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El 90% de las manchas de aceite y petróleo en la naturaleza son culpa del ser humano
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El 90% de las manchas de aceite y petróleo en la naturaleza son culpa del ser humano

Hasta ahora creíamos que más de la mitad eran 'responsabilidad de la naturaleza', pero un nuevo estudio hecho gracias a imágenes por satélite prueba que nosotros somos los principales responsables

Foto: Vertido de diésel. (iStock)
Vertido de diésel. (iStock)

Según avanza la investigación científica, más descubrimos sobre la naturaleza, sobre cómo funciona nuestro organismo o las leyes de la física, sobre como nos comportamos o cómo pensamos. Pero, por desgracia, también descubrimos que somos los culpables de cosas de las que no teníamos ni la menor idea; que somos absolutos responsables de crisis medioambientales que creíamos que eran (al menos en parte) de origen natural.

Uno de los últimos ejemplos acaba de ser desvelado por un grupo de investigadores estadounidenses y chinos en un trabajo científico conjunto en el que han conseguido hacer un mapa mundial de la contaminación por aceites y petróleo de los océanos del planeta. Gracias a esto, han sido capaces de determinar que más del 90% de los derrames de aceite o petróleo provienen de fuentes antropogénicas, una proporción mucho más alta de lo que se suponía anteriormente.

"Lo que es sorprendente es la frecuencia con la que hemos sido capaces de detectar estos derrames flotantes"

Su investigación, publicada en la reputada revista 'Science', es un gran paso adelante con respecto a los estudios científicos hechos con anterioridad que investigaban el origen de las enormes manchas marinas de estos productos oleosos, que estimaban que apenas la mitad de ellas estaban causadas por el ser humano (siendo la otra mitad, lógicamente) de origen natural.

"Lo que es sorprendente es la frecuencia con la que hemos sido capaces de detectar estos derrames flotantes, provenientes de fugas de navíos, tuberías (tanto en las costas como submarinas), así como de filtraciones naturales en el fondo oceánico y también en áreas costeras donde la actividad industrial produce vertidos directos al mar", explica Ian MacDonald, uno de los autores del estudio y Profesor de la Florida State University en EEUU.

Estos vertidos, una vez llegan al mar, explican los investigadores, forman capas de un grosor microscópico en la superficie del agua. Por supuesto, los vertidos masivos las provocan, pero también las pequeñas fuentes (como un simple barco con una pequeña fuga). Una vez producido el derrame (o filtración, en el caso de ser natural), las manchas se mueven gracias a las olas y los vientos, que empiezan a romperlas y separarlas, haciendo que sea más difícil investigarlas y determinar cuál es su procedencia.

Para lograr llevar a cabo su objetivo, los investigadores usaron programas informáticos de inteligencia artificial para examinar más de 560.000 imágenes de radar hechas por satélite entre los años 2014 y 2019. Esto les permitió, finalmente, determinar la localización, la extensión y las fuentes de esas manchas.

placeholder Manchas de aceite y petróleo en la costa caribeña de EEUU. (Ian MacDonald, Florida State University)
Manchas de aceite y petróleo en la costa caribeña de EEUU. (Ian MacDonald, Florida State University)

Estos vertidos suponen un serio 'golpe' al medioambiente, dado que incluso una pequeña cantidad de aceite o petróleo, puede tener un gran impacto en el plancton que compone los cimientos de la cadena alimentaria de los océanos. Además, otros animales marinos, como las tortugas o las ballenas, sufren problemas de salud cuando entran en contacto con estos productos. Esto, por desgracia, ocurre si salen a respirar a la superficie justo donde se encuentra una de estas manchas.

Como explica Yongxue Liu, profesor de la Nanjing University y coautor del estudio, "La tecnología satélite nos permite monitorear la contaminación oceánica, sobre todo en aguas donde la vigilancia directa y presencial es muy difícil de llevar a cabo". Y continúa: "Una imagen global puede ayudarnos a centrarnos en la regulación, legislación y control que logren la reducción de la contaminación por petróleo y aceite".

Según avanza la investigación científica, más descubrimos sobre la naturaleza, sobre cómo funciona nuestro organismo o las leyes de la física, sobre como nos comportamos o cómo pensamos. Pero, por desgracia, también descubrimos que somos los culpables de cosas de las que no teníamos ni la menor idea; que somos absolutos responsables de crisis medioambientales que creíamos que eran (al menos en parte) de origen natural.

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