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Efecto dominó: Nozar, primera gran inmobiliaria que se enfrenta a un concurso de acreedores
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INSTADO AL CONCURSO DE ACREEDORES

Efecto dominó: Nozar, primera gran inmobiliaria que se enfrenta a un concurso de acreedores

Puede convertirse en la práctica más recurrente en las próximas semanas. Empresas auxiliares y subcontratas que no pueden demorar más el cobro de las facturas y

Foto: Efecto dominó: Nozar, primera gran inmobiliaria que se enfrenta a un concurso de acreedores
Efecto dominó: Nozar, primera gran inmobiliaria que se enfrenta a un concurso de acreedores

Puede convertirse en la práctica más recurrente en las próximas semanas. Empresas auxiliares y subcontratas que no pueden demorar más el cobro de las facturas y pagarés por los servicios prestados a las inmobiliarias pueden ser los en verdugos de su empleador, el enfermo sector del ladrillo. Ayer, la empresa madrileña Avalatransa solicitó ante el juzgado numero dos de lo Mercantil de Madrid el concurso de acreedores de Nozar y de su filial constructora Lena por el impago de 312.000 euros adeudados desde febrero de 2007.

Hasta que el juzgado se pronuncie, la imagen de insolvencia extendida sobre Nozar ya ha hecho carrera en el mercado, independientemente de que la solicitud llegue a prosperar. Y este extremo parece lejano, dado que la cantidad reclamada -312.000 euros- resulta pequeña respecto al balance de Nozar, que esta misma semana vendió un inmueble en París por 80 millones. “Si la empresa puede demostrar su solvencia y el juez aprecia mala fe por parte del acreedor, puede obligar al segundo a pagar costas y una indemnización”, explican fuentes jurídicas.

El recurso contra Nozar no llega precisamente en el mejor momento. Al margen de la conveniencia de una nueva mala noticia económica en vísperas de las elecciones, el presidente de la inmobiliaria, Luis Nozaleda, negocia in extremis junto a su socio Luis Portillo la venta de la inmobiliaria Colonial a un fondo de inversión del gobierno de Dubai. El endeudamiento asumido para financiar su incursión en esta compañía ha situado al empresario en una situación sumamente delicada, al tener pignorado su porcentaje con acciones de la propia Colonial.

Poco acierto con las inversiones

Por desgracia para Nozar, la solicitud del concurso de acreedores presentado por Avalatransa no es el primero de sus problemas. Además de Colonial, el resto de inversiones inmobiliarias en bolsa efectuadas en el último año acumulan minusvalías millonarias, como ha ocurrido con Aisa y con la antigua Astroc, donde la familia Nozaleda acumula porcentajes relevantes. Por ello, la caída de Nozar podría tener consecuencias directas e indirectas sobre otras importantes inmobiliarias, como si de una cadena de fichas de dominó se tratara. La puntilla que faltaba para consumar el estallido de la burbuja inmobiliaria.

Precisamente, la invocación de la figura del concurso de acreedores ha sido utilizada durante las últimas fechas como palanca de presión por parte de los deudores, caso de Hábitat o Detinsa, para con sus acreedores –bancos y cajas-. Ante las posibles consecuencias negativas, con mayor riesgo de recuperar poco o nada de las líneas de préstamo abiertas, estos acreedores han aceptado renegociar las condiciones de su asistencia financiera para que las inmobiliarias puedan seguir –tras el ajuste pertinente a la realidad del mercado- con su actividad. Siempre es mejor cobrar algo que no cobrar nada.

El primero caso relevante tuvo como protagonista a Llanera. La inmobiliaria valenciana sufrió el parón de la obra residencial en primera línea de playa a la vuelta del verano. En aquella ocasión, la propia inmobiliaria solicitó la antigua figura de la suspensión de pagos para algunas de sus filiales después de haber reconocido impagos a algunos de sus acreedores. Por regla general, el deudor suele llevar la iniciativa a la hora de abrir un proceso concursal, ya que esta posición le permite mantener las facultades administradoras de la compañía. Ante la tesitura de desprenderse de Colonial, Nozar se enfrente ahora al riesgo de perder Nozar.

Puede convertirse en la práctica más recurrente en las próximas semanas. Empresas auxiliares y subcontratas que no pueden demorar más el cobro de las facturas y pagarés por los servicios prestados a las inmobiliarias pueden ser los en verdugos de su empleador, el enfermo sector del ladrillo. Ayer, la empresa madrileña Avalatransa solicitó ante el juzgado numero dos de lo Mercantil de Madrid el concurso de acreedores de Nozar y de su filial constructora Lena por el impago de 312.000 euros adeudados desde febrero de 2007.

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