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Perdedores y "menos perdedores" de las bolsas mundiales
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Perdedores y "menos perdedores" de las bolsas mundiales

La profunda crisis provocada por el colapso del sistema financiero ha dejado su sello en los mercados de todo el mundo. Ninguno se ha salvado de

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Perdedores y "menos perdedores" de las bolsas mundiales

La profunda crisis provocada por el colapso del sistema financiero ha dejado su sello en los mercados de todo el mundo. Ninguno se ha salvado de la espiral de pánico vivida por los inversores y, tras un año para olvidar, las secuelas son evidentes: caídas de entre el 75% y el 23%. Ni emergentes, ni desarrollados han podido capear el temporal, con lo cual, a la hora de hacer balance de lo que ha supuesto 2008 para las bolsas mundiales, en vez de hablar de ganadores, más vale referirse a los “menos perdedores”.

De esta manera, la plaza que mejor ha sabido salir de uno de los años más negros de la historia de la bolsa mundial ha sido Chile. El IPSA, donde cotizan los 39 principales valores del país, entre los que se encuentran Banco Santander y Endesa, ha perdido sólo el 23%, o lo que es lo mismo, 713 puntos, que en los tiempos que corren es toda una heroicidad. También latinoamericano es el siguiente superviviente de la crisis. Se trata de la bolsa de México, concretamente del índice IPvC, que ha restado el 24% en los últimos doce meses.

Pero toda cara tiene su cruz y, en este caso, tiene acento ruso. La bolsa de Moscú ha vivido uno de los peores años de su historia, pese a que hasta el mes de junio aguantó la embestida de la crisis global como una campeona. Han sido los últimos seis meses del año los que han hecho sangre en el parqué ruso y el resultado ha sido un desplome superior al 70% en 2008.

Si en todo el mundo las sacudidas han sido más que evidentes, Rusia vivió después del verano dos de los momentos más críticos de su historia bursátil. El 17 de septiembre estuvo a punto del colapso tras registrar un crash sólo comparable al que protagonizó en el verano de 1998, cuando se hundieron el rublo y los bonos rusos provocando una de las peores crisis financieras de los años 90. A las diez de la mañana hora española de ese martes negro, el Russian Trading System, el sistema de interconexión bursátil del país, se vio obligado a suspender la actividad tras un desplome del 7,6% en el índice Micex, después de dejarse en la víspera otro 17%.

Pero no ha sido el único momento en el que los cimientos de la bolsa de Moscú han temblado. Pocos días después, el 8 de octubre, volvía a repetirse la misma situación. Una caída del 14% provocaba una nueva suspensión de la negociación.

No sólo Rusia ha suspendido su negociación para evitar la hecatombe. Brasil hizo lo propio el 6 de octubre cuando activó el “cortocircuito”, un protocolo de actuación pensado para cortar las operaciones cuando la caída de la bolsa supera el 10%. Al igual que Moscú, la bolsa de Sao Paulo comenzó su rally bajista después de verano y, en total, ha perdido más de un 38% este año.

Mal año de la suerte para China

A la cabeza de las pérdidas también se ha situado China. 2008 no ha sido el año de la suerte para el gigante asiático, contrariamente a las supersticiones del país. Ni el supuesto derrumbe de su “Gran Muralla Financiera” ni la celebración de los Juegos Olímpicos han logrado que el índice compuesto de la bolsa de Shangai, que en 2007 creció más de un 70%, haya perdido un 63%. Ante estos porcentajes, las pérdidas de otros índices asiáticos, superiores al 40% en el caso del Nikkei japonés, o del 50% del BSE Sensex de la India, parecen menos dañinas.

En una horquilla entre el 30% y el 45% se sitúan las caídas de los principales índices occidentales. Así, en Estados Unidos, epicentro del terremoto financiero, las pérdidas del Dow Jones de Industriales alcanzan el 36%, mientras que las del Standard & Poor´s 500 superan el 41%. Caída similar a la sufrida por el mercado tecnológico Nasdaq que, desde el pasado 1 de enero ha perdido un 42%.

Mejor no ha sido el comportamiento de los parqués del viejo continente. Europa ha bailado al mismo son que lo ha hecho Wall Street, con lo que ha registrado pérdidas similares a las sufridas al otro lado del Atlántico. De esta manera, las pérdidas anuales del Dax alemán, del Cac 40 de París y del Ibex 35 superan el 40%. Caídas que en el caso del Eurostoxx 50 superan el 45% y que no alcanzan el 35% en Londres, donde el FTSE 100 se ha dejado entorno al 30%.

Desplomes generalizados que según los analistas se deben a que los mercados han descontado lo que está todavía por llegar en 2009. El año que comienza lo hace con la llegada de la temida recesión económica, que ha estado muy presente en la mente de los inversores durante 2008, y con un importante riesgo deflacionista provocado en buena parte por la fuerte caída del precio del petróleo. En cualquier caso, “la creencia entre los inversores de que las cosas ya no pueden empeorar más puede ser suficiente para provocar un rally alcista”, explica Bob Doll, vicepresidente y director de Renta Variable de BlackRock, que confía que la recuperación de los mercados comience con el nuevo año.

La profunda crisis provocada por el colapso del sistema financiero ha dejado su sello en los mercados de todo el mundo. Ninguno se ha salvado de la espiral de pánico vivida por los inversores y, tras un año para olvidar, las secuelas son evidentes: caídas de entre el 75% y el 23%. Ni emergentes, ni desarrollados han podido capear el temporal, con lo cual, a la hora de hacer balance de lo que ha supuesto 2008 para las bolsas mundiales, en vez de hablar de ganadores, más vale referirse a los “menos perdedores”.

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