Primera concesión de Rajoy al PNV: se carga al delegado del Gobierno en Euskadi

El Gobierno español ha realizado un gesto hacia el PNV de enorme trascendencia política al cargarse al actual delegado del Gobierno en Euskadi, Carlos Urquijo, a quien el nacionalismo vasco había puesto en su diana por sus constantes recursos judiciales a decisiones adoptadas por las instituciones vascas. La formación ‘jeltzale’, que la pasada legislatura llegó a pedir su cabeza en el Congreso por ejercer de “pirómano”, logra así de manos de Mariano Rajoy la primera concesión en plena negociación de los presupuestos.

La decisión, aprobada en el último Consejo de Ministros del año, allana aún más si cabe el camino hacia un acuerdo presupuestario con el PNV, a quien Rajoy considera clave para la aprobación de las cuentas generales de 2017. El Gobierno del PP ha descartado prácticamente la posibilidad de llegar a un entendimiento inicial con el PSOE con lo que necesita el apoyo del partido de Andoni Ortuzar en el Congreso para no sufrir una severa derrota política que tendría grandes consecuencias. En este escenario, en Sabin Etxea se frotan las manos ya que son conscientes de que pueden lograr importantes réditos económicos, con el impulso al TAV como prioridad, y políticos, con el compromiso del Ejecutivo español de respetar las leyes aprobadas en el Parlamento Vasco y tratar los desacuerdos competenciales fuera del ámbito de los tribunales.

El partido de Andoni Ortuzar obtiene su primer logro en plena negociación de los presupuestos de 2017

Por lo pronto, el PNV ha obtenido su primer logro con la marcha de Urquijo, que será reemplazado por el exdiputado general de Álava y presidente del PP en este territorio, Javier de Andrés. La formación ‘jeltzale’ ha reprobado al ya exdelegado del Gobierno en Euskadi en numerosas ocasiones en las instituciones vascas junto a EH Bildu por sus “constantes agresiones” en forma de recursos judiciales a normas aprobadas por las administraciones de Euskadi. Incluso, su portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, llegó a pedir formalmente su destitución en la Cámara Baja en mayo de 2014. Por entonces, el ministro de Hacienda defendió de forma tajante la labor de Urquijo, de quien alabó su actuación, con un 90% de éxitos judiciales obtenidos con sus recursos, y advirtió al nacionalismo vasco que sus críticas “reforzaban” su figura.

Pero los tiempos han cambiado. Las nulas relaciones de entonces entre los Gobiernos español y vasco han dado paso a un deshielo institucional y a un clima favorable al entendimiento que ha acabado con la salida de Urquijo, a quien el PNV niega cualquier capacidad de interlocución al sostener que “no es la persona adecuada” para engrasar las relaciones. Por ello, el Ejecutivo de Rajoy confía en que su sustitución pueda apuntalar un clima de entendimiento.

El ex diputado general de Álava y actual presidente del PP en este territorio, Javier de Andrés, es su sustituto

Este cambio se suma además al relevo que se produjo hace poco más de un mes en la delegación del Gobierno en Cataluña, donde el Ejecutivo colocó a una persona de carácter más templado, Enric Millo, para tratar de encauzar las relaciones con el nacionalismo catalán. Ahora, con los dos nuevos inquilinos, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, tiene más allanado el camino para acometer la tarea que le ha encargado Rajoy de desatascar los conflictos con las instituciones de ambas comunidades tras una pasada legislatura marcada por los enfrentamientos.

De forma oficial, el Gobierno vasco no ha querido valorar la sustitución de Urquijo y el nombramiento de Javier de Andrés, un hombre cercano al presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, quien mantiene una gran sintonía con Sáenz de Santamaría. En todo caso, ha dicho esperar que el nuevo delegado del Gobierno mantenga una actitud alejada de “posibles posicionamientos políticos partidistas”. No obstante, ha querido lanzar mensaje político al denunciar que la figura del delegado del Ejecutivo español en Euskadi “es un anacronismo que no tiene razón de ser en el actual Estado de las Autonomías y menos aún en el caso de una autonomía singular como el País Vasco”. Por su parte, EH Bildu ha celebrado la “buena noticia” de que “personajes como Carlos Urquijo desaparezcan de la vida política vasca”, si bien ha vaticinado que “confrontarán” con De Andrés.

El Gobierno ya acordó en noviembre el relevo del delegado del Gobierno en Cataluña para tratar de encauzar las relaciones institucionales en esta CCAA

En sus primeras palabras como nuevo responsable del Estado en Euskadi, Javier de Andrés ha dicho asumir esta “responsabilidad” con “ganas y mucha ilusión” y “con la convicción de que es muy importante establecer una buena relación” con las demás instituciones. A este respecto, ha apelado a la “colaboración” entre el Estado y las administraciones vascas para “lograr el bienestar de los ciudadanos vascos", algo a lo que se ha “comprometido”. En un corte de voz remitido a los medios, el presidente de los populares alaveses no ha hecho ninguna alusión a su antecesor. Sí lo ha hecho el PP de Euskadi a través de un comunicado en el que ha resaltado su “firme compromiso con el País Vasco” y su defensa con “acierto y valentía del respeto a nuestros marcos de convivencia”.

El PP vasco ha querido valorar que el nombramiento de De Andrés “refuerza el papel político” de esta institución en Euskadi y ha confiado en que “la nueva etapa política” que se abre esté “marcada por una interlocución directa y fluida” entre los gobiernos español y vasco con el objetivo de “mantener y fortalecer la relación de lealtad mutua y colaboración institucional”.