Botín rompe el mercado: lanza una hipoteca a Euribor más 0,25 para robar clientes a otras entidades

Si hay alguien experto en pescar en río revuelto, ése es Emilio Botín. Mientras el grueso de las entidades españolas sigue diciendo que la crisis inmobiliaria "no es para tanto" y que apenas les va a afectar a ellas, el Santander ha asumido la cruda realidad y ha dado el primer paso para aprovecharse de ella. Algo que es habitual en el banco, que hace dos años también rompió el mercado con la supresión de comisiones a buena parte de sus clientes.

Así, su filosofía es que, si se han dejado de vender casas y, en consecuencia, no se conceden más hipotecas, el crecimiento debe venir quitándole los clientes a las demás entidades. Para ello, ha lanzado una hipoteca a un tipo muy atractivo (euribor más 0,25 puntos) para aquellos que traigan su crédito de otra entidad.

Además, este producto permite unas posibilidades muy interesantes: se puede financiar únicamente el capital pendiente de amortización, pero también ofrece el importe total inicial de la hipoteca (que se puede usar para otros fines, como comprarse un coche), e incluso el 80% del valor actual de la vivienda, que puede ser muy superior en caso de hipotecas con varios años de antigüedad.

Que son a las que se dirige el producto. El Santander no quiere que se le acuse de entrar en el segmento subprime ni tampoco de asumir excesivos riesgos para mantener el crecimiento del crédito. Por eso, sólo podrán acceder a esta hipoteca aquellos que lleven más de seis años pagando su crédito en otra entidad, y con un historial libre de morosidad. Igualmente, sólo vale para financiar la vivienda habitual, no la segunda residencia.

Como es natural, el producto también tiene lado oscuro. Aparte de esos requisitos de antigüedad, exige domiciliar la nómina y contratar un plan de pensiones con una aportación mínima de 600 euros al año. Igualmente, el Santander no se hace cargo de los gastos de tramitación por el cambio de entidad -hay que pasar por el notario-, al contrario que otras entidades. Eso sí, financia esos gastos dentro de la hipoteca.

La apuesta del banco cántabro deriva de una situación de estancamiento en el negocio crediticio en general e hipotecario en particular. Su director de banca comercial, Enrique García Candelas, reconoce que el número de nuevas hipotecas concedidas por el banco descendió en 2007 hasta 76.000, frente a las 83.000 de 2006. También se redujo la captación de clientes con nómina desde 407.000 hace dos años hasta 363.000 el pasado ejercicio, lo que explica esa exigencia de domiciliar la nómina para acceder a la nueva hipoteca.