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Por qué la muerte de la reina Isabel II es una mala noticia para un vino de Jerez
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Por qué la muerte de la reina Isabel II es una mala noticia para un vino de Jerez

El fallecimiento de la reina pone en jaque las 'royal warrants', un distintivo que otorga la Casa Real británica a las empresas que le suministran productos o servicios

Foto: Un periódico con la noticia de la muerte de Isabel II. (EFE/Tolga Akmen)
Un periódico con la noticia de la muerte de Isabel II. (EFE/Tolga Akmen)

Reino Unido sigue llorando la muerte de la reina Isabel II. En la víspera de su funeral, miles de británicos continúan haciendo cola en la capilla de Westminster para dar su último adiós a la que fuera monarca durante más de 70 años. Ahora bien, Inglaterra no es la única que está viviendo con especial pesar el fallecimiento de su monarca. Cientos de empresas, tanto inglesas como extranjeras, lamentan una noticia que hace peligrar su 'royal warrant', un distintivo que otorga la Casa Real a quienes le suministran regularmente bienes o servicios. Y entre ellas, destaca una española: la compañía de vinos jerezanos Harveys.

Para empezar, conviene explicar qué es una 'royal warrant' (en español, orden real). Se trata de una marca de reconocimiento que vienen concediendo algunos miembros de la familia real a sus proveedores oficiales desde 1840. Para recibirla, las compañías deben cumplir con dos requisitos. Primero, haber suministrado regularmente a la Casa Real bienes o servicios durante un periodo de cinco años dentro de los últimos siete. Y segundo, que los productos que ofrecen cumplan con unos altos estándares de calidad. Aquellas que sumen estas condiciones, reciben un sello con el escudo de la realeza que pueden incorporar a sus productos, remarcando así que entre su clientela se encuentra la corona británica.

Entre las compañías que cuentan con esta distinción se encuentran la suiza Cartier, los paraguas británicos Fulton, la marca de cremas francesa Clarins o el ron Angostura, de Trinidad y Tobago. Únicamente dos empresas españolas cuentan con este distintivo: Porcelanosa (gracias al príncipe de Gales) y Harveys. Su primera 'royal warrant' se remonta a 1895. Fue concedida durante el reinado de la Reina Victoria y ha sido renovada desde entonces por los monarcas que la han sucedido en el trono.

"Que te otorguen este distintivo es un sinónimo de garantía de éxito y, sin duda, se traduce en un aumento de ventas significativo", indica Gina Navarro, asociada del departamento de Propiedad Industrial e Intelectual de Garrigues. Según un informe elaborado por Brand Finance en 2017, algunas empresas pueden ganar hasta un 5% de sus ingresos gracias a este sello real. Otra prueba del alto valor comercial que tienen estos sellos fue la reacción de una compañía de azulejos inglesa cuando, en 2017, el entonces príncipe Carlos concedió el distintivo a Porcelanosa. "Pensé que la familia real apoyaría a las empresas británicas. Otorgar una autorización real a una empresa extranjera es similar a la traición comercial", aseveró.

placeholder 'Royal Warrants' concedidas a la joyería House of Benney. (Cedida)
'Royal Warrants' concedidas a la joyería House of Benney. (Cedida)

Los proveedores reales pueden ser agraciados con un solo distintivo o varios, si así lo estiman oportuno los miembros de la Corona. Es el caso de la joyería House of Benney, el sastre y fabricante de túnicas Ede & Ravenscroft o Blossom & Browne's Sycamore, una lavandería y tintorería con sede en Londres. Isabel II ha sido, de lejos, la más generosa a la hora de dispensar estas órdenes: de las más de 800 'royal warrant' otorgadas en la actualidad, 620 tienen el escudo de la monarca. Pero todas estas autorizaciones —incluida la de la española Harveys— tienen los días contados. Con el fallecimiento de la reina, las 'royal warrant' que concedió en vida serán anuladas.

Esto se debe a que la normativa británica prevé tres supuestos para perder el distintivo. Primero, cuando la calidad de los productos y servicios no sea lo suficientemente alta. Segundo, cuando el comportamiento del proveedor genere un descrédito a la Corona. "Sobre la base de estas razones, se retiran anualmente entre 20 y 40 'royal warrants'", calcula Navarro. Una de ellas fue la firma de ropa interior Rigby & Peller, que perdió su sello después de que una de las empleadas de la compañía, June Kenton, publicase un libro autobiográfico en el que revelaba detalles de las sesiones de pruebas de sujetadores de la Reina.

Foto: Carlos III, durante la vigilia. (Reuters/Pool/Dominic Lipinski)

Y, por último, por fallecimiento del otorgante. "Con la muerte de Su Majestad, las 'royal warrants' de Isabel II son nulas y sus titulares deberán retirar el escudo de armas de sus productos, envases, artículos de papelería, vehículos, etcétera", alerta la letrada. No obstante, matiza que la normativa inglesa da un periodo de gracia de dos años desde el día de la defunción. En ese plazo, las compañías pueden dejar constancia del distintivo concedido, pero modificando la leyenda para que rece "By Appointment to The Late HM Queen Elizabeth II".

Asimismo, Navarro aclara que las empresas afectadas pueden volver a solicitar la distinción "siempre y cuando sigan suministrando sus productos o servicios a la Corona y cumplan con los requisitos previstos para su obtención", matiza. A partir de ahora, la autorización real podrá ser concedida por la Reina Consorte, Camilla, y el hasta hace unas semanas duque de Cambridge, Guillermo.

Ahora bien, con la llegada de Charles III al trono, ¿qué ocurre con las compañías, como Porcelanosa, que cuentan con una distinción del príncipe de Gales? Como explica la abogada, la previsión es que esas 'royal warrants' sigan vigentes, "si bien es probable que se establezca un plazo para que la leyenda que deben acompañarlas se modifique por By Appointment to HM The King", señala. Es decir, que el sello dejaría de estar respaldado por el príncipe y pasaría a llevar el escudo de armas de Su Majestad el Rey.

Reino Unido sigue llorando la muerte de la reina Isabel II. En la víspera de su funeral, miles de británicos continúan haciendo cola en la capilla de Westminster para dar su último adiós a la que fuera monarca durante más de 70 años. Ahora bien, Inglaterra no es la única que está viviendo con especial pesar el fallecimiento de su monarca. Cientos de empresas, tanto inglesas como extranjeras, lamentan una noticia que hace peligrar su 'royal warrant', un distintivo que otorga la Casa Real a quienes le suministran regularmente bienes o servicios. Y entre ellas, destaca una española: la compañía de vinos jerezanos Harveys.

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