Las cumbres climáticas generan cada vez más desconfianza entre los jóvenes

Pese a nombrar a la estudiante egipcia de medicina Omnia El Omrani como enviada presidencial de la juventud, la primera en la historia de las cumbres climáticas, la apuesta de los organizadores de la cumbre del clima de Egipto (COP27) por integrar la voz de los más jóvenes en este tipo de conferencias está resultando baldía.

La falta de expectativas de las nuevas generaciones ante este tipo de encuentros es una seria amenaza para su continuidad. Si los gobiernos y las corporaciones siguen ignorando su voz en la toma de decisiones y no logran conectar con ellos para ganarse su confianza, todo va a resultar mucho más complicado. Y la mejor manera de lograrlo es anunciando acuerdos ambiciosos y vinculantes, no reprimiendo sus protestas para que se alcancen, tal y como está haciendo estos días el gobierno egipcio en Sharm El-Sheikh.

Las manifestaciones juveniles de este sábado en varias ciudades del mundo no son tan solo una contundente respuesta a las autoridades de la COP27, sino la demostración palpable de que los jóvenes han decidido dar la espalda a estos encuentros ante el inmovilismo que en su opinión exhibe la diplomacia climática. Una diplomacia que sigue relegándolos al papel de meros observadores de las cumbres, sin dejarles formar parte de los debates que tienen lugar en la Zona Azul (el área de negociación) para invitarles a expresar sus inquietudes y propuestas en la Zona Verde, el espacio que acoge los eventos de las organizaciones sociales, al margen de la agenda oficial de la COP.

Para Acción por el Clima, la plataforma que une a oenegés ecologistas y entidades sociales en nuestro país, el objetivo de la movilización juvenil al margen de la cumbre es "exigir acciones reales para alcanzar la justicia climática y energética" y evitar que "la falta de ambición de los gobiernos en la COP27, nos condene a vivir en un planeta con un calentamiento global superior a los 2 grados centígrados".

Pero la desconfianza de los jóvenes ante la evolución de la crisis climática va mucho más allá de las protestas. Así, este viernes, UNICEF presentaba en la cumbre los resultados de una macroencuesta, realizada a casi un cuarto de millón de personas, en la que se alerta que casi la mitad de los jóvenes del mundo reconoce estar planteándose seriamente la posibilidad de tener hijos ante la evolución que está mostrando el cambio climático.

Entrevista con María Caso (El Futuro Es Ahora)

María Caso, es una de las líderes juveniles con más visibilidad social en el momento actual. Emprendedora empresarial y activista ambiental, es la directora del movimiento El Futuro Es Ahora, que exige una mayor consideración de la opinión de los jóvenes a la hora de tomar decisiones que atañen a su futuro y promueve, entre otros objetivos, la necesidad de actuar contra la crisis climática, impulsar la transición ecológica y proteger el medio ambiente

PREGUNTA. ¿Qué esperáis los jóvenes de la COP27?

RESPUESTA. Según el informe El Futuro Es Clima que hemos publicado recientemente, la mitad de los jóvenes creemos que las COP no sirven para paliar la emergencia climática porque se quedan en papel mojado. Por lo tanto, de esta COP27 esperamos compromisos reales y fiscalizables que supongan una reducción contundente de las emisiones en el futuro inmediato (que a día de hoy siguen aumentando), una financiación significativa y prioritaria para paliar esta emergencia y sus consecuencias, así como el impulso a una transición profunda del sistema productivo y de consumo a nivel planetario.

P. ¿Qué estáis dispuestos a hacer vosotros para afrontar el reto climático?

R. Como nos demuestra esta misma encuesta, que ha sumado la voz de más de 13.500 jóvenes de toda España, estamos dispuestos a afrontar cambios en primera persona: como consumir menos carne, comprar alimentos bajos en emisiones de carbono o aumentar los tiempos de traslado para utilizar medios que sean menos contaminantes. Sin embargo, creemos que son los gobiernos y las empresas quienes deben liderar esta lucha. Rebajando, por ejemplo, el precio de los productos que sean más sostenibles: ya sea mediante ayudas fiscales o con el compromiso de las empresas. Y por supuesto, abaratando el uso de los transportes públicos y los medios de desplazamiento menos contaminantes.

P. Cómo valoras las acciones de protesta contra obras de arte de los jóvenes activistas de Just Stop Oil ¿Crees que pueden causar el efecto contrario?

R. Son formas legítimas de protesta que hasta ahora no han generado daños en las obras: en caso contrario estaríamos ante un debate radicalmente distinto. Podría parecer que no logran nada o que incluso, como señalas, lograran el resultado inverso al radicalizar la denuncia de la emergencia climática a ojos de la ciudadanía. Sin embargo, pocas acciones han logrado posicionarse de una manera tan destacada en los medios de comunicación, en las redes sociales y en la conversación cotidiana. Además, creo sinceramente que estamos alentando un debate de falsos opuestos. No se trata de elegir entre arte y planeta o entre ética y derecho: únicamente se cuestiona el marco (literal) de lo que valora la sociedad actual para hacernos entender que algo tan importante como la cultura carece de prioridad cuando lo que está en juego es nada más y nada menos que el aire que respiramos, el agua de la que vivimos o la naturaleza de la que dependemos.

Se puede acceder al informe completo 'El Futuro es el Clima' aquí (en PDF)