Los Cabos, el paraíso de Jacques Cousteau que quiere ganarse al turista (y al inversor) español
Fiturca, el fideicomiso de turismo de Los Cabos, está desarrollando diferentes acciones para intentar atraer al turista español al paraíso que Cousteau definió como el acuario del mundo
Hace diez años, Maury abrió en Cabo San Lucas 1 & Only Taco, "la mejor taquería de todo California Sur", según sus orgullosas palabras. Tras años como monitor de deportes náuticos, decidió dar un paso adelante y aprovecharse también del fuerte desarrollo turístico que vive la zona más meridional de esta península, una estrecha y larga lengua de tierra que separa el Océano Pacífico del Mar de Cortés. Jacques Cousteau definió estas aguas como el acuario del mundo, por albergar cerca del 40% de las especies de mamíferos marinos que existen en el mundo, y la Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad por su riqueza biológica incalculable.
Antes de instalarse en Los Cabos, Maury regentó durante una década otro restaurante en Tijuana, justo en la frontera donde California deja de hablar español para hacerlo en inglés, pero lo cerró cansado de las extorsiones de los narcos y se trasladó al rincón más seguro de todo México, Los Cabos, un oasis en medio del desierto americano, donde se puede volver paseando al hotel tranquilamente tras una noche de fiesta o coger un taxi por la tarde para ir a cualquier punto de San José del Cabo o Cabo San Lucas, sus dos ciudades más importantes.
Hace cuatro décadas, el Ejecutivo del país azteca identificó esta zona como uno los enclaves estratégicos para el desarrollo de la industria turística, junto a otros más conocidos para el público español como Acapulco o Playa del Carmen, destinos que ahora sufren, como muchos puntos de la costa española, los males del éxito.
Pero, en Los Cabos, su particular geografía ha actuado como una barrera natural y lo ha mantenido inmune a la sobreexplotación turística, al tiempo que su organización de la tierra, basada en los ejidos (extensiones de terrenos que se cedieron a la población local tras la revolución mexicana) ha permitido repartir más equitativamente entre la población parte de esa riqueza que llega en avión a disfrutar de unas merecidas vacaciones.
Su proximidad con Estados Unidos y su particular clima (solo llueve diez días al año), ha convertido Los Cabos en retiro de estadounidenses adinerados que desde los años dorados de Hollywood bajan al punto más al sur de California para disfrutar de buen tiempo, contacto con la naturaleza y la sensación de libertad del surfero que llega a recónditas playas conduciendo una moto por el desierto.
De hecho, el 90,4% del turismo extranjero deviene del país vecino y otro 9,2% de Canadá. Apenas un 0,3% del número total de visitantes procede del resto del mundo, un peso que las autoridades de Los Cabos quieren elevar con España como punta de lanza. Para conseguirlo, el año pasado, el Fideicomiso de Turismo Los Cabos (Fiturca) llegó a un acuerdo con Iberojet para abrir un vuelo directo semanal desde Madrid, alianza que está valorando elevar a dos vuelos semanales para el próximo ejercicio.
El Fideicomiso de Turismo Los Cabos tiene un acuerdo con Iberojet para operar un vuelo directo semanal desde Madrid en verano
La apertura de esta línea directa, que se limita a los meses de verano, ya ha permitido que España, junto a Colombia, sea el tercer mercado por número de turistas que llegan, cifra todavía residual, pero que Fiturca aspira ir incrementando. El verano es la época de menor turismo norteamericano y, en cambio, la temporada de vacaciones en Europa, lo que ayuda a comprender también el interés de las autoridades por llegar al otro lado del Atlántico.
Antes de acercarse a España, también llegó a un acuerdo similar en Reino Unido, alianza que se borró con el estallido de la pandemia y que ahora quiere volver a recuperar, con la vista puesta en nutrir sus hoteles con visitantes del Viejo Continente durante los tres meses estivales, su temporada baja al ser la más alta en temperatura, similar a la de la mitad sur de España.
Cadenas españolas
En Los Cabos, hace años que están presentes algunas de las mayores cadenas hoteleras españolas, mientras que otras ultiman su estreno. Meliá cuenta con dos hoteles (ME y Paradisus), Barceló tiene el Gran Faro Los Cabos, Sandos tiene el Finisterra Los Cabos y RIU cuenta con uno de los mayores complejos de California Sur, al sumar tres hoteles en un mismo espacio (Riu Santa Fe, Riu Palace Cabo San Lucas y Riu Palace Baja California).
