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El peligroso juego en Oriente Medio que puede hacer saltar el petróleo por los aires
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DISECCIONANDO EL MERCADO DEL CRUDO (I)

El peligroso juego en Oriente Medio que puede hacer saltar el petróleo por los aires

El mercado 'ha comprado' el mensaje de 'whatever it takes' lanzado por Arabia Saudí, pero ¿ha vuelto realmente la estabilidad al precio del petróleo?

Foto: Buque petrolero hundido. (EFE)
Buque petrolero hundido. (EFE)

Desde hace más de cinco décadas —cuando la guerra de los seis días, en 1967, sacó del mercado dos millones de barriles de crudo de Arabia Saudí y fue la antesala de la primera crisis del petróleo de 1973— cada cierto tiempo ocurre un acontecimiento que despierta a la sociedad occidental de su letargo y vuelve a situar el avispero árabe en el mapa. Y no tanto por las consecuencias humanitarias o políticas de un conflicto bélico, sino por las enormes implicaciones que tiene para la economía mundial.

El pasado 14 de septiembre, el ataque a las instalaciones de Aramco, en el corazón del mayor productor de petróleo del mundo, volvió a encender las alarmas disparando el barril hasta un 20%. Un mes después, el precio ha vuelto a los niveles anteriores a la crisis, por debajo de los 60 dólares en el caso del Brent de referencia en Europa, y aquí no ha pasado nada... ¿o sí?

El caso es que en los últimos cuatro meses, la escalada de tensión en el punto geopolíticamente más caliente del planeta no ha parado. El relato de los hechos puede llevar a pensar que algo serio se avecina: dos petroleros japoneses son atacados en el estrecho de Ormuz; Irán derriba un dron de la Marina estadounidense; una fragata de la Marina Real Británica interviene en aguas del Golfo para impedir que tres barcos iraníes intercepten un petrolero de Reino Unido; la Marina Real envía un segundo destructor a la zona para salvaguardar el tránsito de sus buques; desaparece de los mapas de seguimiento el petrolero Riah, de bandera panameña y mientras Irán asegura que lo remolcó a sus aguas tras una llamada de socorro, EEUU apunta a una captura; un buque de asalto estadounidense destruye un dron iraní que se aproximaba; Irán captura el petrolero británico Stena Impero como represalia a la incautación de su superpetrolero Grace 1 cerca de Gibraltar; Instalaciones de Aramco son atacadas con misiles y drones interrumpiendo la producción de crudo y Arabia Saudí culpa a Irán; un petrolero iraní sufre el impacto de misiles en el Mar Rojo y Teherán promete una "dura respuesta" tras acusar a Israel, EEUU y Arabia Saudí...

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Pero el precio del barril esta semana ha vuelto a los niveles del junio. Y lo ha hecho porque el mercado 'ha comprado' el mensaje de 'whatever it takes' lanzado por Arabia Saudí que apenas 18 días después de anunciar la interrupción de la mitad de su producción de petróleo, 5,7 millones de barriles al día, afirmaba haberla restablecido completamente. Sin embargo, algo chirría en el precio que, o bien el riesgo real de lo ocurrido no está siendo descontado, o bien la prima ya está incorporada porque, de lo contrario, con los últimos datos macro publicados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que apunta a una "desaceleración sincronizada" de la economía mundial, tendría que estar mucho más abajo.

¿Qué cambia el ataque a Arabia Saudí?

Para entender los riesgos subyacentes que hay en estos momentos en el mercado del petróleo hay que pararse a analizar algunas variables por separado y luego mirarlas todas en conjunto. Y es que "hay una disrupción entre oferta, demanda y calidades que puede explotar", apuntan a El Confidencial desde Prime Value. Así, el factor más inmediato es saber qué ha cambiado con el ataque a Arabia Saudí, más allá de que la producción se haya podido restablecer.

