Fernando Martín abandona el G-14

Ayer por la mañana, día de autos para Martinsa-Fadesa, se vieron las caras Fernando Martín y Pedro Pérez, el secretario general del G-14, el lobby inmobiliario impulsado hace menos de un año (octubre de 2007) por los principales promotores del país para ‘sensibilizar’ al Gobierno sobre las necesidades –fundamentalmente de liquidez- del sector.

En el encuentro, Martín comunicó a Pérez su decisión de abandonar la presidencia del G-14, cargo que asumió desde su fundación y que tuvo un papel relativamente ejecutivo hasta la elección del secretario general. Desde entonces, el de Martinsa-Fadesa se centró en su inmobiliaria, cediendo protagonismo al ex secretario de Estado de Economía con Carlos Solchaga (PSOE).

Emulando al clan de los catorce clubes de futbol más poderosos de Europa, los inmobiliarios españoles alumbraron el G-14 para defender sus intereses empresariales y el desarrollo de todo tipo de acuerdos y medidas que redunden en la defensa de la actividad, bajo la denominación de "Grupo 14, Inmobiliarias por la Excelencia". Había que llamar a la puerta de la Oficina Económica de Moncloa.

El grupo se constituyó con las compañías más relevantes del sector, pero también con algunas de las que más problemas potenciales albergaban en sus balances: Colonial, Inmobiliaria Chamartín, Martinsa-Fadesa, Metrovacesa, Nozar, Rayet, Realia, Restaura, Reyal-Urbis, Vallehermoso, Renta Corporación, Hercesa y Parquesol, que en conjunto representan más del 8% de la actividad de todo el sector.

Los puentes tendidos entre Pedro Pérez y Moncloa, especialmente con el entonces jefe de la Oficina Económica, David Taguas, no han dado el rédito esperado a Fernando Martín. Al final, el compromiso del ICO para aportar 150 millones de euros se esfumó, a pesar de las negociaciones mantenidas durante meses, obligando a Martinsa-Fadesa a declararse en suspensión de pagos. El lobby tenía sentido, pero llegó demasiado tarde.