Iberostar se ha puesto ya en marcha al hacerse con un terreno de dos millones de metros en la costa de Cabo el Este, frente al Mar de Cortés, con un proyecto de dos hoteles con alrededor de 1.000 habitaciones bajo la marca Iberostar Beachfront Resorts y con el objetivo de poder estrenarse en Navidades de 2024, temporada alta en Los Cabos, por su buena temperatura y por ser cuando las ballenas se acercan a la costa a dar a luz a sus crías.
"En Los Cabos, hace años que están presentes algunas de las mayores cadenas hoteleras españolas y otras ultiman su estreno"
Sin embargo, el arranque de las obras del futuro hotel de Iberostar sigue pendiente de llegar a un acuerdo con las autoridades mexicanas sobre las dimensiones definitivas del proyecto, ya que cada vez hay más presión por parte de los hoteleros ya establecidos y de la población local para llevar a cabo un desarrollo sostenible. Una línea roja que obligó a un gigante como el estadounidense Caesars Palace, famoso por su hotel de Las Vegas, a echar para atrás los planes de construir en el estero, un oasis costero de agua dulce ubicado justo donde confluyen las aguas del océano Pacífico y el mar de Cortés.
Precisamente, esta conciencia medioambiental y la búsqueda de un desarrollo sostenible son las banderas que están marcando el futuro de la industria hotelera, lo que explica el interés de otra gran cadena española, Palladium, por instalarse en el país. El propio Abel Matutes Prats, presidente del grupo, desveló su interés por entrar en Los Cabos durante la celebración de Fitur el pasado enero.
Meliá, Barceló, RIU y Sandos ya están presentes, mientras que Iberostar ultima su arranque y Palladium busca comprar
Tras el duro golpe que supuso la pandemia para Los Cabos, cuya principal industria es el turismo, este destino ha conseguido recuperar los niveles previos al covid. El pasado diciembre, la ocupación fue de 73%, apenas dos puntos porcentuales menos que en el mismo periodo de 2019. Si la comparativa se limita a los dos principales polos, en San José del Cabo está ya al mismo nivel y en Cabo San Lucas, cuatro puntos por encima.
Esta recuperación ha ido acompañada de un importante incremento de precios. La tarifa media se ha situado a cierre de 2022 en 514 dólares americanos, un 32% más que en el mismo mes de 2019, mientras que el RevPAR (ingresos por habitación disponible) ha sido de 375 dólares, lo que arroja un crecimiento del 28.4%, según datos del Observatorio Turístico de Fiturca.
Todo el mundo que viene a Baja California Sur paga una tasa del 4%, dinero que se reparte entre los fideicomisos Los Cabos, Loreto, La Paz (la capital) y el estatal FOIS (Fideicomiso de Obras e Infraestructuras Social de Los Cabos), para financiar diversas iniciativas de impulso económico del estado.
Aunque Los Cabos y el turismo sean el motor económico, toda la península está viviendo una eclosión de inversión inmobiliaria derivada, por una parte, por trabajadores de otras partes de México que llegan a trabajar, y por otra, fundamental, por la creciente comunidad estadounidense y canadiense que se retira aquí o que, gracias al auge del teletrabajo, se compra casa y pasa en México los meses de invierno.
Un claro ejemplo de esta tendencia es Todos Santos, uno de los pueblos mágicos de México, donde se está instalando una creciente comunidad de ejecutivos de Silicon Valley que cruzan al otro lado de la frontera de California en busca del sentido de su vida, tras haber dedicado la mitad de su existencia a alcanzar el éxito y ganar dinero.
Hace diez años, Maury abrió en Cabo San Lucas 1 & Only Taco, "la mejor taquería de todo California Sur", según sus orgullosas palabras. Tras años como monitor de deportes náuticos, decidió dar un paso adelante y aprovecharse también del fuerte desarrollo turístico que vive la zona más meridional de esta península, una estrecha y larga lengua de tierra que separa el Océano Pacífico del Mar de Cortés. Jacques Cousteau definió estas aguas como el acuario del mundo, por albergar cerca del 40% de las especies de mamíferos marinos que existen en el mundo, y la Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad por su riqueza biológica incalculable.