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Agua como megatendencia inversora: 1 kg de carne requiere 5.000 l de líquido elemento
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SUBE LA DEMANDA Y CAE LA OFERTA

Agua como megatendencia inversora: 1 kg de carne requiere 5.000 l de líquido elemento

El desarrollo de los núcleos urbanos y el crecimiento de la población hace que cada vez esté más tensionada la oferta de la 'commodity' más esencial para la supervivencia del planeta

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Como cada 22 de marzo, el planeta celebra el Día Mundial del Agua para recordar a toda la población la importancia que tiene el líquido elemento en nuestras vidas y la necesidad de hacer un uso eficiente y sostenible de los recursos hídricos. Tanto es así que una de las metas de la agenda 2030 y el Objetivo de Desarrollo Sostenible Nº 6 es el de "Agua y saneamiento para todos" antes de ese año para salir de la crisis mundial del agua que vivimos. Una gesta que puede parecer solo basada en la sostenibilidad de los recursos naturales, pero que bien enfocada puede beneficiar también a aquellos inversores que buscan activos más tranquilos, seguros y descorrelacionados.

La inversión en agua va mucho más allá de la materia prima propiamente dicha, considerada como tal desde la Conferencia de Dublín de 1992. Aunque a diferencia de otras 'commodities', en el caso de este elemento básico no cabe la especulación al tratarse al mismo tiempo de un bien de primera necesidad y, por lo tanto, especialmente regulado en todos los países, lo cierto es que la inversión relacionada con este activo se está convirtiendo a marchas forzadas en la megatendencia más clara de cara a los próximos 5-10 años y ofrece un sinfín de oportunidades de todo tipo, desde empresas cotizadas relacionadas con infraestructuras o gestión eficiente, pasando por ETF especializados en agua hasta los llamados 'blue bonds' que se abren camino como una especialidad dentro de los conocidos como bonos verdes que empiezan a estar tan de moda.

Foto: Cataratas de Iguazú, en Argentina. (EFE)

Basta nombrar algunos datos para podernos hacer a la idea del potencial que tiene apostar por algo aparentemente tan común como el agua. Así, para conseguir una naranja se necesitan hasta cinco litros de agua mientras que para lograr un kilo de carne el volumen del líquido elemento asciende a los 5.000. Y teniendo en cuenta que la demanda de alimentos es la única que crece de forma estable y continuada a un ritmo del 2-3% anual, nos podemos hacer una idea de lo que eso significa de cara a las necesidades que habrá de agua en un futuro próximo.

De hecho, mientras que en 1950 solo había dos ciudades con más de ocho millones de habitantes, en 2021 había medio centenar, según los últimos datos que ofrece Citypopulation. Tanto es así que antes del estallido de la pandemia, cada día se sumaban en el mundo unas 200.000 personas nuevas (entre nacimientos y fallecimientos), por lo que ya en 2015 'The Economist' advertía que en los próximos 40 años se van a tener que producir más alimentos que en los 10.000 años anteriores.

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Sube la demanda y baja la oferta

Pero a medida que crecen las ciudades disminuyen los terrenos cultivables, por lo que la producción agrícola disminuye y la tendencia es que haya más demanda que oferta. Esto hace que la inversión en investigación e infraestructuras que permitan, por ejemplo, la potabilización del agua o la desalinización de la misma, y el uso más eficiente vaya en aumento para lograr aumentar la productividad.

Tanto es así que el agua es usada en todos los aspectos de la economía, desde la agricultura al desarrollo industrial. En este sentido, los procesos de urbanización de los países emergentes están también jugando un papel fundamental en la aceleración de esta tendencia. Pero también este mismo proceso está haciendo que las catástrofes naturales, que siempre ha habido, afecten más a la oferta. Y es que los temporales, las inundaciones, las riadas, los terremotos o las sequías son más dañinos por el nivel de concentración de la población mundial.

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Esto hace que cuando ocurre un acontecimiento de estas características, tras el salvamento de vidas, hay dos necesidades imperiosas y son conseguir que el agua sea potable, reparar los daños de drenaje para evitar epidemias e implementar la tecnología para el uso eficiente del agua. Por este motivo, empresas como Cia de Saneamiento Básico, American Water Works, Evoqua Water Technologies o Essential Utilities son habituales en las carteras de los fondos dedicadas a invertir en activos relacionados directa o indirectamente con agua.

Todas ellas se encuentran recogidas en elS&P Global Water Index, que desde su creación en el año 2002 ha crecido más de un 450% y en el World Water Index, que acumula un 400% desde 2004, y que sirven de referencia para muchos gestores de fondos que han visto en todos estos datos una oportunidad. En Europa fue pionero precisamente un fondo español, Panda Agriculture & Water Fund, gestionado por Mark Garrigasait, que en los últimos cinco años acumula un 34% de ganancia, pero cada vez son más los ETF (fondos cotizados) que invierten en la cadena del agua como PowerShares Water Resource Portfolio, Invesco S&P Global Water, First Trust Water ETF, Guggenheim S&P Global Water Index ETF o Lyxor World Water, entre otros.

Como cada 22 de marzo, el planeta celebra el Día Mundial del Agua para recordar a toda la población la importancia que tiene el líquido elemento en nuestras vidas y la necesidad de hacer un uso eficiente y sostenible de los recursos hídricos. Tanto es así que una de las metas de la agenda 2030 y el Objetivo de Desarrollo Sostenible Nº 6 es el de "Agua y saneamiento para todos" antes de ese año para salir de la crisis mundial del agua que vivimos. Una gesta que puede parecer solo basada en la sostenibilidad de los recursos naturales, pero que bien enfocada puede beneficiar también a aquellos inversores que buscan activos más tranquilos, seguros y descorrelacionados.

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