La bronca política en Madrid dinamita el último puente entre Ayuso y la izquierda

La posibilidad de un acuerdo transversal en la Comunidad de Madrid es imposible. La continua bronca política, que ha convertido el debate en un lodazal, ha dinamitado el último puente en pie entre Isabel Díaz Ayuso y la izquierda para modificar el Estatuto de Autonomía y eliminar la palabra minusválido del texto, como ya pactaron Pedro Sánchez y Alberto Núñez en el Congreso con el término disminuido de la Constitución.

El PP manifestó públicamente hace meses su predisposición a pactar con la oposición la reforma del estatuto, que requiere de una mayoría de dos tercios, con una propuesta que recogía varios cambios y que al menos en la sustitución del término ponía de acuerdo a todos. El PSOE registró una iniciativa, pero nunca se formalizó ni se debatió más allá de las declaraciones. Tampoco ocurrirá en los próximos meses.

Los populares han dado un portazo hasta nueva orden. El portavoz parlamentario, Carlos Díaz-Pache, explicó este lunes que no habrá ningún acuerdo o negociación por el estatuto mientras Pedro Sánchez siga en el Gobierno. El argumento del PP es que la modificación, una vez aprobada en la Asamblea, se elevaría al Congreso. Y entonces quedaría en manos de la mayoría parlamentaria actual. "Sabemos positivamente que el independentismo catalán se ha fijado en la Comunidad de Madrid y sabemos que el Gobierno de Pedro Sánchez cede a todo lo que piden los separatistas. Y no vamos a darle como arma de negociación con los secesionistas el Estatuto de Autonomía de esta comunidad", declaró.

Juan Lobato, portavoz de los socialistas en la región, afeó el rechazo de los populares y recordó el acuerdo en el Congreso. "Hace tres meses estaban a favor completamente de ese cambio en el Estatuto, como lo estuvo a favor el Partido Popular a nivel nacional del cambio del artículo 49 de la Constitución. La señora Ayuso parece que no ha escuchado al señor Feijóo", subrayó Lobato este martes.

Clima de crispación

La negativa del PP coincide con la ofensiva de la izquierda contra Isabel Díaz Ayuso por el caso de su pareja, Alberto González Amador, investigado por presunto fraude fiscal. Las últimas semanas han disparado la crispación política a máximos históricos, con un cruce constante de críticas, reproches e insultos en la Cámara madrileña a cuenta de la supuesta corrupción a izquierda y derecha por los últimos casos conocidos, exactamente igual que a nivel nacional, con las comisiones de investigación en el Congreso y el Senado constituidas.

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El clima de entendimiento ya era prácticamente nulo en el primer tramo de la legislatura, pero esta espiral de broncas ha sepultado cualquier oportunidad de acuerdo o acercamiento en la Cámara de Vallecas, aunque el tema no tenga ningún trasfondo ideológico. Los populares, de hecho, ya advertían de que la campaña contra Ayuso iba a ser cuestión de tiempo. "Quieren empatar con el caso Koldo y les da igual todo. De este Gobierno esperamos cualquier cosa", apuntan fuentes del PP en Madrid.

Todos los puentes han saltado por los aires y la tensión irá a más. El PSOE y Más Madrid insisten en que Ayuso debe dimitir, pero además han iniciado un frente en los tribunales contra la acción de gobierno de la Comunidad de Madrid, en línea con Moncloa. El PSOE de Madrid ha presentado un recurso al Tribunal Constitucional por la conocida como ley Ómnibus, mientras que Sánchez ha impulsado una comisión bilateral con el Ejecutivo autonómico por la modificación de las leyes Trans y LGTBI. Tres procesos judiciales que se suman a los ya abiertos por Sol contra Moncloa.