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De ‘independentzia orain’ a la España confederal: Bildu modera sus aspiraciones secesionistas
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De ‘independentzia orain’ a la España confederal: Bildu modera sus aspiraciones secesionistas

La izquierda radical omite en el capítulo de autogobierno de su programa para el 21-A las referencias a un Estado propio o la exigencia de que Euskadi tenga capacidad para convocar un referéndum

Foto: Arnaldo Otegi celebra este domingo el Aberri Eguna. (Europa Press/Eduardo Sanz)
Arnaldo Otegi celebra este domingo el Aberri Eguna. (Europa Press/Eduardo Sanz)
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Del programa de Bildu de 2020 al de este 21-A hay un buen salto en reivindicaciones nacionalistas. La coalición abertzale hace tiempo que enterró la máxima independentzia orain (independencia ahora) y ahora aboga por una España confederal. La idea ya la recogió hace cuatro años, pero en esta ocasión modera de forma significativa el lenguaje y omite las referencias a un “Estado propio”, a un Código Penal vasco, las críticas al PNV por haber apostado por una reforma estatuaria o la exigencia de que Euskadi tenga capacidad para convocar un referéndum.

El candidato de la izquierda radical, Pello Otxandiano, ha presentado esta mañana sus principales propuestas y las relativas al “nuevo estatus político” son muy similares a las planteadas por el PNV. De hecho, hay frases de un programa y otro que son perfectamente intercambiables.

Bildu, que ha apostado por centrarse en las cuestiones sociales y económicas y dejar a un lado las proclamas independentistas e identitarias, articula sus reivindicaciones en este terreno en cuatro compromisos básicos. El primero ahonda en un nuevo modelo de relación con el Estado, para lo que considera imprescindible el “reconocimiento nacional” ―este es uno de los planteamientos que comparte con el PNV y que los jeltzales acordaron con el PSOE para la investidura de Sánchez―, además de “la materialización jurídico-política del derecho a decidir”, pero sin mayor concreción, y tejer una nueva relación “confederal basada en la bilateralidad” con el Gobierno central.

Foto: Imanol Pradales, candidato del PNV. (EFE/Miguel Toña)

La coalición plantea que dicha relación no tenga “ninguna subordinación” al Tribunal Constitucional, al Congreso o a los tribunales ordinarios de Justicia, al igual que planteó hace cuatro años, pero ahora omite la reivindicación de tener una Justicia y Código Penal propio que no estén supeditados “a leyes españolas, a jueces españoles, a policías o guardia civil…”. La retórica habitual de la izquierda abertzale es mucho más comedida y, si en 2020 criticaba al PNV por haberse descolgado del acuerdo al que habían llegado ambas formaciones para el nuevo Estatuto, en esta ocasión no hay ninguna referencia a los jeltzales y se aboga por recuperar la ponencia de autogobierno.

Bildu destaca que ha llegado el momento de actuar con “ambición” y aprovechar la “oportunidad histórica” que brinda el hecho de que el Gobierno de Pedro Sánchez dependa de las fuerzas nacionalistas para ahondar en la construcción soberanista, pero su candidato ha defendido que su “prioridad” es la sanidad pública.

Foto: Pello Otxandiano, candidato de Bildu. (EFE/L. Rico)

Otxandiano ha desgranado los principales compromisos de la coalición, que pasan por 17 medidas urgentes para “mejorar el bienestar de la ciudadanía”. El objetivo de la formación, si alcanzan la Lehendakaritza, es poner en marcha estas propuestas en los primeros 100 días de Gobierno y entre ellas destaca la contratación de 624 profesionales para reforzar la atención primaria. Otra de las medidas que ha destacado el candidato es la adquisición de 500 viviendas para destinarlas al alquiler social o un plan estratégico para la escuela pública.

Del programa de Bildu de 2020 al de este 21-A hay un buen salto en reivindicaciones nacionalistas. La coalición abertzale hace tiempo que enterró la máxima independentzia orain (independencia ahora) y ahora aboga por una España confederal. La idea ya la recogió hace cuatro años, pero en esta ocasión modera de forma significativa el lenguaje y omite las referencias a un “Estado propio”, a un Código Penal vasco, las críticas al PNV por haber apostado por una reforma estatuaria o la exigencia de que Euskadi tenga capacidad para convocar un referéndum.

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