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La Bolsa de Atenas y la deuda helena reducen el impacto del golpe del BCE
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las caídas se relajan al final de la sesión

La Bolsa de Atenas y la deuda helena reducen el impacto del golpe del BCE

Aunque el susto no se lo quita nadie, los inversores no han hurgado tanto en la herida griega y han reducido las ventas a última hora del día. También para la deuda

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Se acabó la tregua. Las ventas han vuelto con fuerza a la Bolsa de Atenas después de que el Banco Central Europeo (BCE) haya anunciado que no aceptará de los bancos bonos griegos como garantía en sus operaciones de financiación. El desplome ha sido del 3,37% -aunque ha llegado a caer más de un 8% en los primeros compases-, hasta 819,5 puntos.

Los bancos han vuelto a ser los que peor parados han salido, ya que la decisión del BCE les afecta directamente. El sector se ha dejado de media un 10,5%, pero Piraeus Bank ha cedido un 15%, Attica Bank, un 13%, National Bank of Greece, un 12,3% y Eurobank, un 9,7%.

La deuda se ha calmado totalmente del impacto del primer momento. Aunque ha llegado a dispararse hasta el 11%, a última hora del día el interés del bono a diez años ha bajado un 0,8%, hasta el 9,59%. Por su parte, el interés de las letras a tres años ha subido al 16,7%, y el de las letras a cinco, hasta el 13,3%.

La reunión entre el ministro de Finanzas alemán, Wolfang Schäuble, y el heleno, Yanis Varufakis, ha calmado al mercado, ya que el ministro germano ha insistido en que el país debe seguir negociando con la Troika. Además, ha calificado su diálogo con Varufakis como "intenso y fructífero", a pesar de que ha admitido que no están de acuerdo en todo.

Y es que cuando parecía que la gira europea del nuevo gobierno de Syriza iba viento en popa, logrando apoyos a su política antiausteridad en París, Reino Unido e Italia, el BCE ha puesto blanco sobre negro.

No en vano, con el desplome de los depósitos -en sólo dos meses, la banca helena ha perdido el 8,5% de sus fondos y estos se encuentran por debajo de los 151.000 millones de euros, es decir, por debajo del nivel en el que se encontraban en los peores momentos de la crisis financiera cuando toda la Eurozona corría serio riesgo de saltar por los aires en 2012- y el mercado exigiendo rentabilidades que rondarían el 19% en base a los niveles que se pagan en estos momentos en el secundario si los bancos se animaran a emitir deuda, la única vía de financiación que les queda es el BCE.

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Pero a última hora de ayer, y tras el encuentro entre Mario Draghi y el ministro heleno de economía, Yanis Varufakis, el banco central anunciaba que elevaba la exención actual de los requisitos mínimos de calificación crediticia de los instrumentos negociables emitidos o garantizados por Grecia. O expresado de forma más precisa, el BCE ya no aceptará títulos con rating de baja calidad como hasta ahora para que la banca helena pudiera descontarlos en Fráncfort y obtener así liquidez. El BCE incluso estaba aceptando hasta ahora títulos con calificación inferior a BBB con el argumento de que la operación formaba parte de la política monetaria.

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"¿Les ha sorprendido la decisión del ECB? Simplemente es coherente con sus reglas: sin rating y sin asistencia europea, no puede aceptar deuda griega", afirma José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi. "27.000 millones en manos del Eurosistema... Es mucho dinero, sin duda. Y aumentarlo es complicado en esta situación", continúa. "La cuestión ahora es si los bancos pueden tener acceso a liquidez; sí, a través del ELA. La segunda cuestión es si el Tesoro griego necesita liquidez; no está claro, aunque hoy hay una información en Bloomberg que advierte que podría necesitar fondos ya el 25 de este mes. Veremos", concluye.

Ante este panorama, los bancos helenos han pasado a depender, aún más, de la liquidez del BCE a través del ELA (Emergency Liquidity Assistance), que no es sino la última oportunidad de un banco europeo en apuros cuando los mecanismos formales, como por ejemplo los LTROs, son insuficientes.

Se acabó la tregua. Las ventas han vuelto con fuerza a la Bolsa de Atenas después de que el Banco Central Europeo (BCE) haya anunciado que no aceptará de los bancos bonos griegos como garantía en sus operaciones de financiación. El desplome ha sido del 3,37% -aunque ha llegado a caer más de un 8% en los primeros compases-, hasta 819,5 puntos.

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