Sáenz, con candidato propio, cerró el paso a Rato en la presidencia de Cepsa

Rodrigo Rato aceptó la presidencia de Cepsa, pero Alfredo Sáenz, consejero delegado del Banco Santander y vicepresidente al tiempo de la petrolera, frustró la operación porque desde hace tiempo tenía elegido su propio candidato, el vasco Santiago Bergareche, amigo suyo desde los tiempos en que ambos compartieron aula en la Comercial de Deusto, y con quien después trabajó en el Banco de Vizcaya a las órdenes del difunto Pedro de Toledo.

El nombre del ex ministro de Economía del Partido Popular ya había salido a relucir, si bien como simple rumor (ver El Confidencial del 19 de junio), con ocasión del relevo de Carlos Pérez de Bricio, 81, en la presidencia ejecutiva de Cepsa. Este diario, sin embargo, ha confirmado que, en efecto, a Rato le fue ofrecida esa presidencia, y que al menos verbalmente fue aceptada por el ex director gerente del FMI.

El ofrecimiento tuvo lugar a mediados de junio, en el curso de una cena a tres bandas celebrada en una lujosa residencia del distrito madrileño de Puerta de Hierro, propiedad de un millonario tradicionalmente relacionado con la industria del petróleo. Junto al anfitrión, Rodrigo Rato y Carlos Pérez de Bricio, quien llevó la voz cantante y se explayó en la situación accionarial de Cepsa, por todos conocida, y las circunstancias de su relevo, en gran medida motivado por la edad, antes de plantear al ex político del PP la posibilidad de asumir el cargo como presidente no ejecutivo.

Conviene aclarar que Rato ya está laboralmente ligado con, al menos, tres empleadores conocidos: el Banco Santander, el banco de negocios Lazard, y el holding Criteria CaixaCorp, lo cual no fue obstáculo para que, antes de que acabara la cena, diera su visto bueno al ofrecimiento. Como parte del plan, Pérez de Bricio viajó al día siguiente a París para informar al presidente de Total (49,6%), Christophe de Margerie, del resultado de la gestión y ultimar detalles de un relevo al que la petrolera francesa no ha puesto obstáculo, puesto que la política de las multinacionales galas en el exterior es favorable a la utilización de ejecutivos locales, sobre todo si son personas de la relevancia de un Rato.

“¡Pero eso no puede ser…!”

El anfitrión, por su parte, quedó encargado de hacer lo propio con el Banco Santander, segundo accionista de Cepsa con el 31%, y más concretamente con Alfredo Sáenz, vicepresidente de la petrolera. Y aquí saltó la sorpresa, porque Sáenz se hizo de nuevas y cuando el millonario le contó que habían ofrecido la presidencia a Rato y que éste había dicho que sí, el banquero abrió los ojos como platos antes de exclamar con aire sorprendido: “¡Pero eso no puede ser, si hace como un par de meses ya se la ofrecí yo mismo y me dijo que no...!”

En ese instante y en esa roca naufragó la idea de hacer a Rato presidente de Cepsa, impidiendo al ex político del PP coleccionar un nuevo cargo bien remunerado. Es obvio que Sáenz tenía sus propios planes, y que esos planes pasaban por colocar al frente de la petrolera a un amigo personal, lo cual le permite ocupar él mismo la presidencia de Cepsa por persona interpuesta. El paso siguiente era filtrar cuanto antes a los medios el nombre del candidato respaldado por el banco, el citado Santiago Bergareche, para acabar con toda clase de maniobras y rumores.

A Rato, que tiene en el Santander a uno de sus empleadores, no le quedaba más que emprender una discreta retirada, al contrario que Pérez de Bricio, que quedaba en posición no demasiado airosa. Sáenz, sin embargo, se ha portado con él como un campeón, haciéndole consejero de Banesto (ver noticia). Otro nombre que sonó como eventual candidato de Total fue el de José Luis Leal, aunque parece que la posibilidad no entró nunca en los planes vitales de un hombre ya mayor también. La entronización de Bergareche se hizo oficial en la junta general de Cepsa celebrada el pasado 28 de junio.