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El gran problema de las petroleras europeas: el resto del mundo refina más (y mejor)
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Puede ser un lastre para las empresas

El gran problema de las petroleras europeas: el resto del mundo refina más (y mejor)

Un exceso de capacidad de refino en el mundo desarrollado vuelve obsoletas las plantas europeas de transformación de crudo en gasolina y otros productos

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Cada vez hay menos exceso producción de petróleo. Pero no se puede decir lo mismo del exceso mundial de refinerías, que no para de empeorar.

Europa, en particular, ha tenido durante mucho tiempo demasiadas refinerías de petróleo, pero la caída de la demanda energética inducida por la pandemia ha aumentado la presión para resolver el problema. Para los grandes productores de petróleo de la zona, que se tambalean tras un aluvión de crudo que hizo que bajaran algunos precios por debajo de cero en abril, es probable que algunos viejos activos estén listos para ser renovados. Otros podrían estar destinados al montón de chatarra.

Las refinerías compran petróleo para producir gasolina, diésel, combustible para aviones y otros productos. La mayor parte de la producción se transporta sin dificultad, por lo que la competencia es tanto global como regional. Históricamente, las refinerías de los mercados desarrollados abastecían a las naciones en desarrollo, pero recientemente estas últimas han construido sus propias instalaciones, creando un exceso de capacidad.

placeholder  Vista general de la refinería Miguel Hidalgo, de Petróleos Mexicanos (Pemex) (EFE)
Vista general de la refinería Miguel Hidalgo, de Petróleos Mexicanos (Pemex) (EFE)

La flota europea es propiedad tanto de las principales compañías petroleras como de las compañías locales. La refinería más joven de la región se construyó hace 45 años y, aunque muchas se han actualizado, los nuevos diseños resultan más baratos y eficientes. Las refinerías europeas ya están funcionando a su mínima capacidad, dice Raúl Alcamo, de la consultora Energy Aspects. Él estima que el mundo necesita un recorte de capacidad del 10%. Sin embargo, se están construyendo más refinerías nuevas, principalmente en China y en Oriente Medio. La presión por reducir la capacidad en el mundo desarrollado solo irá en aumento.

La caída en picado del mercado energético agravó la situación este año. El aprovechamiento energético alcanzó un mínimo histórico del 67% en mayo, empujando los márgenes hasta 1,75$ el barril, muy por debajo de los promedios a largo plazo del 84% de aprovechamiento y de 7,50$ por barril, según Bernstein Research. Si bien la demanda en los mercados desarrollados ahora se está recuperando, se espera que disminuya a largo plazo con el endurecimiento de los requisitos de emisiones, el aumento de los estándares de eficiencia de los combustibles y el lanzamiento de los vehículos eléctricos. El crecimiento provendrá principalmente de los países en desarrollo, cerca de las instalaciones de sus rivales.

Para las grandes compañías petroleras que cotizan en bolsa, una solución es vender: BP, Royal Dutch Shelly el gigante francés Total han vendido sus participaciones en 18 refinerías desde 2009, y Shell dijo el mes pasado que estaba en proceso de negociación para vender 5 de las restantes 15. Una complicación es que las gigantes petroleras de integración tienden a gestionar sus refinerías conjuntamente con sus ramas de productos químicos o de inversión, lo que les permite aumentar las ganancias al flexibilizar la producción como respuesta a las fluctuaciones del mercado. Los beneficios del año pasado para estas unidades combinadas fueron aproximadamente el 7% de las ganancias totales de Shell y de Total (BP no revela datos).

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Sin embargo, la transferencia de propiedad no soluciona el mayor problema de la industria. Otra solución es convertir las refinerías en almacenamiento de combustible, lo que evita algunos de los costes sustanciales de la desactivación y descontaminación de los sitios cerrados. Aún mejor es modernizar las plantas para producir combustibles renovables, que cumplen con las estrictas normas ambientales y se venden a un precio superior.

La mayoría de las principales compañías petroleras de Europa planean producir combustibles renovables en el futuro. Total y la italiana Eni ya han convertido tres refinerías para fabricar biodiésel en los últimos cinco años y es muy probable que otras le sigan. Las refinerías estadounidenses Marathon Petroleum, Phillips 66 y HollyFrontier están planeando conversiones similares, aunque las instalaciones estadounidenses están bajo menor presión para cerrar porque aún pueden exportar a América Latina, dice Paola Rodríguez-Masiu de Rystad Energy.

Durante demasiado tiempo, los propietarios de las refinerías europeas han estado haciendo tiempo con la esperanza de que sus competidores cierren primero y les dejen un mercado interno más sostenible. Es hora de tomar decisiones.

Cada vez hay menos exceso producción de petróleo. Pero no se puede decir lo mismo del exceso mundial de refinerías, que no para de empeorar.

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