El Bugatti Royale ¿tendrá pronto un heredero?

Bugatti, una de las marcas más legendarias de la historia del automóvil, acaba de cumplir cien años de vida. De los 100 años de vida ha estado más de 35 años parada, sin fabricar ni un solo vehículo, y tratando de volver a situarse en la cima del automóvil.

De la mano del Grupo alemán Volkswagen ha vuelto a fabricar coches, pero sin duda los más exclusivos del mundo. Un buen ejemplo es el Veyron 16-4 del que se van a fabricar un total de 300 unidades de sus diferentes versiones y evoluciones. Pero ya se han entregado a sus clientes más de 200 y poco a poco le llega el fin, al menos con el producto actual.

Por ello, en el pasado Salón de Ginebra se esperaba un modelo realmente nuevo, algo innovador que adelantara un futuro a corto o medio plazo para la marca de Molsheim. Pero la presencia de una versión centenario con la misma mecánica y sólo una pintura de un color exclusivo hizo acallar a muchos. Los rumores que apuntaban algo nuevo han tomado en las últimas semanas nuevas fuerzas, ante la necesidad de mantener vivo el mítico nombre de Bugatti.

Estamos en un momento en el que la moda para los fabricantes de coches exclusivos es la de desarrollar una berlina deportiva de cuatro puertas. Porsche lanzará en septiembre su Panamera, Aston Martin hará lo propio con el Rapide unos meses más tarde e incluso está en el aire el proyecto de Lamborghini para su Estoque. Este último está en estos momentos parado, a la espera de una decisión definitiva.

Dentro de este contexto, en los últimos  días se habla mucho de un proyecto en el que la marca Bugatti estaría trabajando desde hace ya unos meses, un sucesor del Royale. El Bugatti Royale de mediados de los años treinta es uno de los coches más espectaculares jamás construidos por el hombre. Se fabricaron un total de seis unidades, cada una de ellas con una carrocería diferente.

Bugatti había desarrollado un proyecto de motor para avión de 12,7 litros de cilindrada para el Gobierno francés que finalmente no fue fabricado. Sobre la base de este mismo proyecto se fabricó un motor de ocho cilindros en V con 12,7 litros para equipar al Bugatti Royale.

El coche debía ser simplemente impresionante. Su distancia entre ejes era de 4,3 metros. Sólo un dato al respecto, el Rolls Royce Phantom actual tiene una distancia entre ejes de 3,57 metros. Con relación a los coches del momento, este Royale tenía 50 cm más de batalla que el Rolls Royce más grande de la época.

El Royale ha pasado a la historia por sus dimensiones impresionantes, por su motor que no lo era menos, pero también por su exclusividad. El hecho de que solo se construyeran seis unidades y que cada una tenga un tipo de carrocería diferente es otro valor añadido. Por eso su valor es casi inestimable. 

En una subasta que tuvo lugar en el Albert Hall de Londres en 1987 se pagaron 9,7 millones de dólares por una unidad del Royale. Esta cifra solo se ha superado en dos ocasiones y por dos modelos de Ferrari, el último de ellos un espectacular California.

Bueno, volviendo a la realidad de Bugatti, muchos indicios hacen pensar que en el Salón de Francfort, en septiembre, la marca más emblemática podría darse el gustazo de presentar una superberlina con un motor de 16 cilindros en forma de W para el que ya algunos hablan incluso de la potencia, 1.300 caballos. Una evolución del empleado en el Veyron.

Si del Veyron 16-4 se ha limitado su producción a 300 unidades, de este Royale del siglo XXI podrían hacerse sólo seis unidades para mantener la tradición de aquel viejo Royale, a juzgar por algunas filtraciones. Y por supuesto sólo para los clientes más elegidos de la marca, como se comenta entre bastidores en la marca de Molsheim. Uno de cada 50 clientes de un Bugatti Veyron tendrá "derecho", previo pago de tres o cuatro millones de euros, a uno de ellos. De momento, Ferdinand Piech, el responsable del renacimiento de la marca Bugatti, es el propietario de uno de los seis Royale de los años treinta...