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¿Podemos llegar a ser verdes y, a la vez, no perder un solo euro? Oxford dice que sí
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¿Podemos llegar a ser verdes y, a la vez, no perder un solo euro? Oxford dice que sí

Un nuevo estudio publicado por la Universidad de Oxford prueba que es posible alcanzar los objetivos de neutralidad climática (que nos hemos impuesto) y, a la vez, seguir generando riqueza

Foto: Universidad de Oxford. (iStock)
Universidad de Oxford. (iStock)

Una de las excusas más utilizadas por los negacionistas del cambio climático es la economía. Nuestra extraordinaria eficiencia a la hora de extraer, procesar y utilizar los combustibles fósiles ha hecho que sea posible y barato, para muchas industrias, disponer de toda la energía que puedan necesitar. Ahora, que a esas empresas, estados y particulares se les motive (y en ocasiones obligue) a realizar una gran inversión con el objetivo de obtener todos los recursos energéticos que necesitan de fuentes renovables, puede parecer, a primera vista, un descalabro financiero, pero, según apunta un nuevo trabajo científico publicado por la Universidad de Oxford en el Reino Unido, la realidad es bien distinta.

"Los países que tienen el objetivo de alcanzar el 'cero-neto' de emisiones de carbono para el año 2050 pueden lograrlo manteniendo, al mismo tiempo, la neutralidad climática". Los países que se han autoimpuesto estos objetivos (entre ellos la totalidad de la Unión Europea) lo han hecho para conseguir cumplir con el Acuerdo de París de 2015, en el que se comprometieron a limitar el incremento de la temperatura media mundial a los 2  °C en comparación con los niveles preindustriales (e intentar no llegar a los 1,5 °C).

"Continuar con el actual crecimiento económico mundial es compatible con alcanzar el objetivo acordado en París"

En su trabajo científico, los investigadores explican que, gracias al uso de nuevos sistemas de energía y modelos macroeconómicos, pudieron explorar cómo estos objetivos climáticos podían alcanzarse sin que en ningún momento cesase el crecimiento económico. Esta opinión, de todos modos, no es compartida por la totalidad de científicos y economistas del mundo, sobre todo en el caso de los países más ricos (que son, a su vez, los que han prometido una mayor reducción de emisiones). De todos modos, explican, este estudio es el más avanzado y preciso de los que se han realizado hasta el momento.

Pero lo que proponen los investigadores no es ninguna locura. Como punto de partida, explican que entre los años 1990 y 2016 la economía de la Unión Europea creció más de un 50%, mientras que las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), en especial de dióxido de carbono, disminuyeron un 50%.

placeholder Catástrofe ecológica.
Catástrofe ecológica.

En casos más específicos, como en el del Reino Unido o en el de Finlandia, las emisiones disminuyeron entre los años 2007 y 2016, mientras que sus economías crecieron entre 2010 y 2016 (teniendo en cuenta la gran crisis económica de 2008).

Como bases de su estudio, los investigadores utilizaron complicados modelos informáticos de cara al año 2100. En su supuesto, la eficiencia energética habría avanzado lo suficiente como para que la demanda de energía primaria solo aumentase un 30% sobre los niveles del año 2020. Por otro lado, asumieron que el avance de las renovables permitirá la producción de 7 veces más energía que la que se usó en el mundo en 2010.

Foto: Foto: EFE

Estableciendo estos valores y variándolos sustancialmente, los investigadores estimaron que la mayor parte de las predicciones eran compatibles con los escenarios de calentamiento global no superiores al objetivo de los 1,5  °C establecido en el Acuerdo de París. "Los resultados de este estudio muestran que, con legislaciones duras, el objetivo de los 1,5 °C de calentamiento global para el año 2100 es factible y que, además, se puede conseguir con un crecimiento económico robusto", explica el estudio. Eso sí, para conseguirlo, las políticas de los países necesitarían enfocarse en aumentar sustancialmente la eficiencia de la generación de energía y otros recursos y en el rápido desarrollo de tecnologías 'bajas en carbono'.

Pero no todo es un camino de rosas. Como explican los investigadores, otro de los grandes escollos a los que nos enfrentamos para lograr llevar a cabo esta titánica tarea es conseguir que el ritmo al que crece la población mundial disminuya (porque al que llevamos ahora, la demanda energética aumentará exponencialmente cada año). Como explica el autor principal del estudio, el Doctor Paul Ekins, "continuar con el actual crecimiento económico mundial es compatible con alcanzar el objetivo acordado en París, pero los gobiernos deben dar un paso al frente para generar legislación y, además, estimular la inversión pública y privada necesaria para que estas proyecciones se conviertan en una realidad".

Una de las excusas más utilizadas por los negacionistas del cambio climático es la economía. Nuestra extraordinaria eficiencia a la hora de extraer, procesar y utilizar los combustibles fósiles ha hecho que sea posible y barato, para muchas industrias, disponer de toda la energía que puedan necesitar. Ahora, que a esas empresas, estados y particulares se les motive (y en ocasiones obligue) a realizar una gran inversión con el objetivo de obtener todos los recursos energéticos que necesitan de fuentes renovables, puede parecer, a primera vista, un descalabro financiero, pero, según apunta un nuevo trabajo científico publicado por la Universidad de Oxford en el Reino Unido, la realidad es bien distinta.

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