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Rivian, éxito en bolsa y fracaso en la cumbre climática: los eléctricos no triunfan en Glasgow
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una propuesta de reino unido fracasó

Rivian, éxito en bolsa y fracaso en la cumbre climática: los eléctricos no triunfan en Glasgow

La COP26 no alcanza un compromiso con los coches eléctricos ampliamente respaldado, lo que puede indicar que el debate en torno al automóvil se está sofisticando

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Los inversores adoran los vehículos eléctricos (EV por sus siglas en inglés). Puede que otros estén empezando a tener sentimientos ligeramente encontrados.

Las acciones de Rivian subieron un 29% en su primera jornada de cotización este miércoles incluso después de que la ‘start-up’ de EV fijara el precio de su oferta pública inicial un 31% por encima del punto medio de un rango ofrecido la semana pasada. A pesar de solo haber entregado 156 vehículos a finales de octubre, casi todos a empleados, la compañía obtuvo un valor de mercado completamente diluido de casi 100.000 millones de dólares -más que los incondicionales de Detroit Ford y General Motors-.

Dichas comparaciones no deberían llevarse demasiado lejos ya que los fabricantes de coches tradicionales están financiados por deuda además de por fondos propios, pero la exitosa OPI de Rivian sigue siendo una prueba extraordinaria de que el entusiasmo inversor por los coches eléctricos no se limita a la magia de Elon Musk en Tesla.

Foto: Rivian. (Reuters)

Sin embargo, el mismo día, los EV fracasaban en la cumbre del clima COP26 en Glasgow. El gobierno de Reino Unido, anfitrión del evento, había intentado reunir esfuerzos para una declaración global de intenciones para eliminar gradualmente los motores de combustión en coches y furgonetas en 2040. Pero los países líderes en fabricación de automóviles del mundo, como China, Japón, EEUU, Alemania, Francia y Corea del Sur, se negaron a firmar. Entre los principales fabricantes de coches, solo Ford, GM y Mercedes-Benz pusieron sus nombres en el documento, que se publicó este miércoles.

La política de la cumbre explica en gran medida el fracaso británico a la hora de impulsar los EV en Glasgow. La Administración Biden cuenta con su propio programa para fomentar la tecnología: el plan de infraestructuras que fue aprobado en el Congreso el viernes pasado incluye 7.500 millones de dólares en fondos para mejorar la red de carga de coches eléctricos en EEUU. Volkswagen también, y este martes declaró que construiría un nuevo centro de producción de EV de nueva creación cerca de su sede al norte de Alemania para competir con la nueva fábrica de referencia de Tesla cerca de Berlín.

Aun así, la falta de interés por un compromiso global a favor de lo que denominaba vehículos “de emisión cero” puede indicar también un cambio en el debate. La tecnología de EV ya ha ganado una gran aceptación entre legisladores y fabricantes de coches como la forma más directa de reducir las emisiones de carbono en el sector del transporte. Eso significa que seguramente estos empiecen a prestar más atención a importantes complicaciones en los EV, como su dependencia de una generación de energía que puede no ser tan limpia y de baterías intensivas en carbono.

Foto: 26 de cada 1.000 coches vendidos en septiembre eran un Model 3. Y 24 de cada 100 eléctricos matriculados en Europa son Tesla.

El compromiso de Glasgow hacía una referencia tácita a dichas cuestiones en una nota a pie de página: “En el contexto de esta declaración, un coche y una furgoneta de emisiones cero es aquel que no emite gases de efecto invernadero por el tubo de escape”.

BMW, que no lo firmó, calcula que el cambio al coche eléctrico, sin las medidas compensatorias que está adoptando, aumentaría las emisiones de carbono de su cadena de suministro en cerca de un 40% en 2030 en comparación a los niveles de 2019.

Puede que la nueva normativa de ‘contabilidad del carbono’ recompense con el tiempo a los fabricantes con estrategias ambientales más globales, como BMW y Toyota, y genere preguntas incómodas para Tesla y Rivian. Los coches eléctricos han sido un atajo útil para pensar sobre descarbonizar los coches en los últimos años, pero llevamos tiempo esperando una perspectiva más matizada. En algún momento, la predilección de los inversores por historias sencillas y limpias colisionará con la realidad compleja y caótica de una transición que durará décadas.

*Contenido con licencia de ‘The Wall Street Journal’.

Los inversores adoran los vehículos eléctricos (EV por sus siglas en inglés). Puede que otros estén empezando a tener sentimientos ligeramente encontrados.

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