Los ataques del pasado 14 de septiembre se dirigieron a la estabilizadora de Khurais, que da servicio al campo de Khurais, y a la estabilizadora de Abqaiq, que atiende el campo de Ghawar, Shaybah y otros campos más pequeños. Las plantas de estabilización sirven para que el crudo pesado, sobre todo el amargo, se pueda transportar quitando el sulfuro. Arabia Saudí ya ha recuperado la producción y lo que está haciendo es almacenar crudo pesado hasta que lo pueda estabilizar y dar salida al crudo ligero que tiene, incluidas sus reservas.

El problema es que no se ha hablado de la capacidad, que es la que se ha visto afectada y, en especial, la 'spare capacity' o capacidad ociosa; es decir, la facultad que tiene Arabia Saudí de abrir el grifo y meter directamente el petróleo en el mercado. Con los ataques, el país ha pasado de tener una capacidad ociosa de 2-3 mbd a tener 1 millón o, incluso 500.000 según algunas fuentes. Porque ha perdido Khurais, con una capacidad ociosa de 1,5mbd, y que no se sabe cuándo la van a recuperar —fuentes oficiales apuntan a finales de noviembre, mientras que ingenieros del sector defienden que es un trabajo de meses— y porque han tirado de esa 'spare capacity' para llenar el hueco de producción.

¿Tan grave es la pérdida de capacidad ociosa?

Hasta ahora Arabia Saudí era, por así decirlo, el guardián del mercado del petróleo. No en vano, "esta capacidad sirve para que si mañana en Libia tenemos un problema con Haftar y se pierde el millón de barriles que produce, Arabia Saudí abre el grifo y lo cubre. Si mañana la planta de Venezuela está parada y no puede mejorar su crudo pesado, Arabia Saudí da a otro grifo y sacaba otro medio millón de barriles", explica a El Confidencial Gonzalo Escribano, director del Programa de Energía y Cambio Climático del Real Instituto Elcano. "El problema es que ahora, si tenemos una interrupción de la producción de petróleo, Arabia Saudí no va a poder compensar más allá de 1mbd y eso si nos creemos sus cifras, que puede ser menos, y en un momento en el que existen varios avisperos como la cosa en Venezuela, el tema de Libia, las huelgas en Nigeria... la situación es muy delicada".

Aquí entran en juego cuestiones técnicas. La oferta y la demanda de crudo son muy rígidas, entonces, en el momento que la demanda aumenta y la oferta se reduce, las curvas no se cortan y el precio se dispara. Si no hay capacidad ociosa, la volatilidad aumenta considerablemente y al mínimo evento geopolítico que haya el barril se descontrola. "Ahí es donde estamos. Si no hubiésemos tenido los ataques, probablemente el precio estaría mucho más abajo", defiende Escribano.

Derivada geopolítica

Entre el campo de Khurais y la estabilizadora de Abqaiq se encuentra Ghawar, el más grande del mundo. Estamos hablando de 7 mbd. Arabia Saudí acusó directamente a Irán de ser el 'cerebro' de los ataques a sus instalaciones, perpetradas supuestamente por los rebeldes hutíes yemenies. A priori, en el Golfo hay un enfrentamiento por el liderazgo religioso y entre un régimen revolucionario, como es el iraní, y una monarquía absoluta, como es la saudí. Sin embargo, por el estrecho de Ormuz, en la boca del Golfo Pérsico, transita un tercio del petróleo que se consume en todo el mundo. De ahí la importancia que tiene para Estados Unidos y sus aliados regionales el control y la estabilidad en la zona, tanto por intereses de seguridad como económicos.

