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La segunda en la frente: Del Rivero suspende la OPV de Itínere después del varapalo de Eiffage
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La segunda en la frente: Del Rivero suspende la OPV de Itínere después del varapalo de Eiffage

Luis del Rivero tiene pocos motivos de celebración pese a que la victoria electoral socialista hacía pensar todo lo contrario. Hace dos semanas consiguió salir de

Foto: La segunda en la frente: Del Rivero suspende la OPV de Itínere después del varapalo de Eiffage
La segunda en la frente: Del Rivero suspende la OPV de Itínere después del varapalo de Eiffage

Luis del Rivero tiene pocos motivos de celebración pese a que la victoria electoral socialista hacía pensar todo lo contrario. Hace dos semanas consiguió salir de Eiffage, pero sin plusvalías y bajo amenaza de cárcel. Y este lunes ha tirado la toalla en la OPV de Itínere, ante la imposibilidad manifiesta de colocar su filial de autopistas entre inversores institucionales. En este caso, el coste del fracaso es de casi 30 millones de euros, entre publicidad y comisiones bancarias.

Los inversores castigan a la constructora española en bolsa. Sus acciones recortan más de un 3,5% hasta 22,60 euros a las 14:00 horas.

En un hecho relevante emitido a la CNMV, Itínere Infraestructuras anuncia el aplazamiento (eufemismo que también usó Tremón en su día) de la oferta pública de venta y suscripción de acciones debido a que "las condiciones actuales del mercado no aconsejan llevar a término esta operación". La filial de Sacyr Vallehermoso añade que, en vista de "las actuales condiciones del mercado de capitales y, dado que sus objetivos se pueden alcanzar por otras vías, analizará, en el momento oportuno, la posibilidad de ésta u otras alternativas".

La realidad es que esta OPV respondía a la necesidad de hacer caja de la constructora para hacer frente a su asfixiante deuda. Por eso, había aceptado rebajar a la mitad la valoración teórica de Itínere para poder llevar a cabo la colocación. Pero ni por esas. El mercado no está para alegrías, ni mucho menos para salvar los muebles a un empresario que ha incurrido en unas inversiones pantagruélicas. Tampoco han servido los 9 millones de euros que se ha gastado en publicidad ni los 20 millones que ha pagado a los bancos para que intentaran colocar, sin conseguirlo, la compañía: JP Morgan, UBS, Citigroup, Santander, La Caixa y Caja Madrid.

Según distintas fuentes de la banca de inversión, lo que ha fallado es la demanda internacional, que suponía nada menos que el 50% de la OPV; todo un brindis al sol que ha salido mal. "¿Cómo puedes llegar a Londres para vender una empresa cuando una semana antes has estado a punto de ir a la cárcel en Francia? Era un disparate", afirma una de estas fuentes. Otra añade que "si hubieran tenido demanda internacional, habrían bajado el precio todo lo necesario para sacar adelante la OPV. Pero si han suspendido, eso significa que no había demanda ni a ese ni a ningún precio".

Itínere comunicó la semana pasada que el tramo minorista (el 35% de la oferta) estaba suscrito en 1,1 veces, uno de los niveles más bajos de los últimos tiempos y sin contar con las revocaciones que ha podido llegar posteriormente a la vista de la pobre evolución del tramo institucional. En su vertiente nacional también estaba cubierto, según la compañía, pero sólo representaba el 15% de la OPV. Es decir, todo dependía del tramo internacional. Y como éste ha fallado, se suspende la operación.

"Se veía venir"

"Esto es algo que se veía venir", sentencia una de las fuentes consultadas. Ya las cosas empezaron a tomar muy mal cariz la semana pasada, cuando Sacyr fijó el precio máximo minorista en 4,30 euros por acción, mucho más cerca del mínimo de la banda (4,14 euros) que del máximo (5,10). Lo normal es fijar este precio en el máximo de la banda: si las cosas van mal, siempre hay tiempo para bajarlo; pero si luego resulta que la demanda institucional va bien, no se puede subir por encima de ese máximo. Es decir, el precio máximo sólo se pone tan bajo cuando se quiere lanzar un mensaje de que el vendedor está dispuesto a bajar el precio por debajo de la banda orientativa. Pero ni siquiera este mensaje ha podido salvar la OPV.

Lo cierto es que el mercado ha penalizado claramente el hecho de que el vendedor fuera Sacyr. El pasado viernes, el Valor añadido de S. McCoy ya diseccionaba el negativo 'efecto Del Rivero': "El mercado penaliza a Sacyr por cuatro grandes motivos: uno, falta de orientación estratégica, de forma tal que cualquier visión de futuro es filtrada por el tamiz de la duda; dos, política de adquisiciones en la que, hasta ahora, han primado más las urgencias que la disciplina financiera; tres, concepción de Itínere como tabla de salvación para la matriz, al rescate de la misma; y cuarto, y ligado con lo anterior, todo el mundo sabe que Sacyr quiere, incluso debe, vender una parte de la filial para ir cuadrando sus cuentas por lo que la presión en precio ya no está en el lado de la demanda sino de la oferta, lo que sitúa al vendedor en una clara posición de desventaja".

En dicho artículo se añadía que, aunque el negocio de autopistas es tradicionalmente defensivo -luego es apropiado para el momento actual-, la subida de la gasolina junto con la desaceleración económica son factores muy negativos para el volumen de tráfico. La subida de la inflación es teóricamente positiva: están ligadas a ella las tarifas, es decir, los ingresos de los peajes. Pero hay un efecto negativo: que el 40% de la deuda de Sacyr es a tipo variable, es decir, afectada por las subidas de los diferenciales por culpa de la inflación y de la crisis crediticia internacional.

Si a esto sumamos la fuerte concentración geográfica de Itínere (el 90% de su valoración depende de nuestro país), el rechazo de los extranjeros a todo lo que huela a construcción en España y la enorme desconfianza que generan Del Rivero y sus muchachos -aparte de lo de Repsol, la gente no olvida la astracanada de su asalto al BBVA-, tenemos todos los ingredientes para el fracaso de la OPV.

Itínere es la quinta compañía en la historia del mercado español que suspende una OPV después de haber iniciado la colocación: la primera fue Ono, víctima del estallido de la burbuja tecnológica en 2000; después vino Probitas Pharma en 2004, aunque a la segunda consiguió salir a bolsa bajo el nuevo nombre de Grifols en 2006 (y hoy está en el Ibex); ese año también se suspendió la OPV de Lanetro Zed; y el último y más sonado precedentes es el de la inmobiliaria Tremón el pasado mes de diciembre (suspensión que ha provocado una demanda de los colocadores contra la empresa).

Luis del Rivero tiene pocos motivos de celebración pese a que la victoria electoral socialista hacía pensar todo lo contrario. Hace dos semanas consiguió salir de Eiffage, pero sin plusvalías y bajo amenaza de cárcel. Y este lunes ha tirado la toalla en la OPV de Itínere, ante la imposibilidad manifiesta de colocar su filial de autopistas entre inversores institucionales. En este caso, el coste del fracaso es de casi 30 millones de euros, entre publicidad y comisiones bancarias.

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