Urbas ultima un ERE en su división constructora tras adelgazar un 20% la plantilla en el último año

Alta tensión en Grupo Urbas. La compañía presidida por Juan Antonio Acedo está preparando desde hace semanas un expediente de regulación de empleo (ERE) sobre su área constructora, recorte que se sumará al ajuste de casi un 20% de la plantilla visto en el último año.

Como puede comprobarse en sus cuentas del primer semestre del año, entre junio de 2022 y junio de 2023, la fuerza laboral de Grupo Urbas ha pasado de 1.081 a 881 personas, base sobre la que ahora se ultima un ERE de dimensiones comparables al adelgazamiento de la plantilla vivido en el último año.

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Desde Urbas, reconocen que "se está analizando la situación particular de cada una de sus empresas constructoras para diseñar un proceso de reestructuración ordenada. Esto permitirá adecuarlas a la nueva coyuntura, asegurar su competitividad y acelerar la capacidad de respuesta a las exigencias y requerimientos actuales del sector y del mercado".

Respecto a los 200 puestos de trabajo en los que ha mermado su fuerza laboral a cierre de junio, desde la compañía aseguran que se debe a la venta de la filial KUO Servicios de Seguridad el pasado 30 de mayo.

Esta empresa fue adquirida por Urbas en noviembre en 2022 y, según las cuentas del Registro Mercantil, entre personal fijo y temporal suma 138 personas, 11 de las cuales continúan dentro de Urbas tras la desinversión.

Por tanto, al margen de esta venta, la plantilla de Urbas ha menguado en más de 70 puestos de trabajo en el último año, cifra que supone algo más del 8% de su actual fuerza laboral. Seis de estas salidas corresponden a personal de dirección, un cuerpo formado por 38 personas.

Ahora, tras haber concluido la primera mitad del ejercicio con una caída de los ingresos del 6% y un recorte del 25% del beneficio neto, la compañía ha decidido ir un paso más allá. Tras semanas analizando con asesores el alcance del ajuste, fue el pasado miércoles cuando oficializó este movimiento al empezar a comunicar a representantes de los trabajadores sus intenciones.

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Desde Urbas insisten en subrayar que el recorte de plantilla que termine llevándose a cabo se circunscribirá a una o varias de sus filiales constructoras y que se enmarca dentro de la necesidad de adecuarse al nuevo contexto macroeconómico tras el fuerte crecimiento inorgánico protagonizado en los últimos años.

"Los mercados globales vienen experimentando cambios significativos, especialmente en el sector de la construcción, afectado por la crisis de Ucrania, la inflación, el incremento de los tipos de interés y la subida desorbitada y hasta ahora nunca vista de los precios de los materiales de construcción y de la energía", han insistido desde la compañía.

Refinanciación pendiente

En poco más de tres años, Urbas ha comprado las constructoras Murias, Ecisa, Urrutia y JOCA, lo que le ha permitido hacerse con una cartera de pedidos por valor de 654 millones de euros, el 45% en el mercado internacional. Un rápido crecimiento que ahora le está costando digerir y que, además, se ha encontrado con la más rápida e intensa subida de tipos de la historia en plena refinanciación de su deuda.

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A cierre del primer semestre, los compromisos financieros netos de la compañía ascienden a 210 millones de euros, un 22% menos que en el mismo periodo del pasado ejercicio. En enero, la compañía realizó una emisión de bonos corporativos en el MARF por 200 millones, movimiento que le permitió acomodar en algo sus números, pero que sigue siendo insuficiente.

De hecho, Urbas tiene en marcha varios procesos de renegociación, restructuración y cancelación de deuda con distintas entidades financieras y fondos para seguir rebajando su deuda.