Es noticia
El drama del apalancamiento: muchos inversores no pueden devolver los créditos para comprar acciones
  1. Mercados
  2. Finanzas personales

El drama del apalancamiento: muchos inversores no pueden devolver los créditos para comprar acciones

Si los inversores que compraron estructurados de Lehman pueden haber perdido todo su dinero, hay otros muchos que han perdido bastante más que su patrimonio en

Foto: El drama del apalancamiento: muchos inversores no pueden devolver los créditos para comprar acciones
El drama del apalancamiento: muchos inversores no pueden devolver los créditos para comprar acciones

Si los inversores que compraron estructurados de Lehman pueden haber perdido todo su dinero, hay otros muchos que han perdido bastante más que su patrimonio en bolsa por culpa del apalancamiento. Es decir, por culpa de la compra de acciones mediante créditos por un importe muy superior a su patrimonio. Ahora, con el desplome de la bolsa -pese a la recuperación de ayer-, el valor de las acciones es muy inferior al crédito que deben devolver, lo cual supone un auténtico drama para muchas familias, algunas bastante adineradas.

En la época de la liquidez ilimitada, los bancos -sobre todo privados- ofrecían préstamos en muy buenas condiciones a sus clientes para invertir en bolsa. La competencia era muy alta y la presión por incrementar los ingresos por cliente (la famosa venta cruzada) era muy intensa. Y si además de la comisión de gestión del patrimonio (o de los productos de inversión que le vendo) puedo sacarle un crédito para comprar acciones, pues mucho mejor. A pequeña escala, es lo mismo que los grandes créditos para acometer compras en empresas cotizadas concedidos a ACS, Colonial, Acciona, Sacyr, etc. Y han acabado igual: con exigencia de garantías adicionales, refinanciaciones y ejecuciones.

Es un auténtico drama para muchísimos inversores, a los que ahora el banco reclama la devolución del crédito y no tienen dinero para ello, explica un gestor de patrimonios. El primer paso es vender los títulos, pero con el hundimiento de las cotizaciones, lo que obtienen está muy por debajo del importe del crédito. Si el cliente tiene otros activos, muchas veces tiene que venderlos también sólo para darle el dinero al banco. Y si no los tiene, el banco tiene que provisionar el fallido.

En muchos casos, al igual que ocurre con las empresas, lo que se está haciendo es refinanciar la deuda para alargar su plazo, con la esperanza de que el mercado recupere y las pérdidas se reduzcan o desaparezcan, explica otro profesional del sector. El problema está en aquellos inversores que tenían acciones que se han desplomado, como los bancos norteamericanos o europeos que han tenido que ser rescatados o vendidos en los últimos días. Esos no van a recuperar nunca su dinero ni van a poder devolver los créditos, añade esta fuente.

Las ventas retroalimentan las caídas

Esta situación tiene consecuencias muy importantes en el mercado: si la gente tiene que vender a la fuerza para devolver los créditos, pone más presión bajista en las cotizaciones. Y, desde luego, estos inversores no van a comprar más acciones. Por otro lado, aquellos que todavía pueden salirse sin grandes quebrantos, lo están haciendo a toda prisa para que no les pille el toro: Estamos viendo un importante desapalancamiento por parte de clientes que, ante la incertidumbre en los mercados, reducen los créditos y las posiciones, afirma Mónica Garay, consejera delegada de UBS Banca Privada.

Garay asegura que, con la crisis económica, sus negocios -muchos clientes son empresarios- no funcionan como antes, por lo que la prudencia les obliga a reducir su endeudamiento y sus posiciones de riesgo.

El desapalancamiento, causa de la crisis

Este problema del exceso de apalancamiento en las inversiones es global: Muchas personas e instituciones hicieron apuestas apalancadas que han ido mal. Ahora no pueden devolver su deuda. Y los acreedores están respondiendo de acuerdo con esta situación, explica el mismísimo Martin Wolf en el Financial Times.

En el nivel agregado, este problema es una de las principales causas de la crisis financiera. El altísimo endeudamiento de las empresas europeas para acometer fusiones y adquisiciones está provocando una oleada de rebajas de rating en nuestro continente, así como numerosos impagos. Cuando hay miedo generalizado a la insolvencia, los bancos dejan de dar crédito y los deudores dejan de gastar dinero, concluye Wolf. El problema es que esta situación puede desembocar en una deflación a la japonesa.

Si los inversores que compraron estructurados de Lehman pueden haber perdido todo su dinero, hay otros muchos que han perdido bastante más que su patrimonio en bolsa por culpa del apalancamiento. Es decir, por culpa de la compra de acciones mediante créditos por un importe muy superior a su patrimonio. Ahora, con el desplome de la bolsa -pese a la recuperación de ayer-, el valor de las acciones es muy inferior al crédito que deben devolver, lo cual supone un auténtico drama para muchas familias, algunas bastante adineradas.

Deuda Crisis Salidas a bolsa Refinanciación