Por qué el PNV desaira a Leonor: Bildu, el encaje nacional y el enfado de Urkullu

Ni el lehendakari Urkullu ni los diputados del PNV acudirán a la jura de Leonor el próximo martes. Los nacionalistas vascos no han confirmado su ausencia hasta prácticamente la víspera de un acto que en 1986, cuando fue Felipe VI el que juró la Constitución, sí contó con la presencia del entonces presidente de Euskadi, José Antonio Ardanza. La pujanza de Bildu y el miedo a ser los únicos nacionalistas (con la excepción de Coalición Canaria) retratados con la futura reina es uno de los motivos que han empujado a la formación a declinar la invitación. También, un aviso a navegantes, en este caso a Pedro Sánchez, sobre el compromiso incumplido de adecuar las estructuras del Estado para el reconocimiento nacional del País Vasco y Cataluña. Tampoco ayuda el enfado de Iñigo Urkullu con el Rey, que todavía no ha visitado la Casa de Juntas de Gernika.

El resultado arrojará una imagen que choca con la defensa y respeto de la institucionalidad que siempre han abanderado Urkullu y el PNV. El lehendakari y el partido participan en otras ocasiones con normalidad en los actos protocolarios de la Corona, a diferencia de Junts, ERC, Bildu o el BNG, que tampoco acudirán. Sin ir más lejos, el portavoz de los jeltzales, Aitor Esteban, asistió a las rondas de consultas que Felipe VI ha mantenido con los diferentes grupos parlamentarios para la investidura del próximo presidente del Gobierno.

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“Con todo el respeto a la Casa Real, en este caso a doña Leonor, es un acto protocolario de jura de la Constitución. Constitución que contó con una abstención mayoritaria en Euskadi en su referéndum”, justifican fuentes oficiales de Lehendakaritza, agarrándose al hecho de que en el País Vasco la Carta Magna cosechó un 55,3% de abstenciones, un 34,8% de votos a favor y un 24,3% en contra en el referéndum que se celebró para su aprobación. Las mismas voces argumentan que el lehendakari no participa en los actos que se organizan año tras año para conmemorar la aprobación de la Constitución ni otras celebraciones.

No obstante, la jura del próximo martes no es un acto protocolario cualquiera, es un hito en la sucesión de la Corona, como demuestra el hecho de que el lehendakari Ardanza sí acudiese al Congreso en 1986. Ardanza, por cierto, ocupó un lugar destacado como representante de una de las comunidades que primero promulgaron su Estatuto de autonomía junto a Cataluña, y a las que el protocolo, por este mismo hecho, siempre reserva un espacio preeminente.

Urkullu, por ejemplo, sí fue una de las autoridades presentes en la Cámara Baja el 19 de junio de 2014, cuando Felipe VI fue proclamado rey. Aunque las fuentes consultadas niegan cualquier tipo de relación, el presidente vasco no ha ocultado en alguna ocasión su malestar por que el Rey no haya dado respuesta a la invitación que le cursó para visitar la Casa de Juntas de Gernika. Urkullu entiende que es el gesto que el monarca debe hacer para “reconocer el hecho diferencial vasco”, según argumentó el pasado junio.

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Sin embargo, el lehendakari, a diferencia de los dirigentes nacionalistas catalanes, nunca ha menospreciado al monarca en las visitas que ha hecho a Euskadi. Siempre ha acudido a los actos a los que ha sido invitado junto al Rey con ese respeto institucional del que le gusta hacer gala. Y Urkullu, desde 2012 al frente del Gobierno vasco, en las tres ocasiones que ha jurado cargo en la Casa de Juntas de Gernika, siempre se ha comprometido “como máximo representante del Estado en la comunidad vasca” a actuar con “lealtad a la Corona y respeto a la Constitución”.

El reconocimiento nacional vasco

“El PNV considera que lo único que se pretende transmitir con esta ceremonia es la continuidad de un modelo con el que no está de acuerdo y que niega el reconocimiento nacional vasco”, justificó el partido su ausencia en un mensaje publicado en X (antes Twitter) este jueves. Es un aviso dirigido en parte a Pedro Sánchez y una forma de recordarle que la pasada legislatura incumplió el acuerdo que firmó con el PNV y que incluía el compromiso de “adecuar la estructura del Estado al reconocimiento de las identidades territoriales”. En definitiva, un mecanismo para buscar un encaje a la realidad nacional del País Vasco y Cataluña y que volverán a reclamar al socialista.

Fuentes del PNV, además, indican que no están “a gusto” con el cariz que está cogiendo el acto. “Está tomando tintes de acto social y debería ser un acto estrictamente parlamentario”, defienden. La formación, según el mensaje publicado en X, “no comparte el empeño de convertir, con los desfiles, un acto teóricamente civil en una especie de exhibición cívico-militar”. Las mismas voces rechazan que el gesto pueda perjudicar la imagen de institucionalidad del partido y ponen como ejemplo que tampoco participan en los actos del 12 de octubre.

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El tercer ingrediente que explica el desaire del PNV es la pujanza de Bildu. La coalición abertzale está en condiciones de disputarle la hegemonía política en el País Vasco y los jeltzales son conscientes de que no pueden tener ningún desliz que favorezca a sus rivales de aquí a la próxima primavera, cuando se celebren elecciones autonómicas en Euskadi. La posibilidad de haber sido la única fuerza nacionalista junto a Coalición Canaria retratada con la futura reina es una imagen que socialmente puede jugar en su contra en el País Vasco.

Con la negativa del PNV, son cinco los partidos que no acudirán a la jura de Leonor: los nacionalistas vascos, Bildu, Junts, ERC y BNG. Por el contrario, está confirmada la presencia del PP, PSOE, Vox, UPN y CC, mientras que en representación de Sumar está confirmada la presencia Yolanda Díaz, como presidenta del grupo parlamentario, Esther Gil de Reboleño y Gerardo Pisarello, los dos miembros que la formación tiene en la Mesa del Congreso, y la portavoz, Marta Lois. Los diputados rasos tienen la libertad de decidir qué hacer, si bien previsiblemente solo asistan los cargos reseñados. Más allá de Díaz, el resto de ministros de Podemos (Alberto Garzón, Irene Montero, Ione Belarra y Joan Subirats) no han confirmado qué harán.