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Los Tigres, el club de béisbol que entrena en un parque y aleja a los niños de las bandas: "¡Seguimos sin baños!"
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Los Tigres, el club de béisbol que entrena en un parque y aleja a los niños de las bandas: "¡Seguimos sin baños!"

El equipo lleva desde 2007 practicando este deporte en el distrito. Ahora exigen mejorar sus instalaciones porque ni siquiera tienen vallas, bancos o aseos. El Consistorio es partidario, pero no todo es tan fácil

Foto: Un adolescente golpeando la bola. (A.F.)
Un adolescente golpeando la bola. (A.F.)

En el parque Plata y Castañar de Villaverde hay un descampado de tierra circundado con una línea blanca. El trazo de tiza delimita el campo de béisbol amateur en el que entrenan Los Tigres, el club federado de Villaverde que reúne a más de 60 adolescentes a diario en sus entrenamientos. Uno de ellos coloca su pie derecho delante del izquierdo y se prepara para el golpe. Su entrenador, al frente, le lanza una bola. "Buena", grita. "Una más", apunta. El chaval consigue lanzar la pelota hasta el otro lado del campo y sonríe satisfecho.

"Empezamos un grupo de amigos en 2007 y apenas teníamos 10 niños apuntados. Ahora jugamos en campeonatos nacionales", sentencia el presidente del club, José Morban, un dominicano de 45 años afincado en España. El mismo hombre que debutó en los prestigiosos Blue Jays de Toronto, hoy lidera un grupo de enamorados del béisbol en un país poco acostumbrado a ese deporte. A pesar de que la Selección Española de Béisbol fue la Campeona de Europa en 2023, está lejos de llenar grandes estadios como el fútbol.

Es esa falta de popularidad a pie de calle la que permite que las instalaciones del equipo sean muy precarias. No disponen de vallado integral –necesario para evitar que la pelota vuele hasta la otra punta del parque–; tampoco de asientos más allá de los bancos de madera del propio recinto… y mucho menos de servicios higiénicos. "Pues cuando tienen que ir al baño… a ver, les digo que aguanten", reseña Morban. El equipo directivo lleva años reclamando "recursos mínimos, nada de lujos". Ni siquiera aspiran a tener luz eléctrica: "Si no ponen ni vallado… menos farolas. A veces, cuando hay suerte, se encienden las torres del campo de fútbol de al lado y vemos un poquito", explica.

placeholder Algunos empiezan desde los cinco años. (A.F.)
Algunos empiezan desde los cinco años. (A.F.)

El grupo Más Madrid de Villaverde llevó incluso una proposición al pleno del distrito para instar a que se realicen las labores de adecuación. La concejal Carolina Elías explica que "los Tigres ofrecen una alternativa de desarrollo personal y de ocio a través del deporte" y que "las excusas que da la Junta Municipal de Villaverde para adecuar el campo de béisbol son ridículas, se puede hacer perfectamente".

La proposición se aprobó en el pleno, pero desde el Consistorio aseguran que el vallado no está presupuestado y que se llevará a cabo en el menor tiempo posible. Además, el asesor del concejal, Ramsés Corrala, relata los inconvenientes detrás de la obra: "Si se adaptan las instalaciones con baños, vestuarios… tendrían que pagar una cuota y perderían el espacio gratuito donde están jugando ahora mismo". Y recalca: "Yo me he comprometido con ellos y se va a adecuar la valla".

placeholder José Morban, a la derecha, junto al resto de entrenadores del club. (A.F.)
José Morban, a la derecha, junto al resto de entrenadores del club. (A.F.)

En el campo, los chavales corren de un lado a otro para entrar en calor. No hay ninguna chica en el terreno de juego. "Se han ido desapuntando poco a poco. La razón que nos dan, principalmente, es el tema del servicio". El baño más cercano es el del polideportivo municipal, pero el acceso es limitado porque su actividad deportiva no se desarrolla en dicha infraestructura. A jugadores de 14 años como Daniel, lo que más le gusta del béisbol es "el espíritu" y "lo gratificante" que es estar ahí.

