Tim Cook | "Nuestra fuerza está en los ignorados"

Este año nos ha forzado a todos a revaluar y modificar la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos con los demás. Y por ese motivo, no creo que sea una coincidencia que el año del covid-19 fuera también el año en que las conversaciones clave sobre la equidad y la injusticia sistémica obtuvieran un nuevo impulso y un merecido papel central en nuestro diálogo nacional.

En la mera teoría, una enfermedad debería afectarnos a todos por igual. Pero en la realidad, ocurre lo contrario. Todos hemos visto, en directo, cómo funcionan la discriminación estructural y los obstáculos a las oportunidades en una crisis. En nuestras comunidades, todo el peso —desde la tasa de contagios y resultados sanitarios hasta la adversidad económica, pasando por los desafíos de la enseñanza virtual cuando los colegios están cerrados— recae con mayor gravedad sobre aquellos que siempre han estado más lejos de alcanzar la auténtica equidad. Como alguien que creció durante el movimiento por los derechos civiles, ha sido frustrante ver todo el trabajo que queda por hacer, pero ha sido reconfortante ver hasta qué punto las personas de buena voluntad dejan de lado su bienestar bajo el 'statu quo' para manifestarse y exigir algo mejor.

Cuando desaparezca la pandemia, no podemos simplemente suponer que llegará la sanación. Nos corresponde a todos —individuos y comunidades, empresas y gobiernos— asegurar que lo que está por venir no es solo el final de una enfermedad, sino un futuro duradero y esperanzador para todos los que se sacrificaron y sufrieron durante este tiempo sin precedentes.

Un espacio clave en el que centrar este trabajo es la educación, en todas sus formas. La educación es un gran nivelador, pero no puede hacer su trabajo sin medios y sin un hogar. Nuestro planteamiento en Apple ha sido preguntar: “¿Cómo podemos ayudar?”. Esa pregunta nos ha llevado a construir herramientas de aprendizaje potentes y a compartirlas de forma gratuita con decenas de miles de profesores, educadores y padres.

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Y nos ha conducido a realizar nuevas grandes inversiones a través de nuestra iniciativa por la justicia y la igualdad racial (REJI, por sus siglas en inglés). Estos proyectos incluyen el Propel Center de Atlanta, que hemos ayudado a construir en colaboración con las universidades históricamente negras del país (HBCU, por sus siglas en inglés) para apoyar la siguiente generación de líderes de color en sectores que van desde el aprendizaje automático hasta el desarrollo de ‘apps’, y del emprendimiento al diseño. Y nuestra primera academia para desarrolladores de Apple en EEUU, en el centro de Detroit, que cuenta con más de 50.000 negocios propiedad de personas negras y donde no faltan grandes ideas para la economía de las ‘apps’.

Según el refrán, “el mejor momento para plantar un árbol fue hace 20 años, el segundo mejor momento es ahora”. Si esta pandemia nos ha enseñado algo, espero que sea que ninguno de nosotros puede utilizar la larga trayectoria de la injusticia como excusa para no actuar. Nuestras vidas en este planeta son valiosas y efímeras, y el destino encuentra una forma de recordarnos que la fuerza de nuestra sociedad depende de aquellos que, durante demasiado tiempo, han sido ignorados e infravalorados.

* Tim Cook, CEO de Apple.