Concurso de acreedores contra la inmobiliaria Aisa por impago de 1,3 millones de euros

Malas noticias para otra inmobiliaria. Esta vez cotizada. La catalana Aisa (y su filial Interlaken) fue instada ayer viernes a la declaración de un concurso de acreedores necesario ante los Juzgados de lo Mercantil de Barcelona, según fuentes jurídicas consultadas por este diario. La demanda está planteada por la aseguradora Asefa, que reclama el cobro de 1,3 millones de euros ante la actual situación de falta de liquidez de la compañía.

De nuevo, vuelve a ser protagonista la figura del concurso de acreedores, aunque esta vez no ha sido por voluntad propia, como ha ocurrido con otras inmobiliarias, caso de Cosmani, Labaro, Jale y Llanera, entre las más recientes. Y de nuevo, el protagonista vuelve a ser, de manera indirecta, la familia Nozar, accionista de la compañía y también demandada por uno de sus acreedores.

En lo que va de mes, han dimitido de sus cargos de consjeros Juan Mestre y Benjamin Arellano -representante de Devesta Proyectos, sociedad del ex alcalde de Barcelona Enric Masó-, después de que lo hicieran el vicepresidente primero de la entidad, Jordi Conejos (consejero delegado de Agrupació Mutua), y el vicepresidente segundo, Emiliano López, desentendiéndose de toda responsabilidad jurídica sobre la compañía.

Al igual que otras firmas del sector, la inmobiliaria pasa por una complicada situación financiera después de que se frustraran sus dos intentos de fusión. El primero de ellos fue con Astroc, que se fue al traste en septiembre de 2007, mientras que el segundo, con la desconocida Hemeretik, promotora especializada en parques logísticos, se canceló a principios de año.

Más de 130 millones de euros de pérdidas

Todos estos imprevistos, unidos a que la inmobiliaria presidida por Genis Marfá presentó en el ejercicio 2007 más de 130 millones de euros de pérdidas, dejan abiertos ciertos interrogantes sobre el futuro la compañía, que en la actualidad continúa con la búsqueda de nuevos socios, como reconoció ayer un consejero de la inmobiliaria a este diario.

AISA ha crecido rápido acompañada por la bonanza del sector. Su desarrollo sustancial, como ocurrió con la antigua Inmocaral, comenzó a mediados de 2005, cuando Genís Marfà –actual presidente– y Juan Peña –hoy desvinculado del grupo– se hicieron con la mayoría del capital tras lanzar una opa sobre la empresa, entonces controlada en un 78% por Agrupació Mútua, principal accionista de Bankpyme.

En un año, la inmobiliaria pasó de facturar menos de un millón de euros a registrar una cifra de negocio de 119 millones al cierre de 2006, dio el salto al continuo desde el mercado de corros y reestructuró totalmente su accionariado con la incorporación de nuevos socios de referencia. Pero también creció sobremanera su endeudamiento, que supera los 400 millones de euros.