Foto: Vista exterior del edificio Lane Wells, alquilado a la NASA como parte de las dependencias temporales del Houston Manned Spacecraft Center (MSC). Photo credit: NASA

La mayoría de los jugadores son adolescentes, pero los niños pueden apuntarse a partir de los cinco años. "Así, cuando llegan a los nueve, ya están listos para competir", explica un entrenador. Los Tigres forman parte de la Federación Madrileña de Baseball y Softball. Emilia Lavín, gerente de la Federación en la región, explica a El Confidencial que cuentan con hasta 20 equipos. Los clubes participan en competiciones territoriales y, algunos, ascienden a las nacionales. De hecho, en la Comunidad de Madrid, el CBS Rivas ha quedado campeón hasta en cinco ocasiones en la División de Honor en España.

placeholder Un entrenamiento diario. (A.F.)
Un entrenamiento diario. (A.F.)

No, el béisbol no es el fútbol, pero está intentando ganarse su hueco. Lavín detalla que el auge de las disciplinas se agudizó con la llegada de venezolanos en la última década. "Especialmente, el softball de adultos. En padres y madres que se han apuntado en competiciones mixtas recreativas", reseña. Ambos deportes son especialmente populares en Venezuela, Puerto Rico, Cuba y República Dominicana. "Tenemos a muchos latinos, pero también se están empezando a apuntar españoles", explican Los Tigres.

placeholder Uno de los chavales en el entrenamiento. (A.F.)
Uno de los chavales en el entrenamiento. (A.F.)

El boom actual se explica por la llegada de ciudadanos latinoamericanos a España a finales de los 90 y principios de los 2000. Madrid y sus barrios obreros, como Villaverde, fueron uno de los grandes lugares de acogida. Según un documento académico de la Universidad Complutense de Madrid, en 2008, el 80% de ciudadanos originarios del continente latino llegó al país en los últimos cinco años. Los datos del INE también señalan que los inmigrantes con permiso de residencia en España aumentaron un 85% en una década. Y fue en mitad de esa ola migratoria cuando se inauguró el Club de los Tigres en Villaverde. Según datos del 2023 del Ayuntamiento de Madrid, el 36,09% de los vecinos de Villaverde nacieron fuera de España. Los ciudadanos de América Latina y Caribe suponen cerca del 50%, con aproximadamente 17.400 personas censadas. Es gracias a esta influencia por la que Los Tigres suma cada año más fichas de deportistas.

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Una alternativa contra las bandas juveniles

El distrito, además, lleva años lidiando con dos fenómenos paralelos: por un lado, el incremento de violencia callejera por parte de simpatizantes de bandas juveniles. Por otro, el estigma que conlleva para todo un barrio. La realidad es que los miembros de estos grupos son cada vez más jóvenes. Las redes sociales han ayudado a captar preadolescentes para unirse a su club. Las administraciones no cesan en buscar posibles soluciones a esta lacra, pero casi sin darse cuenta, Los Tigres ha sido una de ellas.

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"Una vez, un chico se acercó y me confesó que le estaban tanteando... ¿Sabes qué pasa? Que aquí están toda la tarde entrenando, disfrutando y vigilados por nosotros", explica Morban. Cuando entran a Los Tigres, los chavales se alejan de ciertas dinámicas peligrosas para ellos. "Otro empezó con nosotros y era el mismo perfil. Ahora ya creció, está casado, con dos hijos y jugando de vez en cuando con nosotros", relata muy satisfecho.

Desde el Consistorio son consientes de esta labor social del club, pero no es el único del distrito. El equipo Baloncesto Sin Fronteras, por ejemplo, tiene la misma motivación para impulsar a los jóvenes a dejar la violencia a un lado y centrarse en el balón. Por su parte, Los Tigres, mientras tanto, seguirán yendo a entrenar a diario a un parque de Villaverde, pero sin saber si algún día conseguirán los baños.

En el parque Plata y Castañar de Villaverde hay un descampado de tierra circundado con una línea blanca. El trazo de tiza delimita el campo de béisbol amateur en el que entrenan Los Tigres, el club federado de Villaverde que reúne a más de 60 adolescentes a diario en sus entrenamientos. Uno de ellos coloca su pie derecho delante del izquierdo y se prepara para el golpe. Su entrenador, al frente, le lanza una bola. "Buena", grita. "Una más", apunta. El chaval consigue lanzar la pelota hasta el otro lado del campo y sonríe satisfecho.

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