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¿Quiebras a la vista? Siete razones para no reducir el tamaño de los grandes bancos
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CONTESTA A POLÍTICOS Y LEGISLADORES

¿Quiebras a la vista? Siete razones para no reducir el tamaño de los grandes bancos

Desde la quiebra de Lehman Brothers el debate sobre la necesidad de que no haya bancos tan grandes como para hacer tambalearse todo el sistema es recurrente

Foto: Sede de Deutsche Bank (Efe)
Sede de Deutsche Bank (Efe)

Desde la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008 y la crisis que desencadenó, la peor desde la Gran Depresión, el debate sobre la necesidad de que no haya bancos tan grandes como para hacer tambalearse todo el sistema es recurrente.

Sin embargo, de unos meses a esta parte el miedo a un nuevo colapso del sector bancario a raíz de las dudas surgidas entorno a Deutsche Bank ha llevado a muchos políticos y legisladores a defender impetuosamente la disminución del tamaño de las entidades consideradas 'sistémicas'.

Por ello, una de las mayores gestoras de fondos, PIMCO, da siete razones por las que considera que llevar a cabo un proceso de reducción de los mayores bancos “sería una mala idea”.

En primer lugar, los reguladores sí están siendo eficaces. Así, desde 2009 se ha mejorado la regulación y la supervisión bancaria con la aplicación de Basilea IIIy los requerimientos de capital, las pruebas de estrés y la mayor transparencia. Además, según explica la firma, muchos bancos han reducido sus hojas de balance y su complejidad operacional en los últimos años.

Segundo. Un 'despiece' puede generar otro colapso del crédito, al menos a corto plazo. Y es que la tensión se puede extender entre todo el sector que, por si acaso, reducirá los préstamos que concede. Además, los cambios operativos y los costes provocarían una mayor aversión al riesgo.

Tercero. Los bancos pequeños no son necesariamente menos peligrosos. Obviamente, los riesgos para el sistema financiero son mayores en el caso de que caiga una entidad grande que una pequeña. Sin embargo, “los nuevos bancos pequeños, en tanto que tienen una menos exposición a problemas de financiación, pueden ser más susceptibles a burbujas inmobiliarias, de materias primas, exceso de apalancamiento corporativo”, etc. Eso en un momento en el que los supervisores, al tener que dar cobertura a más entidades, tienen más complicado detectar esos riesgos.

En cuarto lugar, la premisa de que los bancos sistémicos deberían reducirse se basa en el argumento de que no se debía rescatar a los bonistas de los mismos. Pero los rescates bancarios son una realidad.

Quinto. En la actualidad, la gran mayoría de los bonos emitidos por los ocho mayores bancos de Estados Unidos se emiten fuera de sus respectivas matrices. Si los bancos se rompen, ¿qué parte del banco es responsable de la deuda existente?

Sexto. Puede reducirse el capital que hay en el sistema. En la actualidad, los bancos sistémicos necesitan más capital para funcionar que sus hermanos menores. Por ello, se les exige un ratio de capital del 10,5% frente a sólo el 7,0% de los medianos. Además, los sistémicos tienen que tener un 9,5% adicional de sus activos ponderados por riesgo en bonos de absorción de pérdidas que pueden ser rescatados en caso necesario. Los bancos más pequeños no tienen la obligación de contar con esa deuda de absorción de pérdidas.

Finalmente, para PIMCO, el sistema financiero es ahora mucho menos susceptible a la quiebra de un banco importante de lo que era en 2008, en gran parte gracias a una mejor gestión de los riesgos que supone la exposición a la contraparte, en especial el ámbito de cambio de derivados.

Desde la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008 y la crisis que desencadenó, la peor desde la Gran Depresión, el debate sobre la necesidad de que no haya bancos tan grandes como para hacer tambalearse todo el sistema es recurrente.

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