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La reunión del FMI y el Banco Mundial, un duelo entre optimistas y pesimistas
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La reunión del FMI y el Banco Mundial, un duelo entre optimistas y pesimistas

La reunión semestral del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, que arrancó ayer en Washington, divide a sus asistentes en dos grandes grupos: los que

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La reunión del FMI y el Banco Mundial, un duelo entre optimistas y pesimistas

La reunión semestral del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, que arrancó ayer en Washington, divide a sus asistentes en dos grandes grupos: los que ven el vaso medio lleno y los que lo ven medio vacío.

Esa bifurcación de percepciones entre optimistas y pesimistas refleja las tensiones existentes en la economía mundial, como puso de manifiesto esta semana el economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Olivier Blanchard. La economía mundial está sometida a dos fuerzas opuestas: la primera la arrastra hacia abajo y la segunda hacia arriba, afirmó Blanchard el miércoles durante la presentación del informe Perspectivas Económicas Mundiales. Por el momento, subrayó, la primera (fuerza) domina claramente.

El experto afirmó también que hay luz al final de este largo túnel, pero ese mensaje quedó sepultado por una avalancha de proyecciones negativas que han levantado ampollas entre varios de los titulares de Economía reunidos este fin de semana en Washington.

Entre los agraviados está el ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, quien asegura que su país crecerá este año. El Fondo, por el contrario, prevé que el país sudamericano se contraiga un 1,3 por ciento en 2009.

El propio Banco Mundial calificó esta semana al FMI de demasiado pesimista, y reiteró su convicción de que la economía de América Latina se contraerá sólo un 0,6 por ciento este año y no un 1,5 por ciento como augura su institución hermana.

El presidente del Banco Central de Chile, José de Gregorio, asegura que en momentos de incertidumbre como el actual es común que los analistas prefieran pecar de pesimistas antes que de optimistas. La forma que tienen de cubrirse las espaldas es ser muy pesimistas, dijo De Gregorio el viernes en un seminario sobre América Latina celebrado en la sede del Banco Mundial. En su opinión, el riesgo de equivocarse si uno es optimista es mayor que si uno es pesimista, porque en el primer caso te pueden acusar de estúpido, mientras que en el segundo siempre se puede argumentar, dijo, que el país tomó las decisiones correctas y por eso no se cumplieron los pronósticos.

En medio del debate, el grupo de los siete (G-7) países más industrializados optó el viernes por colocar la lupa sobre las incipientes señales de recuperación y lanzó un mensaje de cauto optimismo al final de su reunión ministerial en Washington. Los datos recientes sugieren que el ritmo de caída de nuestras economías es más lento, y están surgiendo señales de estabilización, afirmó el G-7 en un comunicado.

La actividad económica debería comenzar a recuperarse a finales de este año, pronosticó el grupo, que alertó, de todos modos, que la situación sigue siendo frágil y aún existe el riesgo de un agravamiento adicional.

El secretario del Tesoro de EEUU, Tim Geithner, dio también una de cal y otra de arena al proclamar que es normal estar algo animado, aunque sería incorrecto concluir que el mundo ha salido de las tinieblas en las que se adentró a finales del año pasado. Menos efusivo fue el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, quien señaló al final de la reunión del G-20 que tuvo lugar también ayer en Washington que somos muy cautos.

El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, optó también por la cautela, y aunque dijo que indicadores recientes en EEUU y Europa ofrecen razones para el optimismo, rápidamente matizó: Pero para ser honesto es todavía demasiado pronto para decir si esos (...) indicadores optimistas implican que hemos tocado fondo, antes de subrayar que lo único claro es que el 2009 va a ser extremadamente doloroso.

Entre las señales que dan alas al incipiente optimismo está la subida de los mercados bursátiles en distintas partes del mundo, el repunte de la economía china, la desaceleración de la caída de la producción mundial y las señales de vida en los mercados inmobiliarios de Gran Bretaña y EEUU.

La reunión semestral del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, que arrancó ayer en Washington, divide a sus asistentes en dos grandes grupos: los que ven el vaso medio lleno y los que lo ven medio vacío.

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