Bárcenas tiene la llave del futuro de Cospedal en CMS Albiñana & Suárez de Lezo

Es conocida la animadversión entre María Dolores de Cospedal y Luis Bárcenas. De hecho, a ella se le atribuye haber sido el azote del extesorero popular en sus últimos años en la calle Génova. A partir de hoy, con el comienzo del juicio por la caja B del PP, el destino brinda a Bárcenas la oportunidad de cobrarse una fría venganza contra ella, hostigando la carrera de Cospedal como abogada de gran despacho, iniciada hace ahora un año, cuando se anunció su incorporación por CMS Albiñana & Suárez de Lezo.

El asunto es extremadamente delicado para la firma. La exministra de Defensa fue el fichaje estrella al que se abrazó el bufete para recobrar el pulso tras el duro golpe que había supuesto la salida de María Guinot, quien, en verano de 2019, decidió enrolarse en Deloitte Legal. Muchos en CMS veían a Guinot en primera línea para suceder a su socio director, César Albiñana. Antes que ella, otros pesos pesados, como Jaime Almenar (ahora en Clifford Chance), o figuras emergentes, como Bartolomé Martín (que puso rumbo a KPMG Abogados), también habían hecho las maletas creando cierta desconfianza en el proyecto.

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El mensaje oficial que traslada CMS ante el devenir judicial es que siguen "con atención y respeto el funcionamiento normal de la Administración de Justicia" y, al menos de momento, no se plantean la adopción de ningún acuerdo relativo al futuro de Cospedal. Mismas palabras que emplearon en septiembre cuando la Fiscalía Anticorrupción solicitó su imputación en el marco de la investigación por el caso Kitchen (petición que finalmente no prosperó). Esta posición no oculta la calma tensa con que en el bufete se afronta la nueva estrategia de Bárcenas, quien ha afirmado que está dispuesto a tirar de la manta, aunque no está claro que tenga pruebas para acreditar su acusación de que la ex secretaria general del PP también cobró sobresueldos en dinero negro.

Al margen de la versión oficial, lo cierto es que cada novedad judicial que salpica a Cospedal crea un profundo revuelo en la firma, tal y como admiten varios de sus profesionales. A nadie se le escapa que en un negocio en el que la confianza y la reputación son esenciales, una imputación situaría el despacho en una situación muy difícil, por no decir imposible. Tanto internamente (su fichaje no contó con el respaldo de todos los socios), como ante sus clientes. Prueba de ello es que, en 2018, la revelación de sus conversaciones con el comisario José Manuel Villarejo ya frustraron su contratación por el bufete Hogan Lovells. Si las grandes empresas no suelen estar cómodas trabajando con expolíticos porque temen que pueda interpretarse como que se significan ideológicamente (de hecho, bufetes como Garrigues o Uría Menéndez tienen como política no contratarlos), menos aún si estos se ven envueltos en un problema judicial. Es más, según ha podido saber este diario, algún cliente ya trasladó el año pasado cierto desasosiego por esta cuestión.

Dificultad para generar negocio

Pero no es solo un problema reputacional. El ruido judicial también puede entorpecer las enormes exigencias de generación de negocio que conlleva formar parte de un 'partnership'. "Siempre es complicado captar clientes el primer año, pero las noticias que han salido no ayudan", describe un letrado del bufete, que relata cómo Cospedal "ha traído algún asunto, pero no lo suficiente para cubrir su salario". Una retribución que, según diversas fuentes, se sitúa por encima de los 400.000 euros anuales. "También es cierto que ha entrado en un año malísimo", admite el profesional. Otro socio subraya que antes de dos o, incluso, tres años no puede juzgarse si una incorporación es acertada o no.

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La versión oficial es algo más optimista. Fuentes de la firma aseveran que la integración de la exdirigente con el resto de sus miembros "ha sido magnífica, tanto a nivel personal como profesional", y señalan que "está realizando una importante labor comercial y de atención a los asuntos de clientes, demostrando un compromiso ejemplar". Muestra de la importante apuesta que hizo la cúpula por ella es su integración en el comité de dirección y el consejo de administración del despacho, así como en el comité de contingencia covid-19, desde el que "ha jugado un papel indispensable en la gestión de la pandemia en la organización, tanto para salvaguardar la salud de todo nuestro personal como para asegurar la continuidad en la atención a nuestros clientes". Una versión, no obstante, que contrasta con la sorpresa que en muchos trabajadores causó el artículo que publicó en el diario 'Expansión' el pasado mes de diciembre haciendo una expresa defensa del presencialismo en la abogacía.

En todo caso, todos los consultados coinciden en señalar que la decisión final estará en manos de César Albiñana. Y ninguno se atreve a aventurar si su respaldo durará eternamente o dará un giro de 180 grados en algún momento. En la imputación, puede estar el punto de inflexión.

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