Tubos Reunidos cae hasta un 10% tras anunciar 157 despidos para sobrevivir

Tubos Reunidos ha dado finalmente a conocer los planes de reestructuración de la plantilla que tiene previstos para sobrevivir, después de retrasarlo el pasado mes de marzo tras la polémica surgida a raíz de filtrarse el contenido del informe de auditoría de PricewaterhouseCoopers y el panorama se planea más gris de lo que parecía. Entre las medidas se incluye "la extinción de 157 contratos de trabajo" en Productos Tubulares, que representa alrededor del 20% de la plantilla total del Grupo, según ha informado mediante un hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), además de la "modificación sustancial de las condiciones de trabajo y la inaplicación del Convenio Colectivo".

Unas medidas que la empresa justifica por "causas económicas, productivas y organizativas" que llevará a cabo a lo largo de este año y el que viene. En este sentido, ha precisado que este martes han iniciado el proceso de negociación para la ejecución de las medidas de reestructuración "necesarias" en Productos Tubulares para mantener la actividad de fabricación y venta de tubería de gran diámetro del Grupo, tras reunirse representantes tanto de Tubos Reunidos como de Productos Tubulares con el comité de empresa.

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La reacción en bolsa no se ha hecho esperar y el anuncio ha caído como un jarro de agua fría entre los accionistas, que lastran el valor un 10% hasta los 0,369 euros, aunque ha llegado a perder más de un 20%. Además, lo hace con un elevado volumen de negociación, ya que se han intercambiado 1,7 millones de títulos, frente a la media diaria de 1,4 millones.

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El pasado 15 de marzo, las acciones de la compañía se hundían en bolsa después de que PwC asegurara en un informe que existía "una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad de la compañía para continuar como empresa en funcionamiento" y advertía de posibles problemas para hacer frente a sus obligaciones este año y el que viene y avisaba de que "el pasivo corriente del grupo supera a su activo en 3,8 millones de euros", lo que hace que exista un fuerte riesgo de que pueda sufrir "tensiones de liquidez".

Sin embargo, tras una semana negra en la que acumuló un desplome del 45% en solo cinco sesiones, la compañía salía al paso del informe de marras explicando que esas dudas son una simple "norma técnica de auditoría" y que no era una "salvedad a las cuentas anuales de la compañía", a lo que añadía que, en cualquier caso "la opinión del auditor es favorable". Con ello templaba las aguas.