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Cómo invertir y en qué sectores durante la crisis del coronavirus
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Cómo invertir y en qué sectores durante la crisis del coronavirus

Las crisis son gestionables y, de la mano de un asesoramiento especializado, esa gestión se puede traducir en importantes beneficios a largo plazo

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La primera acepción de ‘normal’, según la RAE, es la de “aquello que se halla en su modo natural”. Una definición difícil de encajar en un mundo que se ha autoimpuesto medidas de confinamiento que afectan a casi un 50% de su población, que se enfrenta a la mayor recesión en casi 100 años o que ha sufrido una de las correcciones más violentas de la historia de los mercados financieros.

Más útil nos resulta la cuarta de las acepciones, que la define como algo que, por su naturaleza, se ajusta a ciertas reglas fijadas de antemano. Hay mucho que aún desconocemos sobre el Covid-19, pero sin duda sabemos de crisis económicas y de cómo los mercados financieros se comportan en ellas. Las crisis y las recuperaciones, que siempre las suceden, siguen un cierto patrón. No siempre se pueden anticipar pero sí son gestionables, y de esa gestión se pueden obtener los mayores beneficios, esos que no suceden en momentos ordinarios.

Planificar una vuelta progresiva

Los expertos del Área de Productos de Banca March se refieren a ese tipo de vuelta a la normalidad como una oportunidad para sacarle partido a esta crisis, de las actuaciones que determinarán el resultado de las inversiones a largo plazo para que sea tan extraordinario como lo está siendo la época que nos ha tocado vivir.

Los mercados financieros son mecanismos de anticipación que adelantan lo que se espera que suceda. La normalidad, por tanto, llegará antes a ellos de que lo haga a la economía, el empleo o la confianza. Por eso necesitamos planificar una vuelta progresiva, con tiempo y desde la prudencia, cuando aún seguimos confinados y la incertidumbre es elevada.

Hay premisas para que la recesión más violenta de la historia reciente sea también la más breve

También debemos considerar que tal vuelta no implica volver al mismo mundo que dejamos. Esta crisis dejará un poso profundo, no solo en forma de crecimientos menores y desiguales, apalancamientos elevados y tipos a cero, sino también en un cambio de hábitos sociales y de consumo muy profundos. Si el mundo no será el mismo, tampoco esperamos que lo sean las carteras que invertirán en él. Y ese cambio hay que iniciarlo ahora.

Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, resumía en cuatro puntos las claves para salir de esta crisis: continuar con las medidas de contención, proteger a las personas y a las compañías con medidas fiscales y financieras, reducir el estrés en el sistema financiero y, mientras se avanza en la contención, planear la recuperación.

Estamos en una fase temprana de este proceso, que se presume largo, y la incertidumbre es elevada pero se está cumpliendo con el guion. Se cumplen las premisas para que la recesión más violenta de la historia reciente pueda ser también la más breve y los mercados comienzan a reaccionar normalizando paulatinamente algunos indicadores que, como el VIX (índice de volatilidad de la bolsa americana) o los diferenciales de crédito, se estresaron hasta niveles extremos durante el mes de marzo.

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Qué hacer con nuestras inversiones

En primer lugar hay que evitar la obsesión por esperar al precio mínimo, imposible de saber en estas condiciones, y centrarnos más bien en la identificación de aquellos activos de mayor calidad cuyo precio actual ya resulta atractivo y para los que podemos razonar un valor superior a largo plazo. Identificados estos, debemos planificar una entrada paulatina, dejando un margen en liquidez para aprovechar los episodios de incertidumbre que sin duda nos esperan.

Esto que parece obvio resulta muy difícil de hacer en la práctica si no se delega en un profesional que tome las decisiones siguiendo unas pautas de riesgo determinadas previamente. Para los expertos de Banca March, es buen momento para sus mandatos de gestión discrecional: “Nos parece el máximo exponente de la confianza que se nos deposita y es a través de ellos que más rápido y de manera más precisa podemos ejecutar nuestra visión de mercado”.

“Un inversor medio ha visto rotar en torno a un 15% de su cartera discrecional desde la liquidez a las diferentes apuestas que hemos realizado”, aseguran desde la entidad. “Desde la semana del 16 de marzo hemos ido aumentando el riesgo de forma moderada, con un primer paso en renta variable, incrementando el peso de la apuesta en tecnología, el de Estados Unidos frente a Europa y el de las compañías de capitalización alta frente a las pequeñas y medianas”.

