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Golpe de realidad al petróleo: vuelven las tensiones en Oriente olvidadas por el covid
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TRAS EL ATAQUE A ARABIA SAUDÍ

Golpe de realidad al petróleo: vuelven las tensiones en Oriente olvidadas por el covid

Los inversores ha recordado que el corazón del mayor productor de crudo del mundo no es infranqueable y que ya antes de la pandemia el mercado colapsó tras un ataque a Aramco

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El ataque este domingo a la petrolera Aramco ha recordado al mundo un problema que con el estallido de la pandemia del coronavirus había desaparecido de la mente del mercado: las crecientes tensiones en Oriente Medio. Un riesgo que siempre ha estado ahí, pero que, con el frenazo en seco de la demanda de crudo como consecuencia del cierre de las economías la pasada primavera y la lenta recuperación de la misma por las medidas de restricción destinadas a frenar las oleadas que han venido después, había caído en el olvido.

Este lunes, Arabia Saudí ha informado de que algunas de las instalaciones de la infraestructura petrolera más protegida del mundo han sido atacadas con misiles y drones en una escalada de las hostilidades por parte de los rebeldes hutíes respaldados por Irán. Y aunque estos atentados fueron interceptados y la producción no parece haberse visto afectada, el mercado reaccionaba estableciendo una prima de riesgo al precio del barril, que se disparaba por encima de los 71 dólares en el caso del Brent, de referencia en Europa, en los primeros compases de la jornada.

No en vano, de golpe los inversores han recordado que el corazón del mayor productor de petróleo del mundo no es infranqueable y que apenas algo más de cuatro meses antes del estallido de la pandemia el mercado colapsó cuando Aramco tuvo que reducir de golpe su producción a la mitad tras sufrir un ataque con drones en sus plantas de Adqaiq y Khurais, disparando un 20% los precios.

Foto: Buque petrolero hundido. (EFE)

Esta bofetada de realidad ha llegado, además, en un momento en que el mercado del petróleo empezaba ya a dar señales de calentamiento tras superar el peor año de su historia, en que el Brent llegó a marcar mínimos en los 17,5 dólares al cierre en abril y el Texas estadounidense en los 9,07 dólares con los inventarios en su máximo de capacidad.

Y es que, desde mayo, los recortes de producción puestos en marcha por la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus socios, los conocidos como OPEP+, y la recuperación, aunque lenta, de la demanda, con la apertura de los países, han comenzado a drenar ese exceso de oferta hasta tal punto que en las últimas semanas el proceso se ha acelerado, provocando la entrada del mercado en situación de 'backwardation' y amenazando con un cada vez mayor riesgo de sobrecalentamiento.

En este sentido, el pasado mes de febrero, Ed Morse, director de análisis de materias primas en Citigroup, ya avisaba de que "la recuperación de la demanda va a ser estelar. La foto de los inventarios es significativamente mejor de lo que mucha gente cree", y esto ha provocado que la curva de futuros —que ya se comenzó a aplanar el pasado mes de julio, llegando a rozar ya entonces la entrada en 'backwardation'— se haya dado la vuelta.

A esto hay que sumar que la semana pasada la OPEP+ sorprendió al mercado manteniendo sin cambios la mayoría de los recortes

En contra de lo que es habitual para el mercado —estar en 'contango'—, ahora nos encontramos con que el precio del barril con entrega inmediata es más alto que el precio a futuro, algo que ocurre, generalmente, cuando se produce un déficit de oferta y es una señal que apoya un posible 'rally'. El 'backwardation' refleja un inusual aumento de la demanda a corto plazo por la materia prima en cuestión, en este caso el petróleo, y el resultado es que los productores tienen más incentivos económicos para agotar los inventarios lo más rápido posible.

A esto hay que sumar que la semana pasada la OPEP+ sorprendió al mercado manteniendo sin cambios la mayoría de los recortes de producción vigentes desde el pasado mes de mayo —con excepción de Rusia y Kazajistán, que aumentarán ligeramente el bombeo en 150.000 barriles diarios—, por el riesgo que todavía existe de una ralentización de la demanda si la recuperación económica y el avance de la vacunación no transcurren tan positivamente como se espera.

Por lo tanto, el nuevo aumento de las tensiones en Oriente Medio llega en el peor momento en que podría ocurrir y parece que esto no ha hecho más que empezar. No en vano, Arabia Saudí ha señalado como responsable de estos nuevos ataques directamente a Irán, lo que va a dificultar seguramente los esfuerzos de Estados Unidos con la nueva Administración Biden de liderar la diplomacia nuclear con aquel país. Tanto es así, que Riad responsabiliza a la política estadounidense, por dejar de considerar a los hutíes terroristas, lo que ha impulsado el aumento de los ataques.

El ataque es un recordatorio de los riesgos geopolíticos de suministro en la región e inyecta una prima de riesgo

Por todo ello, los expertos coinciden en que el mercado del petróleo está caliente. "A pesar de que la prima de riesgo actual pronto se desvanecerá nuevamente, la recuperación económica, el progreso de la vacunación y las restricciones al suministro de las petronaciones apuntan a precios aún más altos en el corto plazo", aseguran desde Julius Baer. "El ataque es un recordatorio de los riesgos geopolíticos de suministro en la región, a saber, el conflicto de Yemen, e inyecta una prima de riesgo a los precios, sobre todo a medida que las preocupaciones sobre la escasez de suministros crecen día a día", afirman.

"La pregunta no es si, sino de dónde y en qué medida habrá una reacción violenta. Los próximos meses veremos cuánto aumenta el negocio del esquisto en sus perforaciones o cómo las grandes naciones consumidoras de petróleo, como China o India, avanzan en su acercamiento hacia Irán, tanto para agregar suministros como para abordar los desafíos del combustible y la inflación general", explican desde la firma.

"Las últimas tensiones en Oriente Medio podrían desencadenar un movimiento alcista del mercado de petróleo"

En este sentido, desde IG Markets, defienden que "las últimas tensiones en Oriente Medio podrían desencadenar un movimiento alcista del mercado de petróleo, sin olvidar la industria del esquisto americano, que está 'aplaudiendo' este repunte de precios después del sufrimiento de los últimos meses".

Y concluyen que "la presión alcista está ahí, donde el objetivo de cara a las próximas semanas y/o meses para el Brent podría ser el rango entre los 75 y 80 dólares, niveles que testaría si las tensiones se incrementan, aunque estamos asistiendo a una especie de sobrecalentamiento en los precios a medida que los países comienzan a incrementar los niveles de demanda de crudo".

El ataque este domingo a la petrolera Aramco ha recordado al mundo un problema que con el estallido de la pandemia del coronavirus había desaparecido de la mente del mercado: las crecientes tensiones en Oriente Medio. Un riesgo que siempre ha estado ahí, pero que, con el frenazo en seco de la demanda de crudo como consecuencia del cierre de las economías la pasada primavera y la lenta recuperación de la misma por las medidas de restricción destinadas a frenar las oleadas que han venido después, había caído en el olvido.

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