Foto: Incendio en las instalaciones de Aramco después del ataque sufrido el pasado 14 de septiembre. (Reuters) Opinión

La precisión del atentado ha sido un aviso a navegantes que ha introducido una prima de riesgo geopolítico brutal porque la vulnerabilidad de Arabia Saudí ha quedado en evidencia. En principio, los yemeníes no van a atacar Ghawar porque para Irán eso supondría un punto de no retorno y obligaría a EEUU a intervenir militarmente. "En geopolítica se aplica el principio del ajedrez, la amenaza es más fuerte que su ejecución", asegura el profesor. "Una vez que te has cargado Ghawar no hay marcha atrás, EEUU bombardearía Irán, se cerraría el estrecho de Ormuz, el precio se dispararía, el mundo entraría en recesión, la demanda se hundiría y nos encontraríamos con una situación fuera de control que no interesa a nadie... pero los accidentes ocurren y en estos momentos la cuerda está tensada al máximo".

¿Qué tiene que decir EEUU?

No es ningún secreto que Estados Unidos necesita un precio bajo del petróleo y va a hacer todo lo que esté en su mano para conseguirlo. Es algo que su propio presidente, Donald Trump, ha proclamado a bombo y platillo a través de su cuenta de twitter. ¿Pero cual es la situación real del mayor productor de crudo del mundo? La producción mundial, en comparación con 2018, ha caído y la tendencia de la demanda es de ir en aumento. Aunque la economía mundial entrara en recesión —en ocasiones anteriores la caída de la demanda ha sido del 2%— la entrada de los jugadores asiáticos, China, India, Corea del Sur, Tailandia, Singapur..., que están importando crudo a manos llenas, lo compensaría.

Está presionando al mundo entero para que el petróleo esté barato porque, al final, es el sustento del milagro económico

Sin atender a todos los aspectos geopolíticos anteriores, la mera ley de la oferta y la demanda presionaría al alza el precio. Más si finalmente la ralentización económica es menor de la descontada por el mercado. Y es algo que Trump no se puede permitir con unas elecciones presidenciales en 2020. "Quiere salir reelegido y quiere que todo esté bien", aseguran fuentes del mercado. "Está presionando a la Fed para que baje tipos y al mundo entero para que el petróleo esté barato porque, al final, es el sustento del milagro económico", afirman.

Pero un crudo barato solo se produce en 'onshore', es decir, mediante la extracción convencional en los territorios de Texas. El coste de este bombeo es de entre 20 y 24 dólares. El problema que tiene Trump es que el 65% de la producción estadounidense procede del 'fracking', una técnica que 'exprime', por así decirlo, el oro negro de esquistos en las rocas, y que requiere una tecnología cara, con lo que el coste del barril se sitúa en los 50-55 dólares.

Trump, que quiere mantener bajo el precio a toda costa, reavivó el mercado del 'fracking' para aumentar la oferta. Lo hizo reestructurando la deuda de numerosas empresas del sector. Pero lo cierto es que, en los niveles actuales de mercado, el 'fracking' no es rentable y prueba de ello es la quiebra de alrededor de 29 compañías en lo que va de año, el mismo número que en todo el conjunto de 2018. "Trump está haciendo todo lo posible para producir mucho petróleo, para ello está reestructurando deudas y demás, pero al final estás hinchando una burbuja que tarde o temprano va a estallar", explican desde Prime Value.

Todos estos factores, metidos en una coctelera, hacen que el mercado haya empezado a lanzar las primeras señales de que el precio del petróleo se puede disparar en el medio plazo... ¿Ha vuelto la calma al petróleo? ¿Qué señales que auguran un 'shock' del mercado? Todas las claves aquí.

Desde hace más de cinco décadas —cuando la guerra de los seis días, en 1967, sacó del mercado dos millones de barriles de crudo de Arabia Saudí y fue la antesala de la primera crisis del petróleo de 1973— cada cierto tiempo ocurre un acontecimiento que despierta a la sociedad occidental de su letargo y vuelve a situar el avispero árabe en el mapa. Y no tanto por las consecuencias humanitarias o políticas de un conflicto bélico, sino por las enormes implicaciones que tiene para la economía mundial.

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