Hay que evitar la obsesión por esperar al precio mínimo y centrarnos en activos de mayor calidad con precio atractivo

También “hemos aumentado el peso de la gestión alternativa, otro de los ganadores a futuro de esta crisis. Esta apuesta se aprovechará de las situaciones de estrés de los mercados de crédito y las oportunidades en los eventos corporativos, y jugaremos los relativos entre compañías y sectores”.

Finalmente, “hemos aprovechado la ampliación de los diferenciales de crédito para comprar renta fija privada de alta calidad, apuesta que nos resulta particularmente atractiva para el inversor más conservador. Por primera vez en mucho tiempo ofrece una rentabilidad a vencimiento por encima de la inflación esperada y cuenta además con el apoyo de las compras de activos del BCE, que le darán soporte en los momentos de incertidumbre. La inversión la realizamos a través de un fondo especializado que consideramos que tiene los sesgos correctos en estos momentos, calidad de emisores, duración baja y gestión activa”.

Además, “el índice de ‘investment grade’, que recoge las emisiones de mayor calidad hasta el BBB- de S&P, se ha ido sesgando en la última década hacia compañías en el límite inferior de ese rango de calidad crediticia que suponen la mitad del mismo y que corren el riesgo de caer al 'high yield', forzando las ventas de los fondos pasivos”.

"Hemos aprovechado la ampliación de los diferenciales de crédito para comprar renta fija privada de alta calidad"

Otro de los productos donde los expertos de Banca March están viendo entradas de dinero estas semanas es la “apuesta por tendencias seculares de crecimiento derivadas de la transformación del mundo, Next Generation. Aquí aglutinamos no solo nuestra determinación para invertir en ciertos subsectores de la tecnología, como la automatización o la inteligencia artificial, sino también las que tienen que ver con la demografía y los cambios en los hábitos, desde la educación online, el trabajo en remoto o los medios digitales de socializar”.

Este vehículo “ya se está comportando mejor que los índices y su demanda sale reforzada de esta crisis. Dentro del shock general existen comportamientos relativos muy elocuentes como el sector de la salud, que acumula caídas durante la crisis de apenas un 6%, o el de la tecnología, de un 8%, frente a caídas de las bolsas globales superiores al 16%. El dinero va donde hay crecimiento y a largo plazo estas son tendencias donde encontrarlo”.

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Nuevos proyectos de inversión

Otro elemento de normalidad lo constituye el lanzamiento de nuevos proyectos de inversión: “Durante este trimestre seremos particularmente activos con el lanzamiento de varios proyectos de ideas que no solo no se ponen en cuestión con esta crisis, sino cuyas tesis de inversión salen reforzadas y en las que es posible entrar ahora a precios más bajos. Somos muy conscientes del momento extraordinario e incierto que vivimos”.

“Estamos ante uno de los mayores retos a los que se ha enfrentado la humanidad en décadas y apenas llevamos unas semanas de un proceso que no será breve”, concluyen dichos expertos. “Tenemos una visión de largo plazo que aplicamos más que nunca en estos momentos. Nuestra experiencia en la gestión de diferentes crisis nos recuerda que en circunstancias de este tipo surgen las mejores oportunidades y más se afianzan las relaciones con los clientes”.

Así pues, “la vuelta a la normalidad será un proceso lento que hay que planificar con frialdad y prudencia, pero ya está en marcha con decisiones que hemos tomado en nuestras carteras gestionadas y asesoradas que hoy queríamos compartir. Estas decisiones de carácter más táctico se irán completando en los próximos meses con el lanzamiento de nuevos proyectos de inversión adaptados al mundo que surgirá de esta crisis”.

La primera acepción de ‘normal’, según la RAE, es la de “aquello que se halla en su modo natural”. Una definición difícil de encajar en un mundo que se ha autoimpuesto medidas de confinamiento que afectan a casi un 50% de su población, que se enfrenta a la mayor recesión en casi 100 años o que ha sufrido una de las correcciones más violentas de la historia de los mercados financieros.

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