llegar a la ciudad 25 kilómetros de autovía y solo en ese recorrido, circulando un poco rápido he llegado a gastar más de 50 km de autonomía. Y tenía que dejar otros 50 kilómetros para poder volver a casa. Esa es la limitación que tienen los coches eléctricos, que de momento tiene difícil solución en España, por la falta de infraestructuras.

Si en el modo normal el coche funciona y se mueve con mucha agilidad en zonas urbanas, con el modo Eco intermedio se pierde algo de esa rapidez, mientras que en el Eco+ se vuelve un coche lento de reacciones. Eso sí, a cambio tendremos muchos más kilómetros de autonomía. Y esa es la filosofía más lógica para un conductor que opta en la actualidad por un coche movido solo por electricidad.

Por lo demás, en este coche no cambia nada del interior. Las plazas son iguales que en un Golf “normal” y solo su maletero se ve ligeramente reducido por llevar las baterías en su parte trasera. Pero solo se pierden 37 litros, ya que si el Golf TDi o TSi tiene 380 litros, en el caso del e-Golf la cifra se queda en 343 litros.

Otra diferencia la encontramos en su cuadro de instrumentos, donde el reloj de la izquierda pasa a ser un medidor de la energía en el que se indica cuándo estamos gastando electricidad de la batería, cuándo estamos rodando sin gastar o cuándo conseguimos rellenar la batería, ya sea por una fuerte retención o por una frenada brusca. Exteriormente es difernte la luz diurna con una forma de "C" muy cerrada en la parte baja del frontal.

A modo de conclusión les diría que me encantaría decir que es un coche interesante para comprar, pero en realidad tiene bastantes limitaciones para un usuario normal en estos momentos. Solo se lo pueden permitir aquellos que, sobre todo, tengan posibilidad de enchufar cada día su coche, pero que además hagan recorridos cortos y que sean bastante previsibles. Con un coche así, pero igual que con un Nissan Leaf o un Renault Kangoo, la improvisación resulta arriesgada. Y te puede dejar tirado en una carretera.

Pero si la opción del e-Golf me parece arriesgada para la mayor parte de los usuarios, la que me parece una solución perfecta es la del Golf GTE, el híbrido enchufable. Es como llevar un e-Golf durante los primeros 50 kilómetros cada día, funcionando en modo eléctrico, pero que cuando se agota la batería entonces enciende un motor de gasolina con el que nunca nos quedaremos tirados. Y creo que esa es la opción más interesante, de momento, y la forma de acostumbrar a la sociedad al concepto del coche eléctrico.

Con el e-Golf, la versión 100% eléctrica del legendario modelo compacto, la marca alemana demuestra que la tecnología ya está ahí, que se pueden hacer y vender coches movidos solo por electricidad, pero también deja claro que todo lo que debe acompañar al concepto del coche eléctrico aún no está preparado. Es por ello un coche que llega demasiado pronto.

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