El joven chef de Vallecas que sueña con conquistar la alta cocina (y empezó con una tortilla de patata)

Carlos Navarro tenía solo 12 años cuando le pidió a su padre que le dejase hacer una tortilla de patata. Aquel primer intento terminó en "un revuelto de huevos", pero prendió en él la pasión por la cocina. Poco a poco, su nivel entre fogones fue in crescendo. El chaval, vecino de Puente de Vallecas, empezó a formarse y a practicar por su cuenta hasta que llegó a la mayoría de edad. Cuando se graduó del Colegio La Asunción, en su barrio, empezó a buscar alternativas para poder enfocar su vida profesional al mundo de la hostelería.

El Basque Culinary Center —una universidad de renombre especializada en gastronomía— admitió su candidatura. "Siempre supe que quería dedicarme a esto e ir al Basque", confiesa. Navarro cogió las maletas y marchó a San Sebastián, donde se ubica la sede de la institución. Ahora está en cuarto de carrera y es uno de los 10 seleccionados del país para competir por el XII premio de Promesas de la Alta Cocina de Le Cordon Bleu en Madrid.

El certamen, que busca encontrar al mejor chef menor de 25 años, se celebrará este martes por la mañana en la cocina de esta escuela de hostelería francesa. En Madrid, y desde el 2011, se ubica en el campus de la Universidad Francisco de Vitoria (Pozuelo de Alarcón). Le Cordon Bleu es uno de los centros de formación gastronómicos más prestigiosos del mundo. Tal es su reputación y alta estima que los precios de sus cursos son desorbitados.

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Por ello, el premio para el ganador del certamen es una beca de 26.000 euros para poder cursar el Grand Diplôme; un completo programa de formación que incluye las dos grandes disciplinas: cocina y pastelería. El segundo clasificado recibirá un monto de 9.500 € que cubre uno de los dos diplomas. Para el concurso de este martes, los participantes dispondrán de un total de cuatro horas. "Parece mucho… pero no. De hecho, es un tiempo bastante ajustado", confiesa.

Los chicos, además, se la juegan todo a una. Y llegar a la final tampoco ha sido fácil: hay que superar varias pruebas y fases para conseguir colarse entre los diez mejores de España. Los participantes vienen de diferentes rincones del país —Granada, Tenerife, A Coruña…—, pero todos deberán realizar un plato que lleve pichón y arroz. Esas fueron las directrices de Le Cordon Bleu: los platos de los participantes deberán llevar al menos esos dos ingredientes. "Empezamos en marzo a diseñar la receta", relata Carlos, que entregó su idea final a la organización del certamen el pasado día nueve de abril. De esta forma, los promotores del evento disponían de tiempo suficiente para preparar las materias primas y los materiales que necesite cada concursante. "Diseñar es complejo. Lo mejor es tener una fecha límite porque, si no, siempre estás pensando en mejorar la receta", detalla.

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Será el jurado quien decida quién es merecedor del premio. El ganador del concurso se conocerá en torno a las dos de la tarde. El chef Eduard Xatruch (uno de los propietarios de Disfrutar, con tres estrellas Michelin y tres soles Repsol); María José Martínez (dueña y jefa de cocina de Lienzo, con una estrella Michelin) y Luis Suárez de Lezo (presidente de la Real Academia de Gastronomía) serán las tres figuras del tribunal. El equipo de chefs profesores de Le Cordon Bleu Madrid también evaluarán los platos.

Por el momento, Carlos está tranquilo. Sabe que, pase lo que pase, tiene el soporte de su familia y sus amigos. "Ellos han seguido todo el proceso conmigo. Están muy orgullosos y para mí son un apoyo importante", dice el joven.

*El certamen se produjo horas después de la publicación de este artículo. Carlos Navarro quedó en segunda posición, consiguiendo una beca para estudiar en Le Cordon Bleu. El primer clasificado fue Jacobo Diz, el participante